Os la dejo, por si os viene bien para algo bonito....
Mil besos, mis chicos.
Sigue habiendo magia al calorcito del saloncito.
¡¡Os espero!!
"Mi
táctica es mirarte... aprender
como eres quererte
como eres.
Mi
táctica es hablarte... y
escucharte... construir
con palabras un
puente indestructible.
Mi
táctica es quedarme
en tu recuerdo... no
sé cómo ni sé con
qué pretexto pero
quedarme en ti.
Mi
táctica es ser
franco... y
saber que eres franca y
que no nos vendamos simulacros para
que entre los dos no
haya telón... ni
abismos.
Mi
estrategia es, en
cambio, más
profunda y más... simple. Mi
estrategia es que
un día cualquiera, no
sé cómo ni sé con
qué pretexto, por
fin me necesites"
Esta primavera invernal es insufrible, las cosas como son; y debemos cuidar nuestra alimentación y nuestra hidratación más que nunca. El cuerpo se va preparando para cada estación y sus características, pero cuando se trastocan, la salud también se ve alterada. Y por ello debemos estar más pendientes de las señales de alerta que nos manda nuestro organismo. No bajemos la guardia y hagamos más caso, si cabe, a la sabiduría popular: "Hasta el cuarenta de Mayo...". Aunque en Euskadi, ha variado un poco el dicho: "Hasta San Fermín, con bufanda y calcetín". A cuidarse toca.
(...)
Retomo desde aquí, el tema de varios emails que he compartido con Julio (¡¡graciassssss!!) y con Santiago (¡¡eres un crack!!). Y es aquello de "volver al mercado" (afectivo ;-DD). Salir de una relación (normalmente larga) y reorganizar el mundo. Casi siempre con hijos e hijas, con cargas económicas, con heridas....¿Cómo gestionar todo eso? ¿Cómo conquistar de nuevo? ¿Cómo abrir puertas?
Veamos.
En lo que todos estamos de acuerdo es que para empezar algo nuevo, hay que cerrar todos los capítulos pasados. Hay que dejar espacio diáfano para poder mirar nuestra vida con ojos renovados. Hay que olvidar lo que no es positivo para poder volver a empezar. Porque si arrastramos tristeza y pena, si nos enzarzamos en toxicidades varias, el bucle nos impide salir del remolino para poder acercarnos a la orilla. Conseguirlo no es fácil, eso ya lo sabemos; pero hay que querer superarlo y darle tiempo al tiempo. No falla. Al final se deja de llorar :-))
Despejados el corazón y el alma, el siguiente paso es ponerse en marcha para conocer gente nueva. La fórmula más gustosa ya depende de cada cual; hay que valorar aptitudes, habilidades, opciones, ganas.... Variables a las que no podemos dar la espalda y que debemos intentar ponerlas de nuestro lado.
Tenemos el clásico que nos ofrece salir por la noche y utilizar las mejores armas de que disponemos para conseguir captar la atención de alguien. Así, a priori, parece fácil pero la cosa se ha puesto complicada. Las mujeres esperamos que un hombre se nos acerque y sea el más divertido, el más simpático, el más ocurrente, el más atento, el más dulce, el más listo... y todo eso en dos minutillos, aproximadamente ;-DDD Una noche hubo un chico que se había preparado unos truquillos de magia y así consiguió captar la atención de unas cuántas en un momentito. Original y diferente. El típico ¿cómo te llamas? ¿de dónde eres? y ¿estudias o trabajas? está muy trasnochado. Pero nada que os deje como prepotentes subiditos de plano. No nos gustan los guays. Pero tampoco los corderitos. Así que como siempre os digo, algo intermedio; equilibrio, armonía.
Hoy en día internet nos ofrece otro mundo, puertas y ventanas abiertas desde nuestro propio salón. Y en pijama, si se tercia ;-D. Los chats, las páginas de contacto, las redes sociales... son nuevas fórmulas que nos permiten conocer a mucha gente de golpe. De muchos sitios. Y con muchos objetivos. No todo el mundo busca lo mismo. Así que esa opción es cómoda. Tampoco es fácil ;-DDDD, pero como todo en esta vida, practicando se va mejorando. Yo creo que lo mejor es ser sinceros, directos y cuidadosos con la forma, porque el hecho de comunicarse solo vía escritura, impide percibir muchos matices que nos ofrecen los gestos, la mirada, el propio tono de la voz... Así que hay que procurar captar la atención para poder dar más pasos que nos acerquen al objetivo que nos hemos marcado.
Apuntarse a clases, a speed datings (siete hombres o mujeres en siete minutos), a asociaciones... también nos permite ponernos en contacto con personas que tienen nuestras mismas inquietudes.
Y luego ésta propuesta que van a poner en marcha en Praga (habrá que escribir al alcalde de Bilbao... ;-D).
El
metro de Praga prevé habilitar próximamente vagones destinados a
personas que buscan nuevas relaciones, informaron este viernes
fuentes de la empresa de transportes públicos, que pretende
incentivar el uso del metro con esta campaña.
"La
campaña mostrará a la gente todo lo que puede hacer en los
transportes públicos, por ejemplo leer o estudiar", dijo Filip
Drapal, portavoz de la compañía.
Pero
también, la campaña quiere demostrar que hay "posibilidades de
realizar encuentros y si la gente simpatiza, iniciar una relación",
agregó.
Para
ello, la compañía, que prevé lanzar este proyecto a final de año,
seleccionará un vagón de los cinco que componen el metro, explicó
Drapal.
"Pretendemos
hacer un sondeo entre los pasajeros. Cada vehículo estará dotado
con señales distintivas y habrá información en el interior y en
los andenes, en varias lenguas", agregó. El metro de Praga,
ciudad de 1,25 millones de habitantes, transporta en sus tres líneas
1,5 millones de viajeros diariamente.
Los
pasajeros que se suban en los vagones especializados no estarán
obligados a entablar relaciones con sus vecinos, dice Drapal.
(...)
Hasta aquí pinceladas.
Seguiremos con la seducción en estado puro.
Y mientras llegan vuestros tiempos,
dejaos mimar en el saloncito.
Mil besos, de esos que se pueden repartir por todo el cuerpo...
Acidez inteligente en estado puro. Ya he confesado otras veces mi devoción por Risto Mejide; sus formas pueden ser discutibles, pero sus fondos (casi) siempre son acertados, honestos y directos. Vamos, esos valores que brillan por su ausencia y que a mi, personalmente, me cautivan. Os dejo este artículo, muy en su línea.
Y que a pesar de todo, rezuma hasta cierta esperanza...
Besos, mis chicos.
El invierno parece que se resiste a irse, pero acabará por salir el sol. De mientras, dejaos mimar en el saloncito; llenad vuestro horizonte de sensaciones maravillosas y cubrid vuestro cuerpo de caricias. Al calor de la ternura....
No
busques trabajo. Así te lo digo. No gastes ni tu tiempo ni tu
dinero, de verdad que no vale la pena. Tal como está el patio, con
uno de cada dos jóvenes y casi uno de cada tres adultos en edad de
dejar de trabajar, lo de buscar trabajo ya es una patraña, un
cachondeo, una mentira y una estúpida forma de justificar la
ineptitud de nuestros políticos, la bajada de pantalones
eurocomunitaria y lo poco que les importas a los que realmente
mandan, que por si aún no lo habías notado, son los que hablan en
alemán.
No
busques trabajo. Te lo digo en serio. Si tienes más de 30 años, has
sido dado por perdido. Aunque te llames Diego Martínez Santos y seas
el mejor físico de partículas de Europa. Da igual. Aquí eres un
pringao demasiado caro de mantener. Dónde vas pidiendo nada. Si ahí
afuera tengo a 20 mucho más jóvenes que no me pedirán más que una
oportunidad, eufemismo de trabajar gratis. Anda, apártate que me
tapas el sol.
Y
si tienes menos de 30 años, tú sí puedes fardar de algo. Por fin
la generación de tu país duplica al resto de la Unión Europea en
algo, aunque ese algo sea la tasa de desempleo. Eh, pero no te
preocupes, que como dijo el maestro, los récords están ahí para
ser batidos. Tú sigue esperando que los políticos te echen un
cable, pon a prueba tu paciencia mariana y vas a ver qué bien te va.
Por
eso me atrevo a darte un consejo que no me has pedido: tengas la edad
que tengas, no busques trabajo. Buscar no es ni de lejos el verbo
adecuado. Porque lo único que te arriesgas es a no encontrar. Y a
frustrarte. Y a desesperarte. Y a creerte que es por tu culpa. Y a
volverte a hundir.
No
utilices el verbo buscar. Utiliza el verbo crear. Utiliza el verbo
reinventar. Utiliza el verbo fabricar. Utiliza el verbo reciclar. Son
más difíciles, sí, pero lo mismo ocurre con todo lo que se hace
real. Que se complica.
Da
igual que te vistas de autónomo, de empresario o de empleado. Por si
aún no lo has notado, ha llegado el momento de las empresas de uno.
Tú eres tu director general, tu presidente, tu director de marketing
y tu recepcionista. La única empresa de la que no te podrán
despedir jamás. Y tu departamento de I+D (eso que tienes sobre los
hombros) hace tiempo que tiene sobre la mesa el encargo más difícil
de todos los tiempos desde que el hombre es hombre: diseñar tu
propia vida.
Suena
jodido. Porque lo es. Pero corrígeme si la alternativa te está
pagando las facturas.
Trabajo
no es un buen sustantivo tampoco. Porque es mentira que no exista.
Trabajo hay. Lo que pasa es que ahora se reparte entre menos gente,
que en muchos casos se ve obligada a hacer más de lo que humanamente
puede. Lo llaman productividad. Otra patraña, tan manipulable como
todos los índices. Pero en fin.
Mejor
búscate entre tus habilidades. Mejor busca qué sabes hacer. Qué se
te da bien. Todos tenemos alguna habilidad que nos hace especiales.
Alguna singularidad. Alguna rareza. Lo difícil no es tenerla, lo
difícil es encontrarla, identificarla a tiempo. Y entre esas
rarezas, pregúntate cuáles podrían estar recompensadas. Si no es
aquí, fuera. Si no es en tu sector, en cualquier otro. Por cierto,
qué es un sector hoy en día.
No
busques trabajo. Mejor busca un mercado. O dicho de otra forma, una
necesidad insatisfecha en un grupo de gente dispuesta a gastar, sea
en la moneda que sea. Aprende a hablar en su idioma. Y no me refiero
sólo a la lengua vehicular, que también.
No
busques trabajo. Mejor busca a un ingenuo, o primer cliente. Reduce
sus miedos, ofrécele una prueba gratis, sin compromiso, y prométele
que le devolverás el dinero si no queda satisfecho. Y por el camino,
gánate su confianza, convéncele de que te necesita aunque él
todavía no se haya dado cuenta. No pares hasta obtener un sí.
Vendrá acompañado de algún pero, tú tranquilo que los peros
siempre caducan y acaban cayéndose por el camino.
Y
a continuación, déjate la piel por que quede encantado de haberte
conocido. No escatimes esfuerzos, convierte su felicidad en tu
obsesión. Hazle creer que eres imprescindible. En realidad nada ni
nadie lo es, pero todos pagamos cada día por productos y servicios
que nos han convencido de lo contrario.
Por
último, no busques trabajo. Busca una vida de la que no quieras
retirarte jamás. Y un día día en el que nunca dejes de aprender.
Intenta no venderte y estarás mucho más cerca de que alguien te
compre de vez en cuando. Ah, y olvídate de la estabilidad, eso es
cosa del siglo pasado. Intenta gastar menos de lo que tienes. Y sobre
todo y ante todo, jamás te hipoteques, piensa que si alquilas no
estarás tirando el dinero, sino comprando tu libertad.
Hasta
aquí la mejor ayuda que se me ocurre, lo más útil que te puedo
decir, te llames David Belzunce, Enzo Vizcaíno, Sislena Caparrosa o
Julio Mejide. Ya, ya sé que tampoco te he solucionado nada. Aunque
si esperabas soluciones y que encima esas soluciones viniesen de mí,
tu problema es aún mayor de lo que me pensaba.
No
busques trabajo. Sólo así, quizás, algún día, el trabajo te
encuentre a ti.
Nunca he entendido por qué las reformas educativas (como tantas otras reformas, claro) están sólo y básicamente en manos de quienes ostentan el poder. Es imposible hacer algo bueno para el pueblo cuando se mira por encima del hombro. Y es imposible saber lo que se cuece en las aulas -el verdadero territorio comanche- si uno vive en su burbuja elitista y blindada del poder económico. Eso es lo que pasa con nuestra maltrecha enseñanza (pilar de toda sociedad, dicho sea de paso). Y como parece que el fin sea aquello que ya postulaba Aldous Huxley en 1932, no vamos mal encaminados...
(...)
"La
novela anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos
humanos e hipnopedia que, combinadas, cambian radicalmente la
sociedad. El mundo aquí descrito podría ser una utopía, aunque
irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y avanzada
tecnológicamente. La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y
todos son permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que
todas estas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la
familia, la diversidad cultural, el arte, el avance de la ciencia, la
literatura, la religión y la filosofía".
(...)
Llevo varios días estudiándome (;-D) la nueva ley de Wert; intentando entender qué ofrece de nuevo y sobre todo de bueno para los alumnos y alumnas que son el futuro (?) de nuestra sociedad. Evidentemente, hay opiniones a favor (pocas, muy pocas) y en contra (la grandísima mayoría, que es un dato importante, sin duda alguna). Yo me he hecho mi propio análisis, enfocado y entendido desde mi pasión por el aprendizaje vital, mi humanismo como hilo conductor y mi critica feroz a todo lo que sea un planteamiento de estudiar para pasar exámenes (que sirve de poco) y no para aprender de verdad.
Mis conclusiones que, sin duda, pueden ser del todo erróneas...
-Resquebrajo a la inmersión lingüística.
Nos/les guste o no, la pluralidad de lenguas autóctonas es una realidad (maravillosa) recogida, además, en la Constitución (digo). No entiendo el retroceso feroz a negar las diferencias, que considero que sobre todo, enriquecen la cultura.
-Tufo terrible a abanderar la privatización de la educación. Así que volvemos a lo de siempre, a negar oportunidades y a darle más poder a las puertas que abre el dinero.
-Postulan desde arriba, que "no hay trabajo porque salimos mal preparados" (textual). Con todo el respeto (justito, no me da para mucho más), esa es una de las mayores falacias que se podían sacar de la manga. No hay curro porque no se está trabajando para que haya, porque no se piensa en dar opciones a los que valen sino que se saca el dedo mágico y se pone a gentuza inepta e incompetente (así, suavecito) para que dirija el cotarro.
Como dice Diego Martínez Santos, a quien España le denegó una beca Ramón y Cajal el mismo día que la Sociedad Europea de Física le nombraba mejor físico de partículas joven del año, "España no absorbe el material humano que forma".
-Incide, Wert, en "modernizar" la FP; que conste que soy una defensora acérrima pero si sacamos peones a los que pagar y explotar dentro de la ley, mucho mejor, claro. También están cerrando centros públicos, por ejemplo en Madrid....
-Evaluaciones externas... ¿no suena esto a "la letra con sangre entra"? Homogeneizar, aborregar, enfilar a todos por el mismo caminito no vaya a ser que nos salgamos de la norma...
-Seguimos valorando y apostando por el conocimiento antes que por los valores humanos, ¿por qué?
- ¿Dónde está la importancia de la lectura? ¿Dónde hay tiempos para trabajar este aspecto tan fundamental del proceso de aprendizaje? Da la sensación de que es mejor que la gente no aprenda a ser creativo, que se castre la imaginación.... Quien lee, piensa. Y eso no apetece por estos lares.
-¿Y nuestras múltiples inteligencias? ¿y nuestras aptitudes? Si yo soy una desastre (que lo soy) con los números, ¿por qué tengo que pasar un calvario que sé positivamente que no necesito?
-Otro día, os hablo de las Escuelas libres y su delicioso planteamiento de lo que es educar, aprender y sobre todo, vivir.
Como veréis, este tema me preocupa y sobre todo, me entristece.
Y os dejo este vídeo muy ilustrativo de por qué nos luce el pelo como nos luce.
Sobre todo en Europa.
Pregunten, pregunten...
Hay dos preguntas básicas en la vida: "¿me hace feliz?" y "¿de verdad lo quiero?".
Son dos preguntas que valen para todo aquello que ocupa nuestra vida.
¿Mi trabajo me hace feliz? ¿Es este el trabajo que quiero?
¿Mi pareja me hace feliz? ¿Es esta persona con quien quiero estar?
¿Mi tiempo de ocio me hace feliz? ¿Lo que hago es lo que quiero hacer?
¿Mis amigos me hacen feliz? ¿Es esa la gente con la que quiero compartir mi vida?
¿...?
La respuesta es fácil: sí o no. Aunque, evidentemente, luego ya nos inventaremos los argumentos necesarios para dejar a nuestra conciencia lo más tranquila posible. Porque es parte de nuestra estrategia de supervivencia: ofrecernos a nosotros mismos matices que nos permitan sentir que a pesar de todos los pesares, merece la pena. Aunque sea mentira.
Y otras veces queremos cambiar pero no encontramos nunca el momento, el arrojo, el valor. Es muy valiente afrontar nuestra realidad y poner medios para buscar nuestra propia felicidad, la que sale de dentro, la que no esta condicionada por nada ni por nadie. Somos padres y madres, jefes, parejas... pero detrás de todo ello, siempre y por encima de todo, debemos ser nosotros mismos; seres únicos e irrepetibles, seres llenos de armonía que pongan armonía en la vida de los demás. Porque si un adjetivo está por encima de todos los demás, nunca podremos equilibrar la balanza.
Un beso enorme.
Os animo a que os hagáis preguntas, a que os asoméis al escaparate de vuestra vida y a que pongáis medios para ser aquello que siempre habéis querido ser, sea lo que sea.
Paz y bien, mis chicos.
¿Alguna
vez te has preguntado qué estará haciendo? ¿Cómo
es que todo se convirtió en una mentira? A
veces, pienso que es mejor nunca
preguntar por qué.
Donde
hay deseo, habrá
una llama. Donde
hay una llama, alguien está destinado a salir quemado. Pero
el que este arda,no
significa que vayas a morir Tienes
que levantarte e intentar, intentar, intentar...
Es
gracioso como el corazón puede ser engañoso, más
de un par de veces. ¿Por
qué nos enamoramos así de fácil, incluso
cuando sabemos que no es lo correcto?
Donde
hay deseo...
...intentar.
¿Alguna
vez te preocupó que podría haberse arruinado, y
te hace esto querer llorar? Cuando
estás allá afuera haciendo lo que haces, ¿acaso
sólo sobrevives Dime,
¿acaso sólo sobrevives?
Vaya. Acabo de leer que ha muerto Constantino Romero. Joven, diría yo. Aunque supongo que al final todos tenemos nuestro momento y contra eso no podemos hacer nada. Lo único que nos queda es pasar por la vida dando lo mejor de nosotros mismos y que en el momento de hacer recuento, la conciencia nos de una tregua y nos permita descansar en paz.
Siempre he considerado a Constantino una persona especial, de esas que (seguro) habría merecido la pena conocer. Sencillo, agradable, culto, inteligente (de las cualidades que más valoro, personalmente). Un buen compañero de viaje. Y por supuesto, con una voz capaz de enamorar a quien se propusiera, no tengo duda. En otra vida me pido una voz así de sugerente y seductora... ;-)
(...)
Del 20 minutos.
El
presentador, locutor y actor Constantino Romeroha
fallecidoeste
domingo de madrugada en Barcelona a los 65 años. Romero nació en
1947 en Albacete y el 12 de diciembre de 2012 anunció su jubilación
tras 47 años de carrera profesional, que había comenzado en 1965 en
Radio Barcelona.
“Ha
sido mi último doblaje. Ahora,
jubilación",
escribió en su perfil de Twitter -donde cuenta con más de 21.000
seguidores— al responder a un usuario que le preguntaba si había
sido él quien había doblado a Clint Eastwood en la última película
de éste,
Golpede
efecto.
La capilla
ardiente quedará
instalada a partir de las 15.00 horas de este domingo en el tanatorio
de Sant Gervasi de Barcelona.
Constantino
Romero inició su carrera profesional como locutor
de Radio Barcelona y
de Radio Nacional de España, y presentó el mítico programa de
televisión El
tiempo es oro,
así como La
parodia nacional, Alta
Tensión o La
vida es juego,
entre otros muchos.
Fue
premiado con unaAntena
de Oro en 1999 y
dos TP
de Oro como
mejor presentador de televisión en 1996 en La
parodia nacional y
en 1999 por Alta
Tensión,
ambos en Antena 3.
Actor
de doblaje
Su
adiós deja huérfanos a muchos personajes
del cine a
los que él había puesto voz y que dejaron frases para la
posteridad: desde el "volveré" de Arnold
Schwarzenneger en Terminator,
al "Soy tu padre" de Darth Vader en la saga de La
Guerra de las Galaxias.
Otros actores a los que dobló fueron Clint Eastwood,Roger
Moore y
el personaje de Mufasa en la película de Disney El
Rey León.
Sobre
el personaje de Darth Vader, Constantino Romero aseguraba en una
entrevista en RNE que
jamás pensó que sería recordado por la famosa frase de ese
personaje: "Cuando yo lo doblé ni
me podía imaginar la dimensión posterior que
iba a tener", reconoció en su día.
Recuerdo
de sus compañeros
Para José
María Íñigo,
Constantino Romero era "la mejor demostración" de que para
ser un buen presentador "no es necesario medir dos metros, ser
rubio y tener ojos azules. Él
vendía talento, no fachada".
En
declaraciones desde Malmö (Suecia), ciudad desde la que presentará
el Festival de Eurovisión el próximo 18 de mayo, Íñigo ha
destacado su "tristeza
enorme" por el fallecimiento de
Romero.
"Sobre
todo porqueera
un hombre joven, en plenas facultades profesionales, personales
y mentales", ha dicho el también presentador y periodista,
quien ha precisado que "se va un excelente profesional" del
que todos han aprendido.
Aunque
no ha llegado a trabajar con Romero, José María Íñigo ha
asegurado que coincidió con él en numerosas ocasiones, y ha
precisado que, "como todos" los que se dedican al mundo del
cine y la televisión,le
admiraba "desde hacía mucho tiempo".
Para
Íñigo, Romero era "un
referente" en su labor como actor de doblaje español,
que ha calificado de "excepcional", por lo que ha asegurado
que nos quedaremos "con su voz inconfundible, personal y única".
De
su faceta como presentador de televisión ha destacado su
papel en La
parodia nacional,y
ha afirmado que en este sentido era "muy él, sin imitar a
nadie", alguien con un talento "innato" para este
oficio.
Por
otro lado, el actor Joan
Pera ha
definido al locutor, presentador y actor de doblaje Constantino
Romero, como un hombre
que todo lo hacía fácil,
y un personaje encantador que conseguía que todo fuera alegre y
bonito para las personas que tenía a su alrededor.
Para
el doblador
habitual de
actores como Woody
Allen y
Rowan Atkinson (Mr.Bean), su amigo 'Tino', era una
persona con gran vitalidad y
una enormes ganas de vivir al que nunca había visto visto enfadado.
Me quedo con esa frase de José María Íñigo: "Él vendía talento, no fachada". Creo que resume, de un modo aplastante, una maravillosa personalidad y una poderosa escala de valores; porque luchar contra la marea social, contra los cánones establecidos y además triunfar como lo hizo él, no lo consigue todo el mundo. Hay que quererse, respetarse, confiar en uno mismo y trabajar mucho.
Paz y bien, allá donde vaya a poner su espectacular voz.
Cuando estamos inmersos en tiempos oscuros -problemas, angustias, tristezas, penas, desalientos, depresiones, enfermedades, lutos, rupturas...-, todo nos resulta un túnel sin salida. Como opción más viable, siempre nos parece la menos traumática tirar la toalla y dejarnos llevar; nos regocijamos en nuestra pena más mortífera porque consideramos que es el único sentido que podemos darle a nuestro sufrimiento. Y nos vamos de cabeza a las etapas del duelo (propuestas por Elisabeth Kübler-Ross en 1969), que están muy muy bien definidas. No todo el mundo las vive en el mismo orden y ni siquiera hay por qué pasar por todas; al fin y al cabo, cada persona es un mundo. Tardemos lo que tardemos, lo ideal es querer avanzar y superar la aflicción, sin quedarnos estancados en un estado de desesperanza perenne.
He aquí las cinco fases:
1.- LA
FASE DE NEGACIÓN Y AISLAMIENTO
La
primera reacción cuando sufrimos una pérdida -la que sea- es
levantar nuestros primeros mecanismos de defensa para postergar, aunque
sea un poco, el impacto de la agresión que la noticia necesariamente
implica. Esta
primera barrera defensiva nos lleva a decir y sentir: no quiero, no
puede ser, debe de ser un error. Las personas nos intentamos convencer de que ha
habido una equivocación. La negación es un mecanismo de defensa que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida y ante la noticia de una pérdida se hace presente para conceder una tregua entre la psiquis y la realidad.
En
estos primeros momentos hay personas que actúan como si no hubiera
ocurrido nada, aparentando ante los demás que aceptan plenamente la
situación. En otros casos, encontramos a personas que se paralizan y
permanecen inmóviles e inaccesibles.
En
la negación existe una búsqueda desesperada del tiempo necesario
para pensar en el futuro de manera más serena, tomando distancia
temporal de lo que sucede, buscando una más saludable adaptación al
evento que apareció demasiado abruptamente. La negación es un
verdadero intento de amortiguar el efecto del primer
impacto.
2.- LA FASE DE LA IRA
Cuando vemos por fin la realidad, intentamos todavía rebelarnos contra ella y entonces las preguntas y sentimientos cambian. Nacen otras preguntas: porque yo, porque ahora, no es justo... y aparece el enojo con la vida, con Dios y con el mundo.
En ocasiones las personas expresamos una ira que inunda todo a nuestro alrededor; nada nos parece bien, nada nos conforma y nuestro corazón rezuma dolor, odio y rencor. Podemos sentir falta de seguridad y baja autoestima, e incluso enfadarnos con
aquellas personas a las que consideramos responsables de la pérdida.
Suelen aparecer también sentimientos de injusticia y desamparo junto
con problemas como insomnio, pesadillas o sueño no reparador.
En
este momento podemos sentirnos con menos capacidad de concentración
y tener pérdidas de memoria. Nuestro apetito en general también se
ve afectado y nos resulta muy difícil disfrutar de las actividades
cotidianas.
3.- LA FASE DE LA NEGOCIACIÓN CON LA REALIDAD
Esta
Fase del Duelo refiere a la persona al pensamiento mágico más
primitivo. Aparecen las ideas de negociar la realidad. Se piensa en
hacer un trato con la vida, con Dios, con el diablo, con el médico... ¡con quien sea!!
La negociación es una nueva conducta
defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende
restitución a cambio de buena conducta. La gran mayoría de estos
pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen conciencia de
ello.
4.- LA
FASE DE DEPRESIÓN
Finalmente
todos los pasos anteriores se agotan y fracasan en el intento de
alejarnos de la realidad.
Es
habitual experimentar apatía, tristeza, desinterés e incluso una
tendencia a abandonarnos y a romper los esquemas de nuestro estilo de
vida personal habitual. Algunas personas sienten también el impulso
de llevar a cabo cambios radicales en su vida (casa, trabajo,
mobiliario, localidad de residencia) o en sus relaciones personales o
familiares. Pero es mejor dejarlo para más adelante.
Por
supuesto, como es predecible, esta etapa se resuelve más
rápidamente cuando la persona encuentra el coraje y el entorno donde
poder expresar la profundidad de su angustia y recibir la contención
que necesita frente sus temores y fantasías.
5.- LA
FASE DE ACEPTACIÓN
Llegar
aquí requiere que la persona haya tenido el acompañamiento y el
tiempo necesarios para superar las fases anteriores. La aceptación
solamente aparece cuando la persona ha podido elaborar su ansiedad y
su cólera, ha resuelto sus asuntos incompletos y ha podido abandonar su postura auto destructiva.
Sea
como fuere y más allá de cuánto se tardó en llegar hasta aquí y
cuánto esfuerzo haya demandado, a esta etapa se llega casi siempre
muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una
realidad que ya no es posible. Ahora, como regla general, uno
prefiere estar solo, preparándose para su futuro y hacer evaluación
sobre el balance de su vida; una experiencia que siempre es personal
y privada.
Se
considera como momento clave aquel en el que somos capaces de mirar
hacia el pasado y recordar sin intensa pena y dolor la historia compartida. Cuando llegamos a esta etapa de aceptación solemos conquistar, por fin, la paz. Y somos capaces de volver a sentir esperanza; volvemos a creer, a confiar, a sonreir.
(...)
Así que si como MisterMe -al que dedico con todo mi cariño y respeto este post-, estáis pasando por un momento complicado (de esos que dan vértigo y miedo), mi consejo es dejar que las cosas sucedan. No nadar a contracorriente, no pretender detener el río, no abrir infinitas puertas. Darnos tiempo para ordenar nuestro interior y dar forma a nuestro exterior; darnos tiempo para entender, superar y olvidar. El tiempo es sabio; en este momento es, probablemente, nuestro mayor y mejor aliado. Mantener la cabeza ocupada, también ayuda lo suyo. Y, por experiencia, alejarnos de la música que nos evoque, que nos recuerde, que nos mortifique en plan cilicio...
Me he encontrado este texto maravilloso en el gran bazar ese de las redes sociales, como os contaba el otro día. Creo que es un canto a la mujer, a la amistad que cura y que hace crecer. Y como mis amigas son mis grandes pilares, desde aquí este pequeño homenaje. Un besito de primavera. Y el deseo de regalaros ternura, al calorcito de la piel... (...)
Alguien
me dijo que no es casual... que desde siempre las elegimos. Que las
encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos
que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo
clan. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos
cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi
tierra personal.
Valientes,
reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando,
muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de
planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.
Cuando
las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de un fuego,
nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan,
curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan
vida, refunfuñan, se conduelen.
Ese
fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en
vacaciones, el patio de un colegio, el lugar donde jugábamos en la
infancia, el salón de una casa, el corredor de una facultad, una
cerveza en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita
o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de
las otras.
Las
de adolescentes después de un baile, o para preparar un examen, o
para cerrar una noche de cine. Las de "vente el sábado"
porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música,
y hablar, hablar y hablar hasta cansarse. Las de adultas, a veces
para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y
entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para
recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir,
departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.
El
futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una
vejez no imaginada...y sin embargo... ...cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos
hijos. Enterramos muertos. Amamos. Fuimos y somos amadas. Dejamos y
nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda
la vida es mucho y no valía la pena. Cuidamos y en el mejor de los
casos nos dejamos cuidar.
Nos
casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.
Creímos
morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de
seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos
para nuestros hijos al enseñarles a caminar.
Pasamos
noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de
sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos
el amor, y cuando correspondió, también la guerra. Nos entregamos.
Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces...
los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos
intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí
estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque
juntas construimos nuestros propios cimientos.
Somos
más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces,
más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.
Y
en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos.
Porque
cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor "del
fuego" que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay
aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía. Como siempre.
Como nunca. Como toda la vida.
Nadie dijo que fuera fácil. En realidad, nada suele ser fácil, al menos lo que de verdad importa. O lo que de verdad NOS importa. Porque al final los deseos, anhelos, sueños e ilusiones personales son eso, propios e intransferibles. En muchas ocasiones no podemos entender las motivaciones ajenas... pero ahí están. Y como tal debemos respetarlas. Por eso no debemos inmiscuirnos en las decisiones de la gente que nos rodea, a menos que se nos pida consejo. Y así será siempre, solo una indicación, una observación, una sugerencia; pero nunca un juicio de valor. Al fin y al cabo, cada cual tenemos el derecho -y de algún modo la obligación también- de tomar nuestras propias decisiones y equivocarnos (o no) tantas veces como la vida considere.
Mis chicos, os espero. En el saloncito, todo es fácil. Solo hay que dejarse llevar...
Soy fan de las redes sociales. Me encanta la ventana abierta al mundo que supone facebook, por ejemplo. Estar al día de los sentimientos de nuestra gente (más o menos cercana) y recibir pensamientos, noticias, novedades, avisos, alientos... más todo aquello que se nos ocurra y sobre lo que nos guste saber. Supongo que tiene un puntito exhibicionista y otro poco vouyeur, pero a mí, personalmente, me enriquece mucho. Casi siempre hay alguna historia que me conmueve, algún artículo del que aprendo algo, alguna noticia que me alerta. Y eso me agrada.
Y al hilo de esto, me resulta llamativo el optimismo y la positividad que emana de los mensajes que la gente cuelga, así como la denuncia social a la que se pretende dar voz. Me fascina. Y esto me reporta un rayito de esperanza, porque ahora mismo el futuro parece un lugar bastante inhóspito. Es bueno compartir luz, compartir certidumbre, compartir confianza e ilusión. Porque sentir que nuestros semejantes aún no han tirado la toalla, nos alienta para seguir creyendo, confiando e incluso luchando....
Tal día como hoy, por ejemplo...
(
Hablaba el otro día con un bermeano -me hizo reflexionar sobre ello, más bien- que casi siempre tendemos a enfatizar lo negativo y pasamos por alto, en muchísimas ocasiones, lo bueno, lo positivo, lo provechoso. Nos enroscamos en lo que no funciona, en las pegas, en las dificultades; nos quedamos atrapados en todo lo que nos gustaría que fuera diferente e incluso adelantamos supuestos, conjeturas e hipótesis y nos dejamos arrastrar por la sensación amarga que nos dejan en el alma. Y eso nos puede hacer más daño -personal, en pareja, con los amigos...- del que podemos llegar a imaginar. Por regla general, cuando nos damos cuenta de lo perjudicial de nuestra actitud, suele ser demasiado tarde.
Así que aprendamos. Sin perder de vista lo que somos y tenemos, debemos hacer hincapié en el presente, que es lo único real; disfrutar, divertirnos, reir, amar. Caminar. Sentir la vida. Y despeinarnos, sobre todo despeinarnos...
El
mundo está loco. Definitivamente loco…
Lo rico, engorda.
Lo
lindo sale caro.
El sol que ilumina tu rostro, arruga.Y
lo realmente bueno de esta vida, despeina…
–
Hacer
el amor, despeina.
– Reírse
a carcajadas, despeina.
–
Viajar,
volar, correr despeina.
- Meterse al mar, despeina.
–
Rodar
en la arena, despeina. –
Quitarse
la ropa, despeina.
–
Desnudarse,
despeina. – Besar
a la persona que amas, despeina. –
Jugar y
divertirse, despeina. –
Cantar
hasta que te quedes sin aire, despeina. –
Bailar
hasta que dudes si fue buena idea ponerse tacones altos o descalzarse
esa noche, te deja el pelo irreconocible...
Así
que, como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el
cabello despeinado. Completamente despeinado.Sin
embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más
feliz de mi vida.
Es
ley de vida: siempre va a estar más despeinada la persona que elija
ir en el primer asiento de la montaña rusa, que aquella que eligió
no subirse...
Puede
ser que me sienta tentado a ser una persona impecable, peinada y
planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este
mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate,
corre, adelgaza, come sano, camina derechito, ponte serio… pero, yo
no sigo las instrucciones de nada ni de nadie. ¿Cuándo me darán la
orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta de que para lucir linda, me
debo sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser! Lo
único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la
persona que quiero ser. Y despeinada.