jueves, 30 de agosto de 2012

**DE RELACIONES TÓXICAS

En la vida nos vamos a encontrar con un abanico de personas que serán parte de nuestro camino; 
y esas personas, a su vez, establecerán con nosotr@s relaciones de un tipo u otro dependiendo de los intereses que nos vayan uniendo. Lo ideal, lo saludable y lo legítimo, es tener cerca gente que nos haga bien, que nos ayude a crecer, que nos enseñe la armonía y que nos de paz. Todo lo demás, lo que no es positivo ni enriquecedor, no nos lo merecemos cerca. Esas son las relaciones tóxicas; las que nos mantienen con el ceño fruncido, en continuo vaivén emocional. Las relaciones que nos anulan, que nos hacen daño, que nos dejan llorando por las esquinas cada dos por tres. Así no.

Os animo a leer el siguiente artículo. Por si detectáis algo...



Una RELACIÓN TÓXICA es aquélla en la cual una o las dos personas sufren mucho más de lo que experimentan dicha y placer por estar juntos. Uno de los integrantes (y en algunos casos ambos) se ven sometidos a un gran desgaste por tratar de sostener la relación.

Este tipo de vínculos provocan más insatisfacción que felicidad, y la sensación de bienestar que pueden proporcionar en escasos momentos es muy efímera ya que para vivenciarla es necesario silenciar o pasar por alto ciertas cosas que, de darles la importancia que efectivamente tienen, causarían un profundo dolor e incluso llegarían a poner en peligro la continuidad de la pareja.

Ten presente que nada bueno puede surgir de uniones entre personas que generan actitudes y emociones lacerantes que nublan tu capacidad de alcanzar la plenitud emocional que te mereces.


Las relaciones ideales entre las personas son ganar-ganar. Una relación tóxica nunca puede catalogarse como tal, son de ganar-perder y, en muchos casos, las dos personas involucradas pierden. Si tú eres quien en estos momento se está planteando si el vínculo que te causa insatisfacción y momentos desagradables es de esta índole, piensa si hay comportamientos tóxicos involucrados.

Si de a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hiere y te entristece visceralmente, si utiliza mecanismos tales como la culpa, el sarcasmo y la burla para manipularte, si mina tu autoestima y tu capacidad de que decidas de manera individual lo mejor para ti, si has llegado al punto de no reconocerte a ti mismo, entonces eres parte de una relación tóxica y eres tú quien sin dudas pierde en esta forma de comunicación de pareja.


¿Qué nos lleva a involucrarnos en relaciones tóxicas? Hay diferentes razones, a continuación detallo las más usuales:

1. La baja autoestima.

Si nuestras creencias están basadas en sentir que no somos merecedores de la atención, el respeto o el amor de otra persona, quien aparezca será considerado (o considerada) nuestra tabla de salvación, a la que nos aferraremos con uñas y dientes porque sin esta persona, ¿quién nos querrá? O ¿quién pagará nuestras cuentas? O ¿quién nos cuidará?

2. El creernos salvadores.

Fantasear que nosotros podemos cambiar a esa persona, que hemos llegado a su vida para que se transforme en otra clase de ser humano, mejor, más como nosotros queremos que sea, suponer que con nosotros se comportará de una manera diferente a la que suele hacerlo, que lograremos que se operen modificaciones impensadas, son caminos de ida hacia el sufrimiento.

Podemos ayudar a que otras personas cambien rasgos de su personalidad que les molesten, siempre y cuando se den cuenta de que este cambio los favorecería, decidan hacerlo y además quieran que los ayudemos. Lo que sí tenemos es la capacidad concreta de lograr que se produzcan cambios asombrosos en nosotros mismos si así lo deseamos: esta capacidad es innata, por lo que nada ni nadie podrá privarnos de ella nunca. Es sólo cuestión de tomar la decisión de hacerlo y poner manos a la obra.


3. El asumir el rol de víctimas.

Quién nos va a querer o a aceptar como esta persona que se digna a darnos ratos de su tiempo, o a convivir con nosotros, en definitiva, a darnos momentos su (mala) compañía cuando le place. El asumir este rol implica que estaremos generando (o aceptando) a una persona que se comportará como victimario.

4. La urgencia de muestras de cariño.

Este tipo de deseo imperioso es muy mal consejero, y se suma a la necesidad de suplir carencias profundas. A veces da como resultado el tolerar cualquier cosa por un poco de lo que atisbamos como cariño (una demostración de afecto, sexo, un regalo), pero que en realidad encubre otro comportamiento de fondo (uso, abuso, egoísmo, maltrato, falta de respeto, etc.).

5. Estar acompañado a cualquier precio.

El miedo a la soledad es el paso preliminar hacia una posible relación tóxica ya que, vuelvo a mencionarlo, toleraremos literalmente cualquier cosa con tal de no estar solos. Considero que no hay mayor sensación de soledad agobiante que el creer que uno está acompañado por alguien que le va a hacer bien cuando esto en realidad no es así y esa persona no sólo no cumple con nuestras expectativas más esenciales sino que atenta (con marcado éxito) contra nuestra calidad de vida. ¿Cómo confiar en alguien que demuestra que no quiere nuestro bien? (aunque diga otra cosa).


6. El aburrimiento.

La búsqueda de nuevas sensaciones, de una manera de alejarnos de la monotonía o de la rutina puede hacer que sólo veamos una faceta de la personalidad de quien nos atrae, la divertida y agradable que nos saca del letargo en el que estábamos, y no logramos visualizar el resto de la personalidad de quien nos atrae, en la cual hay comportamientos tóxicos que en un principio no identificamos.
Encontrar a alguien que tiene gustos similares a los nuestros es muy bueno – ¡enmascarar una relación tóxica no lo es! Una vez inmersos en un vínculo de esta índole, se nos dificulta salir porque creemos falsamente que volveremos al aburrimiento inicial…. ¡esto depende enteramente de nosotros! Hay muchas personas que comparten nuestros gustos y sueños que no precisan crear un vínculo tóxico para relacionarse.

7. La necesidad imperiosa de cumplir algún rol social

La necesidad imperiosa de cumplir algún rol social, como por ejemplo el de esposa/o, madre o padre tal vez pueda llegar a hacernos priorizar el fin antes que ver a la persona que elegimos como realmente es. Algunas veces tratamos por todos los medios posibles de enmascarar la realidad para seguir manteniendo las apariencias y la estructura social, aunque el costo interno suele ser demasiado alto.

8. El miedo a seguir avanzando en la vida.

Si tenemos un vínculo con una persona que nos pone frenos o nos cercena en nuestro crecimiento y nos estancamos en cierta área de nuestra vida (ya sea personal, laboral, espiritual o profesional) ¿no somos nosotros mismos quienes aceptamos quedarnos en una zona conocida en vez de crecer, desarrollarnos, cambiar y superarnos? Tal vez ésta ha sido tu ganancia secundaria y por eso has sostenido este tipo de comunicación por más tiempo del que quisiste o creíste poder soportar.


¿Quién dijo que amar es dar sin ninguna clase de límites? En principio hay un límite bien claro, y es el respeto y el amor a uno mismo, que está por encima de todo lo demás. Si no te quieres ni te haces valer y ensalzas a otra persona al punto de priorizarla por sobre tu bienestar y estabilidad interna, incurriendo en sacrificios estériles, integras una relación tóxica.

Si la comunicación con otra persona te hace decididamente mal, impide que desarrolles tu potencial, te frustra una y otra vez, implica que relegues deseos que son muy genuinos para ti, en síntesis, no sólo no suma sino que decididamente resta, ¿hasta cuándo seguirás tolerándola?

Amar con equilibrio es la clave hacia una vida emocional sana y placentera. Trae aparejado no permitir que persona alguna interfiera en otras actividades o áreas de nuestra vida, entender que es bien posible desarrollarse en lo que uno desee, y además crear y disfrutar vínculos sanos con otras personas. No hay por qué dejar de lado nuestras expectativas, ilusiones, deseos y sueños por intentar sostener una situación que a las claras resulta insostenible, salvo que comprometamos nuestra integridad emocional, nuestra salud, el justo respeto que nos merecemos como seres valiosos que somos y el derecho legítimo a ser plenamente felices.


Si estás inmerso o inmersa en una situación de este tipo, tienes una salida… en realidad, muchas. Cuando tú lo decidas le podrás poner fin al sufrimiento y lograrás abrir la puerta de par en par a una realidad distinta, a un futuro lleno de concreciones, optimismo y buenos tratos.

Asimismo, siempre cuentas con la posibilidad real de decidir cambiar los términos de tu vínculo de pareja tóxico en el momento que estés preparado (o preparada) para hacerlo. Si te disocias del rol que asumiste en este vínculo (salvador, maltratado, quien-todo-lo-aguanta, perdedor, sumisa, etc.) la otra persona automáticamente cambiará su postura al tratarte ya que no encontrará el mismo eco de tu parte.

Tal vez no te resulte fácil controlar tus emociones o sentimientos, aunque sí puedes elegir qué hacer y qué no hacer con ellos. Eres libre para decidir qué clase de relaciones y de personas te rodearán cada día de tu vida.



miércoles, 29 de agosto de 2012

**DOPAMINA DIEM (Y II)



Al hilo del post sobre el optimismo, he pensado que sería interesante saber un poco más sobre la llamada "hormona de la felicidad", la dopamina, que es la culpable de todas las sensaciones agradables que nos salen al encuentro en la vida. Es un post un poco largo, pero tiene información y pautas que pueden ayudarnos a ordenar algunas de nuestras necesidades más básicas. Ánimo. 

Aportaciones de la neurofisiologia al estudio de la felicidad

Los recientes avances de la investigación nos aportan evidencias de que contamos con algunas regiones del cerebro (amígdala, lóbulo frontal) directamente implicadas en la experiencia emocional. De hecho, ya hace tiempo que se sostiene sin discusión que el cerebro (y no el corazón) es el órgano de las emociones.

Sin embargo, los estudios que pretenden determinar las zonas del cerebro que se activan al experimentar alguna emoción no han podido dar resultados concretos. Lejos de localizar áreas cerebrales específicas que se estimulen con la experiencia emocional, la aplicación de nuevas técnicas como la tomografía por la emisión de positrones (TEP) para observar los cambios bioquímicos del cerebro, han permitido visualizar que cada emoción activa una cantidad importante de estructuras cerebrales.


De ello se concluye que no hay una región cerebral concreta que se identifique con la tristeza, con la ira o con la felicidad, sino una serie de áreas cerebrales en interacción. Asimismo, si seguimos los trabajos de Damasio podemos comparar nuestro cerebro con un mostrador luminoso, de tal manera que cuando una persona se siente feliz observamos un patrón de luces específico que se extiende por diversas zonas cerebrales, algunas de las cuales también se iluminan al experimentar otras emociones diferentes.

De estos descubrimientos se desprende la importancia de la interconexión entre las neuronas y, concretamente, el papel de las sustancias químicas que la hacen posible transportando los mensajes relacionados con la experiencia emocional de unas a las otras.

En relación con la felicidad disponemos de resultados de algunos estudios bastante recientes, que ponen de manifiesto la importancia de algunos neurotransmisores y hormonas, conocidas como endorfinas:

• La serotonina es una sustancia química cerebral directamente relacionada con la sensación de bienestar. Así, a niveles altos de serotonina, le correspondería un mayor nivel de felicidad.

• La dopamina es un neurotransmisor directamente relacionado con la estabilidad emocional. La recepción dificultosa de esta sustancia origina una larga lista de enfermedades relacionadas con el desequilibrio emocional y, por tanto, con la falta de una vivencia de bienestar.

• La melatonina es una hormona antioxidante que estimula y favorece el sistema inmunológico, aumenta la energía y la capacidad de esfuerzo físico, se relaciona con el control de la temperatura corporal y de los ciclos de vigilia-sueño. Se le atribuyen propiedades relacionadas con la sensación de bienestar, el retraso del envejecimiento y estados de gran calidad en la vejez.

Por tanto podemos concluir que las endorfinas  son el vehículo de la felicidad, la euforia, el placer y el alivio del dolor. Como se ha dicho estas hormonas, actúan sobre el sistema nervioso y tienen encomendada la importante labor de conectarnos con el bienestar. Así de importante es su función. Esto quiere decir que cuando te ríes y te sientes feliz, cuando haces deporte y te quedas a gusto, e incluso cuando sientes esa placentera sensación después de comer chocolate, lo que te está pasando es que estás generando endorfinas


Que son las endorfinas...

Las endorfinas, también llamadas hormonas de la felicidad, son sustancias químicas producidas por el propio organismo estructuralmente muy similares a los opioides (opio, morfina, heroína) pero sin sus efectos negativos. Se calcula que hay alrededor de 20 tipos diferentes de endorfinas distribuidas por todo el cuerpo, parte de ellas están localizadas en la glándula pituitaria y son las encargadas de hacer posible la comunicación entre las neuronas. Estos químicos naturales producen una fuerte analgesia, estimulan los centros de placer del cerebro creando situaciones satisfactorias que contribuyen a eliminar el malestar y disminuir las sensaciones dolorosas. Cuando sentimos dolor las endorfinas actúan como analgésicos endógenos inhibiendo la transmisión del dolor al cerebro.

Las endorfinas son producidas por el organismo en respuesta a múltiples sensaciones, entre la que se encuentra el dolor y el estrés, también influye en la modulación del apetito, la liberación de hormonas sexuales y el fortalecimiento del sistema inmunitario. Cuando sentimos placer estas sustancias químicas se multiplican y envían mensajes a nuestro cerebro a los linfocitos y a otras células responsables de la defensa de virus y bacterias que invaden el organismo.

Las endorfinas tienen una vida muy corta ya que son eliminadas por determinadas enzimas que produce el organismo. Es una medida para mantener el equilibrio de nuestro cuerpo y no ocultar señales de alarma.



El amor y las endorfinas....

Esa cosa llamada amor tampoco se escapa de las endorfinas. Y es que esa gran emoción que sentimos y que nos hace volvernos locos tiene detrás una dinámica química en la que se piensa que intervienen hormonas características como las endorfinas. Los endocrinólogos explican que estas hormonas, junto con las conocidas como apomorfinas, son las que inducen a la adicción (por eso decimos que el amor es una droga).

El caso es que las endorfinas intervienen en nuestro enamoramiento desencadenando una sensación de placer que buscamos repetir. Y esto lleva también a concluir a los expertos que podemos enamorarnos en cualquier etapa de la vida, porque siempre tenemos endorfinas. Por eso y otros detalles de esta rocambolesca historia, sabemos que aunque atribuimos el amor al corazón, en realidad las emociones están en el cerebro.


Como nos recargamos de endorfinas....

Podemos recargarnos de endorfinas de maneras diversas. Por ejemplo, cuando realizamos algunas actividades que nos agradan, nuestra actitud y estado de ánimo mejoran, lo que provoca un flujo mayor de endorfinas. Por tanto, lo mejor es optar por aquellas que nos resulten más beneficiosas con efectos inmediatos. A continuación, algunas alternativas:

Reir siempre.
La risa y la carcajada son las mejores fuentes de endorfinas; así lo demuestran los estudios realizados sobre risoterapia. Se ha comprobado la influencia que tiene la risa sobre la química del cerebro y del sistema inmunitario. El solo hecho de reproducir el gesto de la sonrisa ya hace segregar endorfinas, por un mecanismo similar al que nos hace segregar saliva con sólo oler o pensar en una buena comida.

Disfrutar de la naturaleza.

El contacto con el ambiente natural nos llena de energía y buen humor. Vayamos a la playa o al campo y empapémonos todas las sensaciones que genera un paisaje, sus colores, sus olores. La atmósfera cargada de iones negativos estimula la secreción de endorfinas. (Los iones son una parte de los átomos; cuando estos ganan electrones se forman los iones negativos que, en contra de lo que su nombre da a entender, ejercen una influencia muy positiva sobre nuestro entorno y nuestra salud).

Dejar fluir la mente.

Las endorfinas se segregan en mayor cantidad y facilidad cuando nuestra mente no está ocupada de pensamientos que nos tensan. Lo más conveniente es practicar técnicas de relajación como el yoga, el tai chi, la meditación o sencillamente dar un paseo con la mente reposada.


Escuchar música.

Se ha demostrado que la música estimula el potencial del cerebro con más fuerza que la palabra hablada. La música melodiosa es capaz de provocar una importante liberación de endorfinas, a tal grado que se emplea con muchísimo éxito como terapia analgésica (contra el dolor).

Trabajar contento.

Casi un tercio de las horas del día las dedicamos al trabajo; por ello es importante que estemos cómodos con la ocupación que realizamos, los compañeros de oficina y el ambiente que nos rodea. De este modo las endorfinas se mantendrán a flote y nos permitirán rendir en nuestro labor.

Admirar la belleza de las cosas.

Mira siempre el lado bonito y positivo de todas las cosas porque ello influye en nuestro estado de ánimo y en nuestra salud. Las formas agradables activan la producción endorfínica de la hipófisis.

Descubrir el placer de la comida.

Es muy diferente disfrutar con la comida que disfrutar comiendo. Los alimentos nos estimulan antes de cosecharlos, luego en el mercado, después cuando los preparamos y finalmente al saborearlos. Esta predisposición hacia los alimentos no sólo produce placer sino que ayuda a digerirlos mejor.


Dar sentido a tu vida.

La rutina destruye lentamente nuestras reservas de endorfinas; evitemos, por lo tanto, la monotonía haciendo lo que más nos llene, siempre que sea posible. La curiosidad y el interés por infinidad de temas y actividades mantendrá nuestros niveles de endorfinas en buen estado.

Recordar situaciones placenteras.

En el pasado tuvimos momentos buenos y muy agradables, en los que nuestra producción de endorfinas estuvo desbordante. Evocarlos cuando nos sentimos algo deprimidos, tendrá un efecto químico similar. Sin embargo, no hay que olvidar que lo mejor siempre está por llegar; ensimismarnos en el pasado lo único que logrará es cerrar la puerta a lo bueno que está por venir.

Disfrutar de todos los sentidos.

Ya explicamos la necesidad de complacer al oído con música, al paladar con la comida y a la vista con la belleza; no dejemos de lado, entonces, los sentidos del olfato y del

tacto. Los olores provocan en nosotros una reacción inmediata de agrado o desagrado. Oler a césped húmedo, a mar, a incienso o a nuestro perfume preferido aumenta el nivel de endorfinas. Por su parte, el contacto físico provoca también grandes descargas de bienestar. Las terminaciones nerviosas transmiten el roce de piel contra piel hasta el cerebro, activando la secreción de endorfinas. Ello explica porqué con un abrazo o unas caricias, es posible aliviar el dolor.


Entrégate a una afición. 

Pensemos en el pasatiempo o hobby que practicamos con más alegría y recurramos siempre a él cada vez que sintamos un bajón en nuestros niveles de endorfinas. Si nos acostumbramos a asociar una actividad determinada con un beneficio para las endorfinas, el efecto será cada vez mayor y más automático.

Se amable. 

Una disposición comprensiva hacia los demás resulta crucial para mantener altos nuestros niveles de endorfinas y los de quienes nos rodean. Las palabras afectuosas, las sonrisas, el buen humor así como una actitud receptiva y comprensiva hacia los demás originan una emisión constante de estas hormonas de la felicidad.

Realiza actividades físicas

Más endorfinas con respiración y actividad física . Realizar actividades físicas ayuda considerablemente a incrementar el nivel de endorfinas de un modo natural, sobre todo cuando se acompañan de una correcta respiración.

Al respirar profunda y relajadamente se puede cambiar la química del cerebro y, en consecuencia el estado de ánimo. Para alcanzar una respiración profunda es preciso relajarse y concentrarse en la espiración. Se expulsa todo el aire de los pulmones suavemente, y luego se afloja todo lo posible las paredes abdominales para permitir el ingreso automático del aire. Esta adecuada forma de respirar, realizada en un ambiente fresco y limpio del campo, puede provocar una emisión adicional de endorfinas.

De otro lado, la práctica regular de ejercicio es la mejor garantía de una respiración eficaz y de una sobre estimulación en la producción de endorfinas. Esta dosis extra es la causa de la energía que se experimenta al realizar ejercicio sin llegar al agotamiento, sensación similar a la que puede producir una droga excitante. Por tanto, resulta conveniente aumentar el ritmo y la frecuencia de actividad física. 


Para tales fines se aconseja:

Elegir un deporte que pueda practicarse mínimo tres veces a la semana. Es más recomendable realizar poco ejercicio regularmente que hacer un gran esfuerzo sólo de vez en cuando. Convienen aquellos que favorecen el trabajo aeróbico y liberan la mente de preocupaciones como caminar largas distancias, pasear en bicicleta o nadar. Empezar toda rutina de ejercicios de manera suave, aumentando el ritmo lentamente y con seguridad.

Entrenar en pareja o con un grupo de amigos, ayuda a hacer frente a la desmotivación de hacer ejercicio a solas. Además, se ha observado que el contacto físico también aumenta las endorfinas por sí mismo. Pero tampoco hay que pasarse, porque los deportistas compulsivos se vuelven adictos a sus propias endorfinas y no pueden parar.

Come chocolate

El chocolate negro tiene un compuesto químico que nuestro cuerpo transforma en la misma sustancia del enamoramiento, aunque en dosis muy pequeñas. Lo que de verdad produce es serotonina.

Toma café

Porque a las pocas horas de tomar esta sustancia el nivel de endorfinas sube. Tampoco hay que abusar, que también pueden aparecer efectos nocivos.

Practica sexo

Mediante el sexo también, se consigue eliminar el estrés y la depresión. Cuando la excitación va creciendo entra en juego la endorfina, que crea una sensación de placer y un estado de euforia hasta alcanzar el nivel máximo en el orgasmo. En la mujer durante clímax también se libera la oxitocina, hormona responsable de que aumente la intensidad del orgasmo. En este momento de máximo auge, las células nerviosas del cerebro descargan su contenido eléctrico provocando el relajamiento físico y mental.


En otras palabras, es preciso aprender a ser feliz. Y para lograrlo tenemos muchas opciones al alcance de nuestras manos. Solo tenemos que dibujar objetivos y ponernos en marcha. Y nunca olvidar que nos debemos tiempo personal, que nos debemos sueños personales, más allá de los sueños que queremos ofrecer a nuestra pareja, a nuestros hijos, a nuestros padres... No podemos ser en nadie más que en nosotros mismos; no podemos hacer depender nuestra felicidad de la idea posesiva de los afectos. A la larga, solo conseguiremos hacernos daño, a nosotros mismos y a la persona que hemos convertido en objeto, por más legítimo que nos parezca todo....

 
Os espero en el saloncito, mis chic@s.
Para una sesión de mimos, de ternura, de paz.
Para fortalecer el alma y alimentar el espíritu.
Para disfrutar, para renacer, para generar.
Para ordenar.
Para sentir.
Para soñar...



lunes, 27 de agosto de 2012

**OPTIMISMO DIEM ;-)


El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia , descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias (incluso las adversas), confiando en nuestras capacidades y en las posibilidades que se abren ante nuestros ojos.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es mínima, pero tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestra actitud.

Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica del optimismo; por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que pongamos, algunas veces las cosas no resultan como deseábamos. El optimismo es una actitud permanente de “recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las situaciones para comprender mejor la naturaleza de los fallos, errores y contratiempos; sólo así estaremos en condiciones de superarnos y de lograr nuestras metas. Si las cosas no fallaran o nunca nos equivocáramos, no haría falta ser optimistas.



 

Normalmente la frustración se produce por un fracaso, lo cual supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones similares. La realidad es que la mayoría de nuestro tropiezos se dan por falta de cuidado y reflexión. ¿Para qué sirve entonces la experiencia? Para aprender, rectificar y ser más previsores en lo futuro.

Cualquiera que ha sido campeón en alguna disciplina, llegó a colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero pocas veces se hace alusión a su optimismo, a esa entrega apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en sí mismo y en las personas que colaboraron para su realización. El optimismo refuerza y alimenta a la perseverancia.

El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista que sea seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.

En otras circunstancias nos engañamos e inventamos una falsa realidad para hacernos la vida más fácil y cómoda. Basta mencionar al estudiante que se prepara poco y mal antes de sus evaluaciones, esperando obtener la calificación mínima y necesaria para “salir del paso”, sin darse cuenta que su falso optimismo lo llevará –tarde o temprano- al fracaso.


 


Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver con el resto de las personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien esperamos una actitud positiva y abierta; en el trabajo, una personalidad emprendedora; en la escuela, profesores y alumnos dedicados. Si nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda. El optimista reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar, para servir.

En la amistad y en la búsqueda de pareja también es necesario ser optimista. Algunas personas se encierran en sí mismos después de los fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien más en quien confiar. El optimismo supone reconocer que cada persona tiene algo bueno, con sus cualidades y aptitudes, pero también sus defectos, los cuales debemos aceptar y buscar la manera de gestionar en nuestro día a día.


 

El paso hacia una actitud optimista requiere de una disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y ver todo con una apariencia distinta. ¿Cómo?

- Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos, seguramente con esto se solucionarán muchos de los inconvenientes. 

- Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de hacer críticas o pronunciar quejas.

- Procura descubrir las cualidades y capacidades de los demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más justo y honesto.

- Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras personas encuentran la solución más rápido.

- No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando decisiones a la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no optimismo.

No es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño, quien ha sabido asumir los errores y equivocaciones y ha hecho de ellos una experiencia positiva de aprendizaje. Todo requiere esfuerzo y el optimismo es la alegre manifestación del mismo; de esta forma, las dificultades y contrariedades dejan de ser una carga, convirtiéndonos en personas productivas y emprendedoras.



Nos vamos a encontrar con  muchas situaciones dolorosas y tristes en la vida; situaciones como  padres, como hijos, como amigos, como pareja, como profesionales. La vida es, en si misma, un camino difícil y una aventura arriesgada... así que cuanto más positiva sea nuestra actitud, cuanto más creativa y generosa, más fácil podremos volver a empezar, antes podremos reinventarnos para volver a ofrecer una nueva versión de nuestro mejor yo. Tenemos la obligación de ser sin fisuras, de ofrecer todo el amor y la comprensión, toda la ternura en estado puro...tenemos la obligación de mirarnos dentro, de identificar nuestros errores y de encaminarlos, para no hacer daño gratuíto a nadie. Tenemos que ser autocríticos, honestos y sencillos. No dejar espacio al rencor, perdonar, relativizar y sobre todo, olvidar. Porque si no cerramos heridas, si no cerramos las puertas que nos hacen mal, no podremos abrir las puertas que dejen entrar luz.

Paz y bien, mis chic@s.
Con el año avanzado y al calorcito del verano tocando a su fin, es buen momento para hacer repaso de cómo llevamos los propósitos de Enero... Analizar lo conseguido, lo aparcado, lo que está on time. Y así reajustar lo que consideremos necesario, lo que nos puede hacer bien. O mejor. Porque, ¿os cuento un secreto? rectificar es de sabios.... 



domingo, 26 de agosto de 2012

**LA TERNURA


Me he puesto con "Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus". Reconozco que no es mi estilo de literatura, más que nada porque no es una narrativa ligera y tiene un ligero tufillo a libro de autoayuda, libros de los que he procurado huir toda mi vida. ¿Que por qué? Porque me da la sensación de que me están llamando tonta a la cara... Pero bueno, esa es otra historia y probablemente una tontería sin mucho sentido; que conste que las cosas son útiles en la medida en que nos hacen bien, así que si un libro de autoayuda resulta la mejor de las terapias en un momento determinado de la vida, ¡¡bienvenido sea!!


Hoy quería retomar un tema que hace mucho que no toco y es el valor de la ternura, que es uno de los pilares de cualquier relación sana y saludable. Si algún elemento da belleza y sentido a la vida, ese es, sin duda, la ternura. La ternura es la expresión más serena, bella y firme del amor. Es el respeto, el reconocimiento y el cariño expresado en la caricia, en el detalle sutil, en el regalo inesperado, en la mirada cómplice o en el abrazo entregado y sincero. Gracias a la ternura, las relaciones afectivas crean las raíces del vínculo, del respeto, de la consideración y del verdadero amor. Sin ternura es difícil que prospere la relación de pareja. Pero además es gracias a la ternura que nuestros hijos reciben también un sostén emocional fundamental para su desarrollo como futuras personas sensatas y armónicas.


Parece ser que los recuerdos que más nos acompañan en los últimos momentos instantes de nuestra vida no tienen que ver con momentos de triunfo o de éxito, sino con experiencias donde lo que acontece es un encuentro profundo con un ser amado, un momento de intimidad cargado de significado: palabras de gratitud, caricias, miradas, un adiós, un reencuentro, un gracias, un perdón, un te quiero. Son esos instantes los que al parecer quedan grabados en la memoria gracias a la luz de la ternura que revela la excelencia del ser humano a través del cuidado y el afecto.

Paradojicamente, la ternura no es blanda, sino fuerte, firme y audaz, porque se muestra sin barreras, sin miedo. Es más, no sólo la ternura puede leerse como un acto de coraje, sino también de voluntad de mantener y reforzar el vínculo de una relación. La ternura hace fuerte el amor y enciende la chispa de la alegría en la adversidad. Gracias a ella, toda relación deviene más profunda y duradera porque su expresión no es más que un síntoma del deseo de que el otro esté bien.


La ternura implica, por tanto, confianza y seguridad en uno mismo. Sin ella no hay entrega. Y lo más bonito es que su expresión no es ostentosa, ya que se manifiesta en pequeños detalles: la escucha atenta, el gesto amable, la demostración de interés por el otro, sin contrapartidas.

La ternura expresa además la calidad de una relación. Sexo con ternura es expresión del amor; sin ternura, una relación basada en la sexualidad está condenada a la ruptura. Porque aunque pueda haber intensidad sensorial en el intercambio físico, sin ternura se produce una relación que se encierra en la búsqueda del propio placer y hace del otro un objeto de satisfacción y nada más.

La pasión del enamoramiento es efímera y deja paso con el tiempo a una relación más reposada donde se instala la ternura. Sin ella, la relación de pareja está condenada al fracaso porque su ausencia genera aburrimiento, rutina, apatía, distancia y egoísmo.
La ternura encuentra también un espacio para desarrollar su extraordinario valor en los momentos difíciles. Expresar el afecto, saber escuchar, hacerse cargo de los problemas del otro, comprender, acariciar, cultivar el detalle, acompañar, estar física y anímicamente en el momento adecuado..., son actos de entrega cargados de significado. Y es que en el amor no hay nada pequeño. Esperar las grandes ocasiones para expresar la ternura nos lleva a perder las mejores oportunidades que nos brinda lo cotidiano para hacer saber al ser amado cuán importante es para nosotros su existencia, su presencia, su compañía. Es verdad que el amor todo lo vence... y es a través de la ternura.



jueves, 23 de agosto de 2012

**BILBAO POWER :-)

Ayer me escapé un ratito de fiestas; fuegos, concierto de Celtas (demasiada gente, ¡una pena!), txoznas (de un colorido maravilloso, buena música...) y de recogida formal al hogar. Supongo que hace tantos años que no venía a fiestas, que todo me está resultando novedoso y espectacular, sobre todo el ambiente que se respira donde sea y a la hora que sea. La verdad que la actitud es lo que más ayuda (como para todo en la vida, ¡qué duda cabe!) y tener ganas de disfrutar, ayuda a que el camino se haga (casi) solo. Mañana salgo con mis brujas...¡¡eso sí que va a ser explosivo!!


De todos modos, creo que debemos cuidar los excesos; comiendo, fumando, bebiendo. En las cosas nocivas, claro; en las ricas, no hay que poner demasiadas barreras... ;-) Más tarde o más temprano, todo pasa factura y tenemos que ser consecuentes con ello. El sueño también es uno de los temas que debemos cuidar; una falta de descanso (o un descanso deficiente) puede tener efectos negativos en nuestro organismo; desde la luminosidad de la piel hasta un cansancio generalizado (¡obvio!), pasando por un aumento de la irritabilidad o una clara dificultad de concentración. Y lo más importante, se produce una debilidad del sistema inmunitario que puede provocarnos graves trastornos.

Y me he acordado de las inundaciones...

http://www.elcorreo.com/vizcaya/20080826/local/riada-desde-punto-vista-200808260917.html

Está siendo muy agradable recuperar mi esencia y mis raices...



miércoles, 22 de agosto de 2012

**REGALOS DE LA VIDA...

Esta es una de esas cosas que llegan a un rinconcito del muro de una red social cualquiera... y toca la fibra, la más honda. Al menos a mí. Me parece un vídeo para ver, sobre todo por la actitud desafiante y despectiva del conductor del programa... y por lo que se encuentra después. No sé cuántas veces lo he visto ya y cada una de ellas consigue ponerme la piel de gallina. Me parece un regalazo. Y un ejemplo de por qué no hay que juzgar por las apariencias, nunca, sin antes mirar un poco más dentro. Hay que dar una oportunidad a que las personas para que nos sorprendan por sus hechos y no por su disfraz...

Siguen las fiestas en Bilbo.
Una maravilla, un ambientazo.
¡Un besito!


martes, 21 de agosto de 2012

**DE LAS COSAS DE PAREJA (recetas que a veces valen, otras veces no)

(Este post es para una amiga y confidente que se hace llamar Nena Dacconte...Para tí, preciosa, que aún crees en el amor...)



Ser feliz en pareja es totalmente posible, y la realidad es que una relación de pareja no se acaba de un momento para otro, es un proceso que empieza desde el día en que dejamos de hacer ciertas cosas y empezamos a hacer otras que son las que nos llevan a que se termine la relación. Para que las relaciones funcionen, tengamos en cuenta cinco claves importantes para llevar una vida plena, feliz y satisfactoria en pareja.

Cinco Claves Para Ser Feliz En Pareja

1. Evita las discusiones tóxicas: es muy importante aprender a discutir y mantener el autocontrol en las discusiones, porque de esto dependerá en gran parte el futuro de la relación.

Para empezar es muy importante que tengas claro que las discusiones son parte de la vida en pareja, porque la realidad es que la pareja no puede estar de acuerdo en todo; el problema radica cuando se discute de forma ofensiva, agresiva, cuando hay reproches, recriminaciones o cuando alguno tiene dificultad para crear intimidad con el otro y este tipo de actitudes sólo sirven para deteriorar la relación en pareja.

Al contrario. cuando se discute de forma tranquila, calmada y respetuosa, que es lo que hace que la relación crezca y se fortalezca, y para ello la clave esta en pensar y ponerse en el lugar del otro antes de hablar, ya que esto te permitirá actuar con amor en vez de reaccionar con rabia. 

El amor es como la luna: cuando no crece, decrece. 
Autor desconocido.

Y si el caso es que ambos están muy alterados, toma la iniciativa y saca la bandera blanca, pídele a tu pareja un tiempo corto para calmarte y así también darás tiempo para que el se calme y luego ya ambos calmados pueden recuperar la discusión y hablar de forma tranquila de lo sucedido para aclararlo y solucionarlo, teniendo en cuenta que el otro tiene sus razones y hay que escucharlas.

También es importante aceptar la responsabilidad que tenga cada quien. Recuerda la pareja no puede estar de acuerdo en todo, es lógico que haya conflictos pero superarlos une a la pareja y fortalece la relación.


2. Acepta las diferencias de tu pareja: las parejas gastan mucha energía intentando cambiar a su pareja, por favor deja de criticar, reprochar o intentar que tu pareja sea como tu quieres, y al contrario acéptala con sus defectos y virtudes con sus despistes y detalles, sean los que sean. Y al contrario interésate por conocerle mejor, para entenderle y aceptarle, y verás que tu percepción y tu relación ira mucho mejor.

Conviértete en su cómplice, en su mejor amigo, complácele en sus caprichos a veces sin sentido, comparte sus sueños y fracasos sin juzgarle ni desanimarlo.



3. Convive en Armonía: la clave para mantener una convivencia exitosa es la comunicación, en vez de guardar por dentro lo que no te gusta, y lo que te gusta, al contrario exprésaselo a tu pareja.

La comunicación y el respeto por el otro es lo que marcará la diferencia para convivir en armonía o al contrario saturará la convivencia. Habla y sobre todo escucha, interésate sinceramente por tu pareja y en sus cosas, y sobretodo respeta sus hábitos y forma de actuar y hacer las cosas.


4- Disfruta del sexo: el sexo es un momento de unión, que no solo se trata de un encuentro físico sino también emocional y por eso es un aspecto que hay que cuidar como cualquier otro de la relación. Y la clave para disfrutar del sexo con tu pareja radica en ser creativa y comunicativa.

Creativa para vencer la rutina y hacer que el sexo sea siempre interesante, vital, que te incite a ti y a tu pareja a jugar e imaginar.

Para empezar puedes de vez en cuando sorprender a tu pareja con algo inesperado, atrévete a hacer algo nuevo que le de un toque de frescura y de renuevo a su relación y sobre todo que contribuya a fortalecer su unión.

Y comunicativa para expresar lo que quieres y así también tu puedas disfrutar del sexo, estoy segura que a tu pareja le encantará conocer a detalle tus intereses y mejor aún complacerte.



5. Mantén expectativas sanas: una de las cosas que hace fracasar a las relaciones de pareja es el exceso y falsas expectativas. Y todo porque se quiere que la relación sea romántica, emocional y sexualmente plena; buscan seguridad, apoyo económico, niños; se espera a que él o ella sea nuestro mejor amigo, amante y confidente, etc…

Así que en vez de esperar todo lo mencionado, y más, de tu pareja, o peor aún esperar que sea perfecta, al contrario empieza a ser realista y sólo espera ser querida tal y como eres, porque de las altas y falsas expectativas aparece la decepción. Así que sé más tolerante, y aprende a quererte más a ti misma.





lunes, 20 de agosto de 2012

**RESILIENCIA (¡ojú con el nombre!)

Hace ya un tiempo, una bruja sabia y maravillosa nos habló de la resiliencia, concepto que no se maneja en el día a día pero que cada vez es más usado en psicología positiva. La resiliencia implica dos componentes: primero, la resistencia frente a las adversidades, es decir, la capacidad para mantenerse entero cuando se es sometido a grandes presiones; y segundo, la capacidad para sortear las dificultades, para aprender de las derrotas y reinventarse creativamente, transformando los aspectos negativos en nuevas oportunidades y ventajas.


Por otro lado. las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es, tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido, y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.
Además, presentan las siguientes habilidades:
  • Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.
  • Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.
  • Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
  • Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
  • Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.
  • Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas.
  • Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas.
El modo de pensar de las personas resilientes
Las percepciones y los pensamientos influyen en el modo como la gente afronta el estrés y la adversidad.
El estilo de pensamiento de las personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto que las personas menos resilientes.
Los beneficios de la resiliencia
Las personas más resilientes:
  • Tienen una mejor autoimagen
  • Se critican menos a sí mismas
  • Son más optimistas
  • Afrontan los retos
  • Son más sanas físicamente
  • Tienen más éxito en el trabajo o estudios
  • Están más satisfechas con sus relaciones
  • Están menos predispuestas a la depresión
Qué contribuye a que una persona sea más resiliente
  • El apoyo emocional es uno de los factores principales. Tener en tu vida personas que te quieren y te apoyan y en quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que si estás solo.
  • Permitirte sentir emociones intensas sin temerlas ni huir de ellas, y al mismo tiempo ser capaz de reconocer cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y centrar tu mente en alguna distracción.
  • No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar soluciones. Implica ver los problemas como retos que puedes superar y no como terribles amenazas.
  • Tomarte tiempo para descansar y recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes parar.
  • Confiar tanto en ti mismo como en los demás.

(...)

Desde aquí, un besito de esos que hacen bien y un abrazo de esos que curan para quien lo esté pasando mal; todos vivimos momentos complicados (por mil y un motivos) y siempre nos resulta grato saber que hay quien se preocupa por nosotros, que tenemos gente que nos quiere y no nos juzga, que hay buenas vibraciones y buenos deseos dirigidos hacia nuestra persona. Os abro las puertas del saloncito para olvidar por un rato lo negativo y retomar el pulso a la vida....
...paz y bien.




domingo, 19 de agosto de 2012

** BILBOKO ASTE NAGUSIA

Han empezado las Fiestas de Bilbao. Mareas de gente. Mil y una actividades; música, teatro, fuegos artificiales... Una locura de esas que gustan. Y que sirve de excusa para estar con gente que tiene ganas de fiesta de la buena.

Os invito a pasar por aquí. Por Bilbao y por el saloncito, que sigue abierto también estos días para paliar excesos... ;-)

¡¡Un besito fiestero!!









jueves, 16 de agosto de 2012

** ELIGIENDO...

Arf, arf.
Lo siento.
Llego, vuelvo a llegar.
He tenido visita este fin de semana y el ritmo de la vida cambia un poco; de hecho, ya es jueves y ni me he enterado de esta semana. Bueno, que ayer fuera fiesta también me ha descolocado un poco. Ufff, el tiempo se pasa volando...

Acabaron los Juegos Olímpicos; el medallero español quedó bastante mejor de lo imaginado y los británicos se hicieron grandes en su tierra. El control antidopaje surtió efecto y la eliminación de los bañadores inteligentes y el agua con ozono, dejó los récords de la piscina bajo mínimos. El atletismo tuvo, de nuevo, nombre propio -BOLT, Usain- y la gala de clausura se dejó ver.  "Always look on the bright side of life"...



Estos días he aprendido que los momentos de la vida están para eso, para ser vividos como, donde y con quien toca. Nada es para siempre (o como dice Isma, "el amor es eterno mientras dura") y casi siempre, todo lo bueno acaba pasando. Y después llega otro momento. No sabemos si de subida o de bajada, pero llega otro. Y después otro. Podemos elegir quedarnos en la balsa que nos ofrece la monotonía y la seguridad de momentos que no nos hacen felices pero que nos dan calma; o podemos elegir arriesgar y apostar por nosotros mismos y el sueño de la felicidad, aunque puede ser que ese sueño no llegue nunca. Hay que elegir.
Por lo que a mi respecta, elijo pelear, buscar, insistir, llorar, reir, amar, confiar, soñar... sentirme viva, aunque muchas, muchísimas veces, me duela hasta el alma. Gracias a tod@s.





jueves, 9 de agosto de 2012

**CARTA DE ISIDRE ESTEVE A JOAN LASCORZ Y UNA PD

Sigo muy de cerca noticias y acontecimientos relacionados con el Daño Cerebral; por vocación, profesión y refilón amoroso, que digo yo. Y me he encontrado con esta noticia que me ha conmovido, imagino que como a todo el mundo relacionado de un modo u otro tanto con el motor como con el daño cerebral.
Con todo mi cariño...




Hace unos días Isidro López, de Solomoto, nos avisaba de una pequeña y emotiva sorpresa en el próximo número de la revista. Puesta hoy mismo a la venta incluye la pegatina de logo de apoyo y fuerza a Joan Lascorz, ahora mismo en el Instituto Guttman para la rehabilitación de Daño Cerebral. Pero esa sorpresa no era sólo este bonito gesto, sino la carta abierta que el piloto Isidre Esteve había hecho llegar a redacción para su publicación.
Unas líneas escritas del puño y letra de alguien que sabe lo que es pasar por esta situación. Unas líneas que dejan la piel de gallina a cualquiera que las lea. Además, la carta llega después de que Albert Llovera publicara este fin de semana un par de fotografías acompañado de su compañero de la “Escuderia Guttman”, como él dice, en la que por fin volvemos a ver sonreír a Jumbo. Sin más dilación, os dejo con las palabras de Isidre para Joan.

Nunca sabes cómo empezar a escribir en una situación como esta, recuerdo que mientras estuve en el hospital la gente entraba en la habitación sin saber muy bien que decir, cómo actuar, tenían miedo de meter la pata, de no estar a la altura de la situación.

En mi vida siempre he intentado ir al grano, sin rodeos , afrontar las cosas como vienen y actuar, y con esta filosofía encaré mi lesión medular, enseguida quise saber su alcance y así, tener claro el punto de partida.
Evidentemente pasarás momentos muy duros, le darás mil vueltas a la cabeza, lo verás todo oscuro y te sentirás con la impotencia de no poder hacer nada. Llora, grita, desahógate, nadie te lo reprochará.
No podemos controlar todas las cosas que nos pasarán durante nuestra vida, pero podemos decidir cómo afrontarlas. Nosotros decidimos hasta que punto nos afectarán.
En lugar de repasar una y otra vez las cosas que no podrás hacer, haz una lista con todas las que podrás hacer a partir de este momento y empieza a trabajar en ellas.
Hay una ventaja considerable que tenemos los deportistas con respecto a los que no lo son, estamos acostumbrados a la lucha, al trabajo, a la superación, no nos da miedo el sacrificio si con él llegamos a la meta, pues bien, busca una nueva meta, te aseguro que la hay.
La vida es un regalo, a veces nos castiga o nos sacude, pero tenemos la obligación de aceptarla y disfrutarla al máximo dentro de nuestras posibilidades, exprimirla y sacarle lo mejor de ella, vivirla.
Si miras a tu alrededor verás cientos de razones para hacerlo:
Por ti mismo, porque ya has sufrido suficiente y te mereces otra oportunidad.
Tu familia, siempre estará contigo incondicionalmente, te quieren y se merecen lo mejor de ti. Tus amigos, en situaciones así, hay una selección natural de ellos, los que quedan son los buenos, con ellos podrás seguir compartiendo experiencias, cenas, salidas, …
Hay otra razón para salir adelante y cuidarte, no debe convertirse en una obsesión, pero sí en una motivación para el trabajo, hay muchos científicos por todo el mundo estudiando una solución para nuestra lesión, seguro que su propósito no está cerca, pero no es imposible.
Yo he ido descubriendo razones y encontrando motivaciones nuevas durante todos estos años, tu también lo harás, solo debes tener la mente abierta y el corazón fuerte y no perder las agallas que como piloto has demostrado.
Mira el futuro con ilusión, a partir de ahora, todo lo que vendrá será mejor de lo que has pasado en estas últimas semanas.
Sigue pilotando tu vida hacia donde tú elijas. "



PD: ¡Y sumando medallas! Taekwondo, oro masculino y plata femenina, ¡¡enhorabuena!!.
Y mis chicos de balonmano que se han quedado fuera... ¡qué pena!
Ayer decía Urdiales (ex-jugador y actual comentarista televisivo), que para ganar un partido también se necesita un poco de suerte... y la selección no tuvo esa suerte ayer. Entre otras cosas, por ejemplo,  porque el gol que dió la victoria a Francia fue nulo, ya que el lanzador estaba pisando la línea del área... La verdad es que han hecho un campeonato precioso e incluso Valero Rivera, el seleccionador, estaba ayer muy triste después del partido. Señal de que está orgulloso de sus chicos, porque la verdad es que han peleado como jabatos. En fín, otra vez será.
A ver las chicas si tienen un poco más de suerte ...
¡¡Besito de jueves (muy caluroso)!!