viernes, 10 de mayo de 2013

** ETAPAS DE DUELO (I) ...



Cuando estamos inmersos en tiempos oscuros -problemas, angustias, tristezas, penas, desalientos, depresiones, enfermedades, lutos, rupturas...-, todo nos resulta un túnel sin salida. Como opción más viable, siempre nos parece la menos traumática tirar la toalla y dejarnos llevar; nos regocijamos en nuestra pena más mortífera porque consideramos que es el único sentido que podemos darle a nuestro sufrimiento. Y nos vamos de cabeza a las etapas del duelo (propuestas por Elisabeth Kübler-Ross en 1969), que están muy muy bien definidas. No todo el mundo las vive en el mismo orden y ni siquiera hay por qué pasar por todas; al fin y al cabo, cada persona es un mundo. Tardemos lo que tardemos, lo ideal es querer avanzar y superar la aflicción, sin quedarnos estancados en un estado de desesperanza perenne.

He aquí las cinco fases:

1.- LA FASE DE NEGACIÓN Y AISLAMIENTO

La primera reacción cuando sufrimos una pérdida -la que sea- es levantar nuestros primeros mecanismos de defensa para postergar, aunque sea un poco, el impacto de la agresión que la noticia necesariamente implica. Esta primera barrera defensiva nos lleva a decir y sentir: no quiero, no puede ser, debe de ser un error. Las personas nos intentamos convencer de que ha habido una equivocación. La negación es un mecanismo de defensa que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida y ante la noticia de una pérdida se hace presente para conceder una tregua entre la psiquis y la realidad.

En estos primeros momentos hay personas que actúan como si no hubiera ocurrido nada, aparentando ante los demás que aceptan plenamente la situación. En otros casos, encontramos a personas que se paralizan y permanecen inmóviles e inaccesibles.


En la negación existe una búsqueda desesperada del tiempo necesario para pensar en el futuro de manera más serena, tomando distancia temporal de lo que sucede, buscando una más saludable adaptación al evento que apareció demasiado abruptamente. La negación es un verdadero intento de amortiguar el efecto del primer impacto.

Artículos de Psicología sobre las Fases del Duelo
















2.- LA FASE DE LA IRA

Cuando vemos por fin la realidad, intentamos todavía rebelarnos contra ella y entonces las preguntas y sentimientos cambian. Nacen otras preguntas: porque yo, porque ahora, no es justo... y aparece el enojo con la vida, con Dios y con el mundo.

En ocasiones las personas expresamos una ira que inunda todo a nuestro alrededor; nada nos parece bien, nada nos conforma y nuestro corazón rezuma dolor, odio y rencor. Podemos sentir falta de seguridad y baja autoestima, e incluso enfadarnos con aquellas personas a las que consideramos responsables de la pérdida. Suelen aparecer también sentimientos de injusticia y desamparo junto con problemas como insomnio, pesadillas o sueño no reparador.

En este momento podemos sentirnos con menos capacidad de concentración y tener pérdidas de memoria. Nuestro apetito en general también se ve afectado y nos resulta muy difícil disfrutar de las actividades cotidianas.






3.- LA FASE DE LA NEGOCIACIÓN CON LA REALIDAD

Esta Fase del Duelo refiere a la persona al pensamiento mágico más primitivo. Aparecen las ideas de negociar la realidad. Se piensa en hacer un trato con la vida, con Dios, con el diablo, con el médico... ¡con quien sea!! 

La negociación es una nueva conducta defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitución a cambio de buena conducta. La gran mayoría de estos pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen conciencia de ello.



4.- LA FASE DE DEPRESIÓN

Finalmente todos los pasos anteriores se agotan y fracasan en el intento de alejarnos de la realidad.

Es habitual experimentar apatía, tristeza, desinterés e incluso una tendencia a abandonarnos y a romper los esquemas de nuestro estilo de vida personal habitual. Algunas personas sienten también el impulso de llevar a cabo cambios radicales en su vida (casa, trabajo, mobiliario, localidad de residencia) o en sus relaciones personales o familiares. Pero es mejor dejarlo para más adelante.


Por supuesto, como es predecible, esta etapa se resuelve más rápidamente cuando la persona encuentra el coraje y el entorno donde poder expresar la profundidad de su angustia y recibir la contención que necesita frente sus temores y fantasías.

Artículos de Psicología sobre las Fases del Duelo












5.- LA FASE DE ACEPTACIÓN

Llegar aquí requiere que la persona haya tenido el acompañamiento y el tiempo necesarios para superar las fases anteriores. La aceptación solamente aparece cuando la persona ha podido elaborar su ansiedad y su cólera, ha resuelto sus asuntos incompletos y ha podido abandonar su postura auto destructiva.

Sea como fuere y más allá de cuánto se tardó en llegar hasta aquí y cuánto esfuerzo haya demandado, a esta etapa se llega casi siempre muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es posible. Ahora, como regla general, uno prefiere estar solo, preparándose para su futuro y hacer evaluación sobre el balance de su vida; una experiencia que siempre es personal y privada.

Se considera como momento clave aquel en el que somos capaces de mirar hacia el pasado y recordar sin intensa pena y dolor la historia compartida. Cuando llegamos a esta etapa de aceptación solemos conquistar, por fin, la paz. Y somos capaces de volver a sentir esperanza; volvemos a creer, a confiar, a sonreir.



(...)

Así que si como MisterMe -al que dedico con todo mi cariño y respeto este post-, estáis pasando por un momento complicado (de esos que dan vértigo y miedo), mi consejo es dejar que las cosas sucedan. No nadar a contracorriente, no pretender detener el río, no abrir infinitas puertas. Darnos tiempo para ordenar nuestro interior y dar forma a nuestro exterior; darnos tiempo para entender, superar y olvidar. El tiempo es sabio; en este momento es, probablemente, nuestro mayor y mejor aliado. Mantener la cabeza ocupada, también ayuda lo suyo. Y, por experiencia, alejarnos de la música que nos evoque, que nos recuerde, que nos mortifique en plan cilicio...


Para soltar lastres, 
para dejar una rendija abierta
a la luz y a la ternura,
os invito a pasaros por el saloncito.
Llenareis vuestros pasos de esperanza.
Seguro.
:-)




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