miércoles, 1 de mayo de 2013

** ESPERANZA (en la ventana)



Soy fan de las redes sociales. Me encanta la ventana abierta al mundo que supone facebook, por ejemplo. Estar al día de los sentimientos de nuestra gente (más o menos cercana) y recibir pensamientos, noticias, novedades, avisos, alientos... más todo aquello que se nos ocurra y sobre lo que nos guste saber. Supongo que tiene un puntito exhibicionista y otro poco vouyeur, pero a mí, personalmente, me enriquece mucho. Casi siempre hay alguna historia que me conmueve, algún artículo del que aprendo algo, alguna noticia que me alerta. Y eso me agrada.

Y al hilo de esto, me resulta llamativo el optimismo y la positividad que emana de los mensajes que la gente cuelga, así como la denuncia social a la que se pretende dar voz. Me fascina. Y esto me reporta un rayito de esperanza, porque ahora mismo el futuro parece un lugar bastante inhóspito. Es bueno compartir luz, compartir certidumbre, compartir confianza e ilusión. Porque sentir que nuestros semejantes aún no han tirado la toalla, nos alienta para seguir creyendo, confiando e incluso luchando....

Tal día como hoy, por ejemplo...

(

Hablaba el otro día con un bermeano -me hizo reflexionar sobre ello, más bien- que casi siempre tendemos a enfatizar lo negativo y pasamos por alto, en muchísimas ocasiones, lo bueno, lo positivo, lo provechoso. Nos enroscamos en lo que no funciona, en las pegas, en las dificultades; nos quedamos atrapados en todo lo que nos gustaría que fuera diferente e incluso adelantamos supuestos, conjeturas e hipótesis y nos dejamos arrastrar por la sensación amarga que nos dejan en el alma. Y eso nos puede hacer más daño -personal, en pareja, con los amigos...- del que podemos llegar a imaginar. Por regla general, cuando nos damos cuenta de lo perjudicial de nuestra actitud, suele ser demasiado tarde.

Así que aprendamos. Sin perder de vista lo que somos y tenemos, debemos hacer hincapié en el presente, que es lo único real; disfrutar, divertirnos, reir, amar. Caminar. Sentir la vida. Y despeinarnos, sobre todo despeinarnos...



El mundo está loco. Definitivamente­ loco… 
Lo rico, engorda. 
Lo lindo sale caro. 
El sol que ilumina tu rostro, arruga.Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…

Hacer el amor, despeina.
Reírse a carcajadas, despeina.
Viajar, volar, correr despeina.
- Meterse al mar, despeina.
Rodar en la arena, despeina.
Quitarse la ropa, despeina.


Desnudarse, despeina.
Besar a la persona que amas, despeina.
Jugar y divertirse, despeina.
Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerse tacones altos o descalzarse esa noche, te deja el pelo irreconocible..­.


Así que, como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado. Completamente despeinado. Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.

Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la persona que elija ir en el primer asiento de la montaña rusa, que aquella que eligió no subirse...

Puede ser que me sienta tentado a ser una persona impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechito, ponte serio… pero, yo no sigo las instrucciones de nada ni de nadie. ¿Cuándo me darán la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta de que para lucir linda, me debo sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser! Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la persona que quiero ser. Y despeinada.


Por eso, mi recomendación es:

Haz el amor, una y mil veces haz el amor.
Entrégate, come rico, besa, abraza, baila. 
Enamórate.
Relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano. 
Corre, vuela, canta, ponte cómodo, admira el paisaje, disfruta, y sobre todo, deja que la vida te despeine…

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


(...)





1 comentario:

Juan dijo...

Me encanta "despeinarme" contigo, mi reina de la magia y la ternura.