martes, 29 de septiembre de 2009

** ¿TÍMIDOS? SÍ, GRACIAS ;-)))))


Hoy, con vuestro permiso, voy a republicar un post que escribí hace tiempo y que me regaló muchos comentarios sobre el tema, imagino que por cercano y por identificativo del común de los mortales. Me apetece retomarlo porque casi todos los días pasa algún vergonzoso encantador por el saloncito y quiero rendirles un pequeño homenaje. Me encantan los tímidos, dicho sea de paso. Me producen una ternura infinita, una especie de afecto maternal que me parece delicioso. Así que, tímidos míos, pasáos por el saloncito y despojáos del lastre que hace más duro el trayecto...


(...)


"Hoy he dado un masaje a un "simpático aunque vergonzoso", que es como decir "soy un tío básicamente encantador pero la timidez no me deja demostrarlo del todo". Y me he dado cuenta de que, en esencia, casi todo el mundo tenemos un aspecto que nos condiciona y que procuramos que salga a la luz lo menos posible. Siempre hay alguna característica que no dominamos o situaciones que nos exigen un control del que carecemos o personas que nos avasallan ... así que el trasfondo que se vislumbra es que la persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada y como no practica, no avanza. Espera levantarse un día con la moral alta y sentirse segura de sí misma por arte de gracia, sin esfuerzo alguno. A casi tod@s nos gustaría dar con la receta mágica que nos permitiera tener éxito, resultar irresistibles y absolutamente deseables y apetecibles ;-)... pero ésa receta o no existe o se la han guardado los de coca-cola.

Descubrir lo que somos tiene algo de lanzarse al abismo de lo desconocido y mucho de explorar lo que resulta de ello, y ésta es la mejor forma de superar la timidez. La persona tímida tiende a creer que es una persona de poco VALOR, que sus ideas o sus planteamientos son menos importantes que los de los demás. Así se pone una traba tras otra, un obstáculo tras otro y nunca acaba de llegar a la cima, porque el camino se hace inaguantable. Y doloroso, claro. Los pensamientos auto-destructivos y negativos acaban condicionando tanto el modo de actuar, que al final se acaba siendo otra persona.

Generalmente un trabajo de introspección para reconocer aquello que nos complica las relaciones sociales, ayuda bastante a la hora de intentar cambiar lo que somos y cómo somos. Hay que percibir las emociones de cada situación y actuar de un modo coherente, que no quiere decir que nos resulte fácil. Yo, por ejemplo, no soy tímida (en líneas generales) pero peco de ser muy sincera de palabra y muy explosiva en las formas; he ido aprendiendo (aunque no siempre lo consigo) que hay que medir tanto una cosa como la otra. La sinceridad y la explosividad, sobre todo sin van unidas, son buenas si no dañan, si no agreden, si no humillan. No hay que dejar de ser un@ mism@ para hacer y decir las cosas con cariño y con ternura. Y con paciencia, claro, mi talón de aquiles ;-P



Ahora bien, en este trabajo de refuerzo de la autoestima, se corre el riesgo de darle la vuelta a la tortilla y pasar de ser un tímido amoroso a un desvergonzado vanidoso. Y por tanto inaguantable. Casi todo es más sano y más sabroso en una medida más o menos equilibrada: ni pegajoso ni frio como el hielo, ni inaccesible ni caradura, ni pasota ni dependiente.

Hoy me preguntaba mi "simpático aunque vergonzoso" qué podía hacer con su timidez; la verdad es que hay muchas cosas que hacer, siempre que estémos decididos a cambiar de verdad. Un curso de PNL, un libro de reflexiones, un/-a buen/a amig@ (¿hombres y mujeres pueden ser sólo amigos? tema para otro debate...), una ayuda de un profesional (un/a psicólog@, un/-a coach...)... y unos cuántos masajes sensitivos, eso sí, dejándome espacio para trabajar en la búsqueda de aquello que os impide sentiros libres y en armonía. Quien necesite un achuchón extra, sólo tiene que pedirlo... ;-)))

(...)

Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, quiero daros las gracias a quienes participáis (activa o pasivamente) en éste blog. Gracias a quienes habéis dejado algún comentario. Gracias por experiencias divertidas y masajes maravillosos, por abrazos cálidos, por besos sugerentes. Gracias por animarme y por tantas palabras cálidas, llenas de sensibilidad y de respeto. Gracias por recordarme cuánto me apasiona mi curro y que siempre siempre hay algo nuevo que aprender. De la vida y de las personas.

Os mando un abrazo lleno de energía,
de buenos deseos y de paz.
Que ya se complica bastante el camino,
como para que además
carguemos con mochilas llenas de piedras..."

lunes, 28 de septiembre de 2009

** "NO TENGO TIEMPO"


"ES QUE..."-giro lingüístico por excelencia para dejar bien claro que siempre hay algo o alguien mucho más culpable que uno mismo-...NO TENGO TIEMPO". Ahí está la frase mágica, el conjuro, el hechizo del maligno. Es la frase por excelencia, el comodín, la justificación perfecta para todo. Y de sobra sabemos que no es verdad. Por regla general, el tiempo es cuestión de organizarse y de establecer prioridades; y sobre todo, es cuestión de no dejar que nos venza la vagancia interior que todos llevamos de serie y que gana terreno a medida que vamos cumpliendo años.

"No tengo tiempo" no es una realidad trascendente en sí misma porque el tiempo es algo que está por encima de todo control consumista. Y siempre siempre tenemos tiempo. Muchos de vosotros, amparados por la intimidad del saloncito, soléis hablarme de esos tempos matrimoniales y/o de pareja en que la monotonía parece invadirlo todo. Y la otrora pasión con la que os enfrentabáis a la sexualidad conyugal, queda relegada a un recuerdo de juventud, como un fantasma que a veces aparece. Pero nada más. Y es que...



..."¿Sabes, Larri? No tengo tiempo. No tengo tiempo de comprar un detalle para mi pareja, no tengo tiempo de ir a un sex shop, no tengo tiempo para hablar, no tengo tiempo para conocer más a mi pareja, no tengo tiempo para no hacer nada con mi pareja, no tengo tiempo para un baño romántico, no tengo tiempo para mí". Y resulta que sí tenemos tiempo para todas las cosas que no son tan importantes y parece que nunca lo tenemos para invertirlo en las que sí lo son. Se difuminan. Y nos hacemos pequeñitos porque no conseguimos ser felices.

Así que (n)os propongo un cambio de estrategia; un cambio de valores, un cambio de importancias vitales. Si nuestra pareja es nuestra primera opción, no la dejemos como la última, la de las migajas. Cuidemos la comunicación, la ternura, los afectos; cuidemos el tiempo del amor y el de la sensualidad. No releguemos a algo estanco y obligatorio el espacio de la pareja porque hay miles de matices que siempre quedan por descubrir. Hablemos. De lo que nos gusta y de lo que no, de lo que necesitamos, de lo que esperamos. Hablemos. Para entendernos, acompañarnos y asumirnos. Para conocernos. Para acercarnos. Hablar -sin gritos, sin reproches, sin estruendo- es una de las claves para hacer un camino más llevadero. Y reccordemos, asimismo, que siempre debe haber tiempo para un abrazo, para un beso, para una caricia y para una risa. Y que siempre siempre hay tiempo para recuperar los sueños y las ilusiones perdidas.



(...)

Os recomiendo que (re)leáis Momo.
Con los ojos de la magia.
Veréis cuántas cosas esconde...

"...En las ruinas de un anfiteatro, justo afuera de una ciudad italiana sin nombre, vive una niña llamada Momo, que posee la habilidad extraordinaria de oír de verdad. Escucha de una manera tan especial que es capaz de encontrar las respuestas a los problemas de quien habla con ella, de hacer amistades e inventar juegos muy divertidos, hasta el extremo que en su barrio la frase Vete a ver a Momo se ha convertido en proverbial. Momo tiene amistad con todos y especialmente con el barrendero Beppo y conel guía turístico Gigi Cicerone.

Esta atmósfera placentera acaba con la llegada de los Hombres Grises, unos extraños individuos que representan al Banco de Tiempo y promocionan la idea de ahorrar tiempo entre la población (tiempo que puede ser depositado en el Banco y devuelto al cliente después, con interés). En realidad, hacen que la gente lo olvide todo salvo su obsesión por ahorrar todo el tiempo posible para un hipotético uso posterior. Gradualmente, la siniestra influencia de los Hombres Grises afecta a toda la ciudad: la vida se convierte estéril, se deja de hacer todo lo que se considera perder el tiempo, como el arte, la imaginación o incluso dormir. Los edificios y las ropas están hechos exactamente de la misma forma para todos y el ritmo de vida se torna ajetreados. En realidad, cuanto más tiempo ahorra una persona, menos tiene: los hombres grises lo consumen en forma de cigarros, hechos de pétalos secos de los lirios-horas que representan el tiempo. Sin esos cigarros, los hombres de gris no pueden existir"

jueves, 24 de septiembre de 2009

** ÓRDEN EXISTENCIAL o cómo hacer de la capa un sayo



...La vida se ha encargado de enseñarme muchas cosas, ya os he ido contando. Unas preciosas, otras dolorosas, otras dulces, algunas amargas. Pero todas las experiencias me han enriquecido, me han encaminado a configurar mi escala de valores, que es como el código por el que nos movemos. En esta línea vital -o de órden existencial-, hay dos cosas muy importantes que he aprendido a base de tropezones y empujones varios: que la salud es lo más importante que tenemos y que cada persona tiene derecho a su propia pataleta y a una escala de valores propia. Que quizá lo que es bueno para mí, a tí te puede parecer una locura. Pero si nos respetamos, podemos llegar a convivir en armonía y en paz.


La salud es eso que damos por hecho y que únicamente valoramos cuando la perdemos. En primera persona o alguien de cerca. La salud es un pasaporte de bienestar, de equilibrio, de estabilidad contextual. Desde luego no es lo único pero es lo suficientemente básico como para darle la importancia que tiene.


Nos pasamos la vida maltratando nuestra salud: excesos de tabaco, de alcohol, ¡¡de trabajo!!. Descanso insuficiente y de una calidad más que dudosa, una alimentación a todas luces desequilibrada, pésimas posturas corporales (ordenador, coche...), contaminación acústica, intoxicación televisiva, desarraigo de los afectos, inmunidad a los problemas ajenos... Maltratamos el CUERPO, la MENTE y el ALMA.


Y un día nos levantamos de la cama y algo se parte en dos; sentimos dolor, tristeza, malestar. Sentimos las ganas abandonar, de no luchar más, ganas de parar el mundo y respirar hondo para ver si nuestros pulmones pueden insuflarse de algo más que de oxígeno. Pero resulta que ni el mundo se para ni los problemas desaparecen por arte de magia. La vida -compleja, divina, mágica, poderosa, terrible- se hace así así, a ratitos, a trazos y borrones (Rosana), a golpe de esperanzas maltrechas. Y pasado el berrinche, sólo nos queda volver a lanzarnos a la aventura de ser felices. Que nadie dijo que fuera fácil pero sí que es una obligación. Así que dejemos esos dias pordioseros, desvalidos y míseros y obliguémonos a dar lo mejor de nosotros mismos, obliguémonos al optimismo y a la esperanza, a ser un poco happys y otro poco hippies relativizando todo porque todo tiene algo bueno de lo que podemos aprender mucho.




Las encrucijadas son para crecer y son imprescindibles; hay que tomar decisiones, valorar lo que somos y lo que queremos ser, lo que tenemos y lo que queremos tener. Y como los sueños no llegan a la puerta de casa, pues hagamos que nuestras manos los construyan. No sé qué me traerá el día de hoy pero he decidido que hoy es uno de esos días para no rendirse, para volver a creer en la esperanza, para atiborrar de optimismo la autoestima. Una vez más y mientras llega vayaudasaberqué, disfrutemos del hoy y el ahora, de los pequeños detalles, de sonrisas, abrazos y miradas que se nos regalan cada día. Recordémonos, cuando se nos olvide, que mientras no se demuestre lo contrario, tenemos una sóla vida para vivir. Y que vivir no es únicamente, pasar las hojas del calendario...


lunes, 14 de septiembre de 2009

** SOCIEDAD DEL BIENESTAR

Si va todo bien, que espero que sí, me han admitido en un curso de temática social -otra de mis grandes pasiones- para formarme como docente más específica en éste área. La verdad es que me veo un poco mayor para embarcarme en historietas nuevas pero no lo puedo remediar: me encanta aprender. Todo lo que me enseñe, me active el cerebro, me ayude a ser crítica, me despeje caminos de tolerancia y entendimiento, me atrae. Creo que no hay que dejar de tener sueños, por locos o delirantes que les parezcan a los demás, si a nosotros nos hacen felices.



Nos pasamos la vida encorsetados en roles que generalmente ni nos gustan, nos dedicamos a trabajos que no nos llenan, descuidamos nuestros hobbys y nuestro tiempo de ocio pierde calidad. Se pasan los años y la sensación general es "¿qué estoy haciendo con mi vida?". Esas crísis, mayores o menores pero por las que todos pasamos, las solventamos de diferentes modos, según la necesidad del momento. La mayoría de las veces hacemos oídos sordos a nuestros anhelos más profundos y nos autoconvencemos de que la vida es dura y que sufrir un poco tampoco está tan mal, que no estámos mal. Otras veces nos quejamos en petit comité e incluso nos animamos a hacer alguna actividad que disfraza los deseos más profundos. Y a veces, sólo a veces, tenemos las agallas suficientes para lanzarnos a la deriva y luchar por lo que queremos de verdad, lo que soñamos de verdad. Seguro que de todas las personas que conocemos, sólo unos cuántos pueden decir que están haciendo con su vida lo que siempre habían soñado y que son felices de verdad. El resto de los mortales, nos vendemos, nos amilanamos, nos quedamos en la orillita de la vida. Y dejamos que el tiempo nos haga sabios. Pero nada más.



No pretendo, ni mucho menos, hacer demagogia barata, para nada. Hace falta dinero para vivir y lo necesitamos para cubrir las necesidades más básicas, eso es absolutamente cierto. Pero también es cierto -como os decía el otro día- que vivimos envueltos en una maraña de consumo indecente y bárbaro que asumimos como si no hubiera otra forma de vivir. Nos hemos acostumbrado a que los fichajes de un equipo de fútbol se mesuren en miles de millones -con los que se podría hacer mucho bien-, que nuestros políticos cobren mucho por hacer -me váis a perdonar- más bien poquito. Estámos acostumbrados a que nos cosan a impuestos que luego no revierten como deberían -Escandinavia es un modelo increíble en ese tema-; gastamos en tecnología de última generación, en cosas y cositas que en dos días están dando vueltas por casa. Evidentemente, es la sociedad del bienestar y vivimos en el Primer Mundo pero...¿cuatro millones de parados?


Me váis a perdonar este post de hoy, pero es que aunque no quiera mirar de frente el mundo y sus cositas, hay muchas razones por las que ser rebeldes y quejarse, aunque sólo sea un poquito.

jueves, 10 de septiembre de 2009

** COHERENCIA EN ESTADO PURO



Hay una habilidad que siempre me ha parecido complicada y que me admira en quien lo consigue y es el hecho de ser COHERENTE, de aunar palabras -ideas, pensamientos, filosofía de vida- y hechos. Nada más y nada menos. Parece algo sencillo de formular y aún más sencillo de cumplir pero cuando destapamos el disfraz, cuando cae la máscara, generalmente nos encontramos con las fisuras que nos convierten en simples mortales. Como todos. Con virtudes y defectos, con manías y afectos, con sueños locos e ilusiones absurdas. Mortales. Por eso, cuando me encuentro una persona congruente, lúcida, sensata y armónica, abro aún más el espacio de mi alma para ver si puedo aprender.

Me gustan las personas que no pretenden engañarme, que no quieren aparentar aquello que no son; me gustan las honestas y directas, las que tienen tacto, las que organizan su vida al hilo de sus principios y no al revés. Me gustan las que mantienen el equilibrio, las luchadoras, las fuertes; me gusta cuando puedo confiar, cuando puedo lanzarme al vacío porque sé que siempre estarán para recogerme. Me gusta lo creativo, lo dulce, lo tierno, lo sensible. Me gusta quien apuesta por sus sueños sin tener miedo a lo superflúo, a esa cantidad de necesidades consumistas que nos hemos generado. Porque es muy fácil ponerse etiquetas, sobre todo si están de moda, pero lo difícil es mantenerse fiel a ellas. Fiel de verdad.



Así que a quienes son parte de mi vida, de mis sueños, de mis risas y de mis atardeceres;
a quienes juegan, apuestan, comparten, arriesgan y escuchan. A quienes siempre están...

...mil gracias por hacer mi vida mucho más bella,intensa y sensata.
Y otras muchas cosas más.


(...)


Las puertas del saloncito están abiertas
para quienes queráis venir a compartir,
a sentir, a disfrutar.
Abiertas para sensaciones nuevas,
diferentes, intensas;
abiertas para los sentidos,

para todos y cada uno de ellos.
¡¡Os espero!!


lunes, 7 de septiembre de 2009

** DISFRUTAR EL CAMINO


No sé si a vosotros os pasa también pero a mí cuando me tratan bien, me sorprende. Es increíble pero es así. Como cuando se necesita ayuda, cuando alguien te trata con paciencia y sin prisa, cuando se nos regala profesionalidad... Hoy ha sido un día de esos, un día en el que todo el mundo que se ha cruzado conmigo me ha dejado un regusto dulce y me ha hecho sonreir. Increíble pero cierto.

Me han atendido de locura con un tema de papeleos que tenía que solucionar, fotocopias gratis incluídas; me han ayudado a buscar información, me han piropeado con la edad (jajajajaja), me han puesto la cesta de la compra en su sitio sin yo pedirlo... Sé que son detalles nimios pero en este momento social en que los valores brillan por su ausencia, yo personalmente agradezco muchísimo que me regalen sonrisas y amabilidades. Que no es lo común, dicho sea de paso.




La verdad es que por regla general la actitud es la mitad del éxito; quiero decir que solemos enfrentarnos al día a día malhumorados, renegones, criticones, groseros y sobre todo, impacientes. Y así filtramos la información. Somos ansiosos conduciendo, mientras esperamos que nos atiendan, con la burocracia... Nos pone nerviosos no ser los primeros, no tener preferencia, que no se nos entienda. Es verdad que muchas veces se abusa de nuestros derechos, se nos apabulla. Somos un país que no está acostumbrado a pelear por sus derechos, más bien ni los conocemos. De acuerdo. Pero en el día a día, en las cosas pequeñitas, gestionamos con irritación y desesperación porque siempre vamos con prisa, siempre con ganas de acabar, siempre con la sensación de que estámos perdiendo el tiempo. Y se nos olvida pararnos, observar además de mirar; se nos olvida que a las personas hay que darles tiempo y oportunidades, que todos tenemos derecho a cambiar, que no por correr más se llega antes. Porque en realidad el éxito no es ganar sin aprender absolutamente nada sino disfrutar el camino.
Así que a quienes hoy han hecho que mi día sea bello y que siga creyendo en las personas, les mando un besito anónimo y tontorrón que no variará el ritmo de los planetas pero que espero que me sirva de lección y no olvide nunca que con cariño y con ternura, todo sabe mejor :-)



Besos,
más,
besos siempre...