Este fin de semana nos reunimos gente de la generación del 72 que estudiamos en el mismo cole. De esas reuniones de antiguos alumnos en plan guateque americano pero con todo el tinte euskaldun que se precie: poteo, comida, poteo, cena y bailoteo. Osa, alcohol y comida. Y tertulia, que nos gusta mucho hablar por estos lares. No sé si caerá una de mus, pero todo es posible.

;-DD

El caso es que me hace mucha ilusión ver a gente que hace la friolera de veinte años que no veo. Nos reencontraremos con los sanbenitos que se nos colgaron hace muchos años y volvemos reinventados. Con otro bagaje, experiencias, vivencias, amores, desamores, responsabilidades... Otra vida, la verdad. Y la verdad es que se hace cuando menos, curioso, descubrir cómo y hacia dónde hemos evolucionado aquellos escolares mocosos que con 18 años ya creíamos que nos comíamos el mundo...

..Tengo curiosidad del feeling, del recuerdo de sonrisas cautivadoras, de manos sexys, de cuerpos apetecibles; curiosidad de miradas, de latidos, de nervios, de ganas. Tengo una simpatía innata por aquella gente que compartió aquellos años decisivos que quizá nos hicieron ser lo que somos hoy. O no. Nunca se sabe. Porque al final nos pasamos la vida eligiendo, optando, tomando decisiones; nos pasamos la vida bajando de la montaña rusa para subir a la noria. Incluso aunque tengamos vértigo.

Me sigo reinventando. Creo que lo siguiente puede ser subir a los caballitos, a ver cómo se ve el mundo desde allí...

PD2:Me has enseñado... que la generosidad es un don maravilloso que no todo el mundo posee.





Ya os contaré qué tal el fin de semana, qué tal el reencuentro, qué tal el pasado en el presente.
¡Besitos de jueves dulce!

**EL ESPACIO VITAL

El otro día me comentaba un conocido -estas cosas de la vida-, que no le gusta nada nada que le toquen, que se le acerquen más de la cuenta y que detesta sentir que todo el mundo parece querer decir algo posando alguna parte de su cuerpo en la suya (;-D). Me resultó, sobre todo, intrigante. Porque es verdad que a veces cuesta dejar que los demás entren en nuestra burbuja espacial, ya que no todo el mundo nos hace sentir cosas agradables. Es inevitable. Hay feelings en positivo y otros en negativo. No sé si es el aura, el karma, la boca (que pierde a más de uno), la amabilidad innata o las feromonas; pero el caso es que no todos gustamos a todos. Y eso debemos asumirlo como un dogma universal.

Pero retomo aquello del contacto físico; a mí, por regla general, no me importa. Es más, me resulta agradable, porque considero que un toque en el hombro, en el antebrazo, en la mano -bastante habituales como parte de una conversación- son gestos de cercanía. Y de algún modo, me inspiran (cierta) confianza. Claro que esos gestos hay que saber cuándo, dónde y con quien hacerlos, porque pueden producir, precisamente, el efecto contrario, que es lo que me decía este chico. Que cuando alguien se acerca más de la cuenta, siente un rechazo casi automático.

Pero en el otro extremo está el saloncito y la confianza que depositáis en mí cada vez que os abandonáis en mis manos. Cada vez que os dejáis mimar y dejáis que me acerque a vuestro espacio vital. Que lo invada, más bien. Es una sensación maravillosa saber que disfrutáis y que por un ratito olvidáis las cosas menos amables de la vida. La verdad es que compartir la ternura es un regalo maravilloso que armoniza auras, chakras y astros. Regalaos placer y sensaciones especiales con un dulce masaje...



PD: Me has enseñado a no conformarme con lo mediocre; a desear lo bueno, lo distinto, lo especial...

**TRIATHLON o cómo conseguir músculos de hierro ;-)

Este fin de semana ha habido competición de Triathlon en Bilbao; reconozco mi más sincera admiración por éstos atletas, que no sólo han de tener una espectacular condición física, sino que deben tener una mente fuerte para poder enfrentarse a la dureza de las pruebas. Y en este caso, además, sumarle el ánimo de nadar en la ría... ;-))))

No sé si os resulta familiar el Triathlon; es un deporte individual y de resistencia, que reúne tres disciplinas deportivas: natación, ciclismo y atletismo. Las distancias son 1500 m a nado, 10km de carrera a pie y 40km de ciclismo en carretera. Estas son distancias que se respetan en la categoría olímpica.



La toma de tiempo en el triatlón esta segmentado: 1) desde el inicio de la natación hasta el comienzo de la primera transición (tiempo de natación), 2) desde el comienzo de la primera transición hasta la final de la primera transición (T1), 3) desde el inicio del ciclismo hasta en final de su etapa (tiempo del ciclismo), 4) desde el comienzo de la segunda transición a la final de la segunda transición (T2), y 5) por último, desde el comienzo de la carrera a pie hasta el final de la misma (tiempo de la carrera a pie), momento en que se completa el triatlón. Los resultados se publican por lo general en los sitios web oficiales, y para cada triatleta se muestra el tiempo detallado; tiempo de ciclo (con transiciones incluido); tiempo de ejecución, y el tiempo total. 


Una regla importante en el ciclismo -y que a mi me llama siempre la atención- es que el competidor debe llevar su casco puesto antes de que salga del parque cerrado en que se lleva a cabo la transición, y el casco deberá permanecer puesto hasta que el competidor se baje en la segunda transición; el competidor puede retirar su casco en cualquier momento, siempre que no esté en la bicicleta (es decir, por ejemplo durante la reparación de un problema mecánico). 

Dentro de las competiciones más afanadas del mundo, podemos señalar al Ironman de Hawai. Prueba madre del triatlón. No sólo por sus distancias (las cuales son muy superiores a las olímpicas, llegando a 3800mts de natación, 180kms de Ciclismo y 42kms de trote), sino que también por la inclemencia del clima de la isla, por la época en que se lleva a cabo la prueba (pleno verano). Otra prueba que goza de bastante reputación, es el Ironman de Brasil, que se lleva a cabo en la ciudad de Florianópolis.

La historia del triatlón comienza con una leyenda urbana. Se dice que algunos militares norteamericanos, que estaban destinados en Hawai, empezaron a apostar, que prueba de resistencia era la más dura. Si el trote, el ciclismo o la natación. Por lo que para solucionarlo, combinaron las tres pruebas y las llevaron a cabo.

Pero se sabe, que antes de aquella mitología actual, en algunos estados de Los Estados Unidos, ya se llevaban a cabo pruebas, que unían las tres disciplinas, en una sola competencia.

Hoy he trabajado con Andoni y con Unai, dos deportistas increíbles (qué placer, chicos, ¡muchas gracias!). Ha sido un gustazo vivir de primera mano el testimonio de dos atletas espectaculares, con su lucha personal y su inmenso trabajo para poder llegar, en unas condiciones más o menos buenas, a una prueba como ésta. Ha sido una mañana de duro trabajo también para mí, la verdad, pero tan gratificante como sus historias personales. ¡Cómo me gusta aportar un poquito de bienestar a quien deposita su confianza en mis manos!

De verdad, mil gracias.Sabéis que siempre seréis bienvenidos en mi saloncito.
¡¡Besitos atléticos!!

**COMPLICANDO(NOS) LA VIDA...

Me ha llegado un email precioso al buzón (¡¡gracias, chica guapa!!) y su temática tiene que ver con el Amor, la Comunicación y la Sinceridad (en la diana, ¡oiga!). Los pilares del día a día que tanto complican las relaciones humanas. Y sí, digo complicar, porque cuando mezclamos sentimientos en plan cóctel, hasta la sombrillita del mismo se nos marchita ;-)

Huelga decir que una buena comunicación es la base de toda relación que nos importe de verdad; Comunicar significa decir en voz alta, decir con claridad, decir con sencillez y bondad. Comunicar significa desear el bien ajeno con nuestras críticas (constructivas, claro, del verbo construir, ¡que no se nos olvide!), desear un cambio que aporte en positivo a cada una de las personas que participan en el puzzle que nos montamos a nuestro alrededor. Comunicar es, en definitiva, seguir apostando por el sueño que nos hace felices. Pelear. Luchar.

Y además de decir con cariño, también tenemos que hacer con cariño. Debemos establecer prioridades y tener claro que los afectos no excluyen sino que se complementan. Si algo o alguien saca lo mejor de nosotr@s mism@s, lo debemos compartir con toda la alegría del mundo, porque, sin duda, nos hará bien. Debemos ser detallistas, empátic@s, pacientes; debemos escuchar, que es primordial, pero escuchar con ganas de oir, no con ansias de juzgar. 

Y en un ejercicio de humildad, debemos ser sinceros. Para decir y para escuchar. Que no siempre nos gusta oir las verdades que dejan en evidencia nuestros fallos, nuestros puntos débiles, nuestros pequeños espacios de orgullo mal entendido.

No es fácil comunicar(se), eso es verdad; pero la confianza en la otra persona y el deseo sincero de ofrecer lo mejor que somos y tenemos, hace la mitad del trabajo. Trabajo diario, dicho sea de paso. Trabajo de apostar, de intentar, de ensayar, de sembrar y recoger. Un trabajo de fe. Y es que por eso fracasan las relaciones, porque hay que trabajar mucho, porque hay que hacer una autocrítica amorosa que no siempre estamos dispuestos a hacer, porque hay que sentarse y reflexionar. Y pedir, y escuchar, y dar, y creer, y observar, y sumar, y rectificar...

...porque no pasa nada si nos equivocamos. Es más, es casi hasta necesario hacerlo porque de todo error se aprende (si queremos aprender, claro). Las equivocaciones, los fallos, las crisis... nos sirven para CRECER que, al final, es el camino que la vida nos ofrece.

Una vez más, gracias a tod@s y cada un@ de l@s que os asomáis a la ventanita del saloncito. Como siempre, es un placer...

**RENOVANDO...

Es imprescindible tener metas que nos iluminen el horizonte; metas que nos hagan soñar, que nos hagan sentirnos vivos y útiles, metas -objetivos, sueños, propósitos- que nos despejen la mente para poder seguir avanzando con un rayito de luz. Que cuando todo se tuerce, es imprescindible poder parar y dar lecciones al corazón, que es el que suele mandar con más vehemencia. Hay que reinventarse, las veces que haga falta. Agota estar peleando todo el día, es verdad, pero no nos queda más remedio si queremos salir del gris.

Por eso hay que seguir los impulsos que nos salen al paso; hay que tener hobbys que nos hagan sentir bien y repercutan en nuestra autoestima. En positivo, claro, que para momentos dolorosos ya tenemos un ramillete en nuestro día a día.

Así que renovemos nuestras ilusiones; busquemos otras puertas, otros olores, otros sabores. Dejemos que el aire entre hasta lo más hondo y sobre todo, sonriamos, desde el alma, que ilumina hasta el cutis ;-)))).

Besitos, mis chicos...

**SIGUIENDO ESTELAS...

Me he hecho seguidora de un nuevo blog que lo gestiona Mara Maruja (tenéis el enlace en el lateral de mis gadgets, "blogs que sigo"); es fresco, dinámico y de tal sencillez, que llega al público (no hay más que ver la cantidad de seguidores que tiene, ¡enhorabuena!). Creo que podéis encontrar ideas para regalar a amigas, madres, parejas..., trucos con los que quedar bien y recetas estupendas, para los que seáis cocinillas (yo no tengo ese gen, pero estoy más que decidida a apuntarme a clases de cocina... o mejor la termomix, ¿qué me recomendáis?).

Hay que abrir los brazos al mundo y el corazón a la vida, que hay demasiadas cosas bonitas por las que seguir peleando. El otro día rescataba una frase que recuerdo del colegio (hace muuuuuuuuuuuuuuuucho tiempo :-D) y que refleja muy bien la filosofía de la entrega:

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles" (Bertolt Brecht)


Y ya que ando rememorando tiempos pasados (luces y sombras, no siempre el pasado fue mejor), una de Silvio, que sigue siendo un "reparador de sueños". 

¡Besitos!

**¿TODO PASA POR ALGO?

Una de esas grandes verdades convertida en dogma es aquello de que "todo pasa por algo". No lo tengo muy claro, la verdad; más bien creo que es un pensamiento positivo que hemos integrado en nuestro código genético para poder hacer frente a las vicisitudes que se nos presentan en la vida. Pero, todo hay que decirlo, por regla general funciona. Nos lo creemos. Y nos ayuda a reorganizar el mundo cuando se nos desmonta.

Porque necesitamos sentir que, tras un suceso doloroso, va a venir algo bueno, algo mejor, algo que nos ayude a volver a creer. Creer en la vida y en nosotr@s mism@s. Necesitamos un rayo de esperanza para tener una nueva razón que nos ilusione. Necesitamos confiar en que el nuevo día traerá luz.

Gestionar lo que nos sale al encuentro no es tarea fácil, pero no nos queda más remedio que hacerlo; no podemos quedarnos en la cama eternamente, no podemos aislarnos y alejarnos de nuestra gente para llorar a cada minuto. Nada ni nadie lo merece. Así que démonos un capricho, pongamos música alegre, descorchemos un vino rico y salgamos a la calle a celebrar la vida, a celebrar lo que tenemos, que seguro que es mucho más de lo que creemos.

Os invito a pasar por mi saloncito para regalaros un ratito de ternura, de paz, de armonía. Un ratito único y especial que os dejará como nuevos. Un ratito de esos que pueden cambiar muchas cosas.... 
Gracias por confiar en que es posible.





Un besito dulce dulce,
¡¡felíz domingo!!