martes, 9 de junio de 2015

** A LAS PUERTAS DEL VERANITO...



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Lo siento, tengo abandonadito el blog, ¡¡con lo que me gusta a mi escribiiiiiiiir!! Bien es cierto que hay épocas más creativas y fértiles y otras más reflexivas; ando de paseo en éstas últimas, por ser tiempo de bonanza básicamente. Así que perdonadme la ausencia, me he propuesto firmemente retomar un post al día. Casi prometido.




Amanezco con la noticia de la muerte de Pedro Zerolo, coherente político y activista por los derechos de los LGTB (que me sigue pareciendo increíble tener que defender derechos que son inherentes a la esencia humana, pero bueno). Me resultaba un hombre agradable, cuyo mensaje merecía escuchar y ser escuchado y del que había muchas cosas que aprender (harto complicado en el actual elenco político que azota nuestro entorno). Así que desde aquí un humilde aplauso por el trabajo bien hecho. De corazón.





Y como buena Leo que soy, tengo la vista puesta en el verano, el sol y la playa. O al menos eso espero, las cosas como son. Quiero relajarme bajo los cálidos rayos del astro rey, quiero bañarme (desnuda, a poder ser) en las limpias aguas de nuestros mares, quiero sentir la libertad que siento cuando me despojo de todo lo que me sobra, cuando suelto lastre y alejo todo lo virulento. Esa sensación no tiene precio. Y ya me va haciendo falta.





Por la misma, hace tiempo que soy consciente de que acumulamos demasiadas cosas que no nos son necesarias y he decidido sacar de casa (tirar, donar, regalar, compartir...) una o dos cosas cada día; y si compro algo nuevo, deshacerme de su homónimo viejuno. Que sino el espacio se va reduciendo y yo soy muy fan del orden y de las cosas en su sitio ;-))) Y es que si algo me gusta de verdad es abrir un armario y ver que hay sitio libre, que la distribución de las cosas está en armonía y que los elementos no pelean por su espacio.




Lo mismo busco para mi alma: espacio, orden y luz. Paz. Armonía. Tranquilidad. Y eso sólo se consigue sacando lo que no sirve, lo que hace daño, lo que nos aparta de la alegría, lo que nos roba energía. Hay que deshacerse de la gente tóxica, de las relaciones envenenadas, de los anclajes al pasado, de las obligaciones que nos hacen infelices. Es evidente que siempre hay deberes y responsabilidades a las que hay que hacer frente, pero la esencia ha de ser aquella que dirija nuestros pasos a nuestros sueños. Ni más ni menos.

Así que os invito a hacer sitio, a regalar lo que ya no nos sirva, a compartir lo que no usemos, a oxigenar estancias, armarios, cajones y corazones. Para no llenar nuestra mochila de peso innecesario. Y que la luz, el calor y el color del veranito llene de magia nuestra alcoba...

Os espero en el saloncito.
Mil besos, mis chic@s.




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