Creo que para enamorarse de alguien es necesario admirarle. Pero admirarle de verdad, con esa mezcla de humildad y de envidia (sana), con ese lazo invisible que invita a querer estar el máximo tiempo posible con esa persona, con la locura de lo irracional, con pasión y con fe. Hay que admirar sabiendo que, en un descuido, se volverá un(-a) dios(-a) y que no podemos perdernos ese momento. Admirar como se admira lo bello, lo sublime, lo esencial. Admirar entre susurros y gemidos, entre miradas que lo dicen todo.
Admirar. v. tr.
1.-Tener en gran estima a una persona o cosa por lo extraordinario de sus cualidades.
2.-Provocar sorpresa o admiración.
3.-Observar o contemplar.
Y lo cierto es que no es fácil admirar, no es fácil quedarse prendad@ de una persona y sentir que el mundo se llena de color solo porque él o ella existe en el nuestro. Y admirar, como todo en esta vida, exige un ejercicio profundo de introspección y de autocrítica. Salir de un@ mism@ para ver en el/la otr@. Mirar dentro y descubrir. Dejarse sorprender. Entusiasmarse. Ser feliz. Hacer feliz. Disfrutar, gozar, sucumbir. Y amar, acabar amando, Porque el amor llega cuando hallamos, cuando ubicamos, cuando somos y estamos. Y cuando sentimos paz.
A(D)M(I)(R)AR.
A quienes habéis encontrado ese oscuro objeto de deseo, ¡¡enhorabuena!! Es un lujo compartir un querer, una predilección, el aroma de un hogar. A quienes continuáis buscando, ¡¡animo!! Todo llega en su preciso momento, ni antes ni después...
Os espero para hacer un alto en el camino,
para disfrutar del calorcito de la ternura,
para la magia de la magia...
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