Para lo bueno y lo menos bueno, soy mujer de impulsos vitales a golpe de latido. Impetuosa, arrebatada, enérgica. Y muy apasionada. Y por eso, porque bebo la vida a sorbos, me molesta no cerrar historias que sé positivamente que han de quedar guardadas en el baúl de los recuerdos. Es una inercia maniática, diría yo. Me gusta pasar página y a poder ser, cambiar de libro. Por mi salud mental, sobre todo. Y así procuro que sea con cada una de las aventuras en las que participo, ya sean de amor, de amistad o de trabajo. O casuales. No me gusta mantener en el aire fantasmas inertes que desestabilizan mi paz. No. Capítulo cerrado. Y a otra cosa mariposa. Creo que vaciar la mochila ayuda no solo a proseguir el camino con alegría sino a avanzar mucho más rápido.
Y en ello ando, poniendo salud en mi vida; alejando lo que me hace mal y acercando y cuidando lo que llena mi alma. Haciendo sitio para mi viaje; disfrutando mucho, sintiendo mucho también. Y dejando que la vida me sorprenda. Estoy en un momento de calma, de serenidad; quizá uno de los mejores momentos desde hace muchos años. Y por eso me siento tremendamente agradecida.
Os espero en el saloncito para compartir ternura. O lágrimas. O abrazos. O magia. Lo que necesitéis. Lo que queráis.
¡Mil besos veraniegos!
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