Cuando nos preguntan qué queremos ser el resto de nuestra vida, solemos decir que lo más importante es tener salud...y ser felices. Y sin duda estoy de acuerdo con ambas afirmaciones. Pero cuando queremos materializar esa felicidad en algo tangible, no solemos tener argumentos sólidos (bueno, que nos toque la lotería, vaaaleeeee, eso es universal pero por completo sujeto al azar ;-DD). Y es que nos pasamos la vida deseando que nos pase algo diferente y espectacular y por el camino se nos olvida disfrutar de lo que somos y tenemos.
Una de esas cosas que nos ayudan a ser felices, es el hecho de tener objetivos, tener metas que nos hagan sentir especiales y lúcidos, ilusiones que den sentido a nuestro día a día. Y de este modo, conseguir que levantarnos de la cama (...) sea un auténtico regalo.
Así que busquemos aquello que nos gusta, aquello que nos apasiona, que nos llena de alegría el camino. Apuntémonos a esas clases que siempre hemos querido, a esos cursos que sabemos que es lo nuestro. Disfrutemos. Sobre todo de lo pequeño, porque conseguiremos sentir que es grande. Porque es lo que queremos hacer. Y porque nos llevará a donde queremos estar. Esa es la verdadera alegría.
Os mando un besito otoñal,
dulce, apasionado,
lleno de atardeceres inmensos.
Un beso de esos que detienen el tiempo.
El saloncito tiene las puertas abiertas
para un ratito de paz...
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