


Al final, no somos tan distintos; todos ansiamos ser amados, todos necesitamos el calor de nuestra gente, todos esperamos ser reconocidos por alguno de nuestros roles... y todos buscamos la felicidad. Sencillo y complicado. Así que pongámonos manos a la obra, porque esa dicha, ese placer absoluto que nos llena el alma de paz, va vestida de instantes. Y los instantes pasan demasiado rápido...
Rodeémonos de buena gente, amemos nuestro trabajo, seamos generosos en afectos, regalémonos sexo rico, dediquémonos tiempo de ocio, démonos algún capricho, mantengamos el equilibrio y la paz interior...
Mil besos, mis chicos.
...qué ganas de verte
y comerte la vida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario