Las tres cosas que, probablemente, más valoro en una persona, son la humildad, la sencillez y la bondad, que van muy de la mano. Que no son nada fáciles ni nada habituales, dicho sea de paso. Y mucho menos que se den las tres en la misma persona. Ayer -que fue la final de Masterchef-, creo que fueron esas tres cosas las que le dieron la victoria a mi Juanma ;-)))
Indudablemente es un gran cocinero y ha sufrido una transformación bastante llamativa, bien es cierto, pero sobre todo es un alumno fantástico, que es lo que nos gusta encontrar a los educadores; personas receptivas, que se dejen enseñar, que quieran mejorar, que no quieran estar por encima de nadie. Gente positiva y llena de ternura. Así que por lo que a mi respecta, considero que los astros hicieron una gran jugada y pusieron sobre la mesa valores que andan un poco en desuso en este momento social tan complicado. Ole y ole, como dice una chatina. Los sueños están más a mano de lo que a veces pensamos. Solo hay que creer. Y querer.
Y lo guapérrimo que es Jordi Cruz...
;-))
Un gustazo de programa, la verdad.
Y un gustazo redescubrir cuánta gente apasionada y vocacionada hay por el mundo.
Así que cuidemos nuestro fondo, que es lo que nos va a ofrecer una seña de identidad permanente; se puede ser más o menos guapo, tener un cuerpo más o menos estupendo y tener una habilidad más o menos espectacular... pero que puedan decir de nosotros que somos buena gente, que se puede confiar en nosotros, que brindamos apoyo y consuelo, que siempre estamos, que sabemos escuchar, que rebosamos generosidad, que ponemos alegría y luz, que nunca fallamos, que la vida es mucho más bonita porque somos parte de ella... eso sí que es maravilloso. Templa el alma. Y hace bien. Lo negativo, lo destructivo, lo egoísta, lo insolidario, lo orgulloso, lo tóxico, lo nocivo, lo venenoso, lo contaminado... eso, lejos. Muy lejos.
Os espero en el saloncito.
¡Mil besos!
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