lunes, 29 de abril de 2013

** VACIANDO ARMARIOS :-S



Hoy me ha dado por vaciar armarios. Y reorganizarlos, que a veces solo con cambiar de sitio según qué muebles, la luz entra de otro modo. Hace ya bastantes años que decidí no acumular innecesariamente, aunque tampoco tirar lo útil para luego hacer gastos superfluos -eso no me parece moral y menos en los tiempos que corren-; pero bien es cierto que en innumerables ocasiones guardamos trastos pensando que van a resultarnos útiles en algún momento. Cacharros, cachivaches, trebejos. Y no, todo lo que nos ocupa sitio en la mochila y que no ayuda en el camino, hay que dejarlo fuera.

Con las cosas materiales es relativamente fácil; a veces entablamos relaciones enfermizas con objetos que nos evocan recuerdos de tiempos pasados. Fotos, miniaturas, revistas, ropa, música... Pero al fin y al cabo solo son cosas. Y así debemos entenderlas y sentirlas. Cuando somos conscientes de que seguimos manteniendo esperanzas tóxicas, lo mejor es tirarlo todo. Dejar sitio. Airear. Cambiar de colonia, de suavizante, de ambientador. Los olores son una de las mayores cajas de recuerdos, a pesar de lo efímero de su existencia. Pero evocan con una nitidez pasmosa información de nuestro cerebro. Y activan los procesos alusivos a nuestra historia. Esa que sabemos que hay que mantener en el fondo del baúl. Obviamente, lo vivido queda; pero no ha de estar a mano a cada minuto. Sobre todo si hace daño.




Mucho más difícil es soltar amarras con esas relaciones que nos han marcado; familiares, amistosas, de pareja. Personas que han pasado como huracanes por nuestra vida y que cuando han desaparecido, han dejado tras de sí una estela de desolación. En plan peli de desgracias bioquímicas. Devastación total. Ruina. Y nos queda toda la pena que somos capaces de albergar, con lo destructivo que es eso. Sabemos -casi siempre- que lo que acaba, acaba por alguna razón. Y nos han enseñado a creer -supervivencia pura, también es verdad- que seguramente lo venidero ha de ser mucho mejor. Infinitamente mejor. Lo que no pudo ser, no era nuestro plan, nuestro camino. Y por tanto, no debemos dejar que nos incomode en el trayecto.



He completado unas cuantas bolsas. La verdad es que no hay nada útil porque sino lo habría donado encantada de la vida. Por regla general, lo que unos desechamos, otros lo han de usar con felicidad. Como en el amor... 

Os animo a que vaciéis vuestros armarios, cajones, estanterías, baldas.
Sacad todo aquello que ya no aporta nada, todo lo que está cogiendo polvo sin ningún fin más que ocupar espacio. Tirad fetiches, objetos intocables, consuelos. Y llenad de aromas, colores y sabores nuevos vuestros hogares. Que ya va siendo hora de pasar página...

Os espero, mis chicos.
Para poner una nota de ternura en vuestro día a día.
¡¡Mil besos!!
Y abrigáos, que el tiempo aún está rebelde.
O revoltoso, según se mire
;-DD



1 comentario:

Anónimo dijo...

cuanta razón tienes, hay que ver la de lastre que somos capaces de acumular