viernes, 26 de abril de 2013
** BUS TURÍSTICO :-)
Ayer me trajeron una coca de San Blas; desde Eibar, ni más ni menos. Con ese maravilloso olor a anís y una textura que me encanta. Aprovecho estas líneas para agradecerlo de todo corazón, que ya sabéis que las muestras de afecto me apasionan :-) Y no pongo una foto de hoy, que me da vergüenza ;-DDD
(...)
Hablaba ayer con una de mis brujas que cuando las cosas salen bien -o al menos mejor de lo que (algun@s) estamos acostumbrad@s-, nos asustamos un poco. Y nos desorientamos hasta el punto de perder la sensación de seguridad que nos ofrecía la propia incertidumbre. Cuando las cosas nos vienen complicadas, enfocamos todas nuestras fuerzas en darles salida; pero cuando salimos del fondo y podemos intuir la tranquilidad de la orilla, de repente remar nos asusta. Y a veces no sabemos hacia dónde tirar. (Algun@s) nos complicamos la vida hasta en tiempos de bonanza.
No sé si es la primavera, este tiempo loco o mis astros, que se han puesto a jugar al billar con mi vida, pero vuelvo a estar en guardia. Esta vez más que montaña rusa, digamos que he subido a un tren turístico ;-DD Y ahí estoy, disfrutando del paisaje pero con una extraña sensación de que tengo la obligación de hacer algo más. No sé qué, pero algo. Nunca he servido para estar ociosa -que no siempre es una virtud- y como soy un poco diablesa, me da por matar moscas. O a abrir puertas y dejar demasiadas cosas a medias. Y esa sensación tampoco me gusta.
He vivido mucho y muy intenso; cosas muy buenas y otras muy dolorosas. He hecho y deshecho, puesto y quitado, llorado y reído. He acertado y errado, he cuidado y descuidado. He sumado y he restado. He sido, he dicho, he valorado, he jugado. He intentado. Son muchos verbos. Y en ese repaso a mi historia, me encuentro con intentonas apoteósicas y reinvenciones varias. Bueno, quizá varias sean pocas ;-))) Decía una mujer muy sabia que me enseñó mucho, que "aprendiz de mucho, maestro de nada". Y miro atrás y veo que podría rellenar un currículum de muchas, muchísimas hojas. Para lo bueno y para lo malo. Sigo siendo aprendiza. De la vida, creo. Aunque eso me complique un poco más el camino.
Parada en la ruta. Creo que es momento de sentarme un rato, admirar el paisaje, respirar hondo, beber agua sin prisa, vaciar la mochila y trazar el nuevo recorrido. Dibujar objetivos, metas, sueños. Dice otra de mis brujas que siempre hay que tener propósitos hacia los que dirigir nuestros pasos porque así la vida es mucho más interesante. Y hemos decidido que el año que viene nos vamos a Marruecos, que es un viaje que siempre hemos querido hacer. No sé yo dónde andaremos el año que viene, pero así, a priori, el plan no suena nada mal. Os iré contando.
Trazad vuestro proyecto, vuestra travesía, vuestro itinerario.
Trazad el mapa de anhelos, fantasías e incluso quimeras.
Que a veces, no sabemos por qué, se pueden hacer realidad.
O eso dicen.
Mil besos, mis chicos.
Y una vez más, y como siempre, gracias por todo.
De corazón.
(Y esta canción, un pequeño homenaje).
¡¡Felíz finde!!
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