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Aunque la astenia primaveral es más conocida y tratada debido, sobre todo, al número de personas que manifiestan alergia la pólen, lo cierto es que también podemos hablar de astenia otoñal. Nos encontramos con un brusco descenso de las temperaturas; llega la lluvia, los
cambios horarios, disminuyen las horas de luz y aparecen
síntomas muy comunes como son el cansancio, el sueño o la sensación
de día interminable. Lo primero que se piensa al sentirse así es
que se tiene mucho más trabajo de la cuenta, que se está comiendo
mal o que se duerme poco. Pero si los síntomas no desaparecen, puede
que se trate de la astenia otoñal. En la mayoría de los casos no es
bueno preocuparse en exceso por esta situación ya que sólo dura
unos días, los justos para que el organismo se adapte al cambio,
pero si las fuerzas siguen flaqueando, se debe acudir al médico. Y
es que algunas personas tienen una mala adaptación a los cambios
estacionales, que se manifiesta como un desorden biológico. Pero no sólo los factores
ambientales influyen, sino también los psicológicos como la vuelta
al trabajo, una agenda que se hace más estricta y plantearse un
largo y nuevo curso por delante.
Los
síntomas que presenta son tanto físicos como psíquicos e incluyen
cansancio, debilidad generalizada, somnolencia, bajo estado de ánimo,
dificultad de concentración y apatía. También pueden aparecer
irritabilidad, falta de apetito, disminución de la libido e incluso
un descenso de las defensas del organismo, que lo hace más sensible
a procesos infecciosos. Además el 20% de las astenias suelen tener
como causa asociada la depresión. Así, el hecho de padecer astenia,
fatiga o falta de energía es un criterio para diagnosticar la
depresión, de ahí la importancia de acudir al médico. Además, es
muy importante probar varias soluciones antes de comenzar a tomar
cualquier medicamento.
En
el caso de las mujeres, por ejemplo, se debe controlar que no exista
una anemia ferropénica, que sus síntomas de debilidad, pérdida de
cabello y baja forma física, coinciden con la flojera del principio
del otoño y la primavera. Una vez descartada la anemia con una
analítica común, se pueden usar otros remedios para activar el
cuerpo, como practicar más ejercicio. Esto suele producir un efecto
de estimulación de la actividad general y mantiene a raya la
ansiedad. También una dieta sana y equilibrada, así como dormir y
descansar bien, ayudan a combatir la astenia.
No
obstante, para los casos más complicados en los que se acude al
médico, el tratamiento suele ser, sobre todo, farmacológico y a
base de antidepresivos, aunque también existen algunos remedios
vitamínicos y tratamientos homeopáticos. Actualmente se pueden
obtener en farmacias diversos complementos de vitaminas y aminoácidos
que ayudan a sobrellevar los síntomas de la astenia, aunque es
imprescindible que, antes de adquirir cualquiera de estos productos,
se consulte al farmacéutico sobre sus propiedades y sus efectos.
A
nivel psicoterapéutico, lo que se suele recomendar es valorar las
causas que creemos que están detrás y reducir los niveles de
estrés. El reposo es muy recomendable. Un entorno de calma y relativizar los problemas, son otras de las herramientas que podemos utilizar. Y por supuesto, una sesión de ternura, un buen masaje que nos libere de tensiones, que nos reconduzca la energía y que nos reconcilie con nosotros mismos, puede ser el acicate que nos permita avanzar hacia nuestros sueños e ilusiones.
También es posible prevenir, en gran medida, la aparición de la astenia. Para ellos
solo es necesario mantener unos hábitos de vida saludables
respetando los patrones de sueño, aprovechando las horas de luz
natural para salir a pasear, realizando actividades que nos animen y
estimulen, y eliminando sustancias excitantes para el sistema
nervioso como la teína, cafeína y tóxicos como el alcohol y el
tabaco, además de manteniendo una dieta sana, variada y equilibrada
para evitar la deficiencia nutricional.
Os animo a que paséis por el saloncito; en un ambiente cálido y con total confianza, podréis desprenderos de aquello que os supone un lastre para poder seguir el camino con paz y armonía. Podréis recuperar parte de vuestra energía y mimar vuestra autoestima. Viviréis una experiencia diferente, dulce y placentera...
Un beso, mis chicos.
Y feliz inicio de semana.
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