domingo, 5 de agosto de 2012

**TIMIDETES ;-)





Hoy, con vuestro permiso, voy a republicar un post que escribí hace bastante tiempo y que me regaló muchos comentarios sobre el tema, imagino que por cercano y por identificativo del común de los mortales. Me apetece retomarlo porque casi todos los días pasa algún vergonzoso encantador por el saloncito y quiero rendirles un pequeño homenaje. Me encantan los tímidos, dicho sea de paso. Me producen una ternura infinita, una especie de afecto maternal que me parece delicioso. Así que, tímidos míos, pasáos por el saloncito y despojáos del lastre que hace más duro el trayecto...




(...)




"Hoy he dado un masaje a un "simpático aunque vergonzoso", que es como decir "soy un tío básicamente encantador pero la timidez no me deja demostrarlo del todo". Y me he dado cuenta de que, en esencia, casi todo el mundo tenemos un aspecto que nos condiciona y que procuramos que salga a la luz lo menos posible. Siempre hay alguna característica que no dominamos o situaciones que nos exigen un control del que carecemos o personas que nos avasallan ... así que el trasfondo que se vislumbra es que la persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada y como no practica, no avanza. Espera levantarse un día con la moral alta y sentirse segura de sí misma por arte de gracia, sin esfuerzo alguno. A casi tod@s nos gustaría dar con la receta mágica que nos permitiera tener éxito, resultar irresistibles y absolutamente deseables y apetecibles ;-)... pero ésa receta o no existe o también se la han guardado los de coca-cola.


Descubrir lo que somos tiene algo de lanzarse al abismo de lo desconocido y mucho de explorar lo que resulta de ello, y ésta es la mejor forma de superar la timidez. La persona tímida tiende a creer que es una persona de poco VALOR, que sus ideas o sus planteamientos son menos importantes que los de los demás. Así se pone una traba tras otra, un obstáculo tras otro y nunca acaba de llegar a la cima, porque el camino se hace inaguantable. Y doloroso, claro. Los pensamientos auto-destructivos y negativos acaban condicionando tanto el modo de actuar, que al final se acaba siendo otra persona.


Generalmente un trabajo de introspección para reconocer aquello que nos complica las relaciones sociales, ayuda bastante a la hora de intentar cambiar lo que somos y cómo somos. Hay que percibir las emociones de cada situación y actuar de un modo coherente, que no quiere decir que nos resulte fácil. Yo, por ejemplo, no soy tímida (en líneas generales) pero peco de ser muy sincera de palabra y muy explosiva en las formas; he ido aprendiendo (aunque no siempre lo consigo) que hay que medir tanto una cosa como la otra. La sinceridad y la explosividad, sobre todo sin van unidas, son buenas si no dañan, si no agreden, si no humillan. No hay que dejar de ser un@ mism@ para hacer y decir las cosas con cariño y con ternura. Y con paciencia, claro, mi talón de aquiles ;-P





Ahora bien, en este trabajo de refuerzo de la autoestima, se corre el riesgo de darle la vuelta a la tortilla y pasar de ser un tímido amoroso a un desvergonzado vanidoso. Y por tanto inaguantable. Casi todo es más sano y más sabroso en una medida más o menos equilibrada: ni pegajoso ni frio como el hielo, ni inaccesible ni caradura, ni pasota ni dependiente.


Hoy me preguntaba mi "simpático aunque vergonzoso" qué podía hacer con su timidez; la verdad es que hay muchas cosas que hacer, siempre que estémos decididos a cambiar de verdad. Un curso de PNL, un libro de reflexiones, un/-a buen/a amig@ (¿hombres y mujeres pueden ser sólo amigos? tema para otro debate...), una ayuda de un profesional (un/a psicólog@, un/-a coach...)... y unos cuántos masajes sensitivos, eso sí, dejándome espacio para trabajar en la búsqueda de aquello que os impide sentiros libres y en armonía. Quien necesite un achuchón extra, sólo tiene que pedirlo... ;-)))



Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, quiero daros las gracias a quienes participáis (activa o pasivamente) en éste blog. Gracias a quienes habéis dejado algún comentario. Gracias por experiencias divertidas y masajes maravillosos, por abrazos cálidos, por besos sugerentes. Gracias por animarme y por tantas palabras cálidas, llenas de sensibilidad y de respeto. Gracias por recordarme cuánto me apasiona mi trabajo y que siempre siempre hay algo nuevo que aprender. De la vida y de las personas.


Os mando un abrazo lleno de energía,
de buenos deseos y de paz.
Que ya se complica bastante el camino,
como para que además
carguemos con mochilas llenas de piedras...


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