Creo que, en general, pecamos de falta de comunicación. No me refiero a hablar por hablar y a rellenar silencios sin más. Me refiero a exponer, a manifestar. Cuando estemos con alguien y le oigamos pensar, debemos animarle a verbalizar, a buscar palabras para aquello que le está rondando el alma. Muchas, muchísimas veces nos perdemos cosas interesante (y puede que importantes) por no hablar a tiempo, por no expresar aquello que creemos, pensamos, necesitamos, esperamos, deseamos o soñamos. Nos fiamos de nuestro instinto y damos por hecho muchas más cosas de las que deberíamos. Por mucho que conozcamos a una persona, no siempre acertamos con aquello que le está pasando por la cabeza en un momento determinado y no es justo (y casi nunca saludable saludable) elucubrar desde una posición altiva que seguramente nos hará pecar de cierta soberbia innecesaria. "Don creique y don penseque...". Pues eso.
Puede ser que seamos las mujeres quienes compliquemos un poco más de lo estrictamente necesario dicha comunicación. Porque somos un poco más complejas y un poco más exigentes. No conozco a ninguna mujer que sepa poner la mente en blanco y dejarse llevar. Al menos no durante mucho tiempo. Sin embargo, son muchos los hombres (más o menos casi todos), que pueden quedarse atrapados en su propio mundo sin más aspiración que no dejar de respirar. No me lo toméis a mal, chicos. Relativizando las generalizaciones, visualizaos... ¿a que es así? Hagamos el esfuerzo de mirarnos desde fuera y profundizar en nuestro propio yo. Veamos...
Los hombre sois más cerebrales. Vuestros pensamientos se dibujan de forma lineal; planteáis unas premisas y llegáís a sus conclusiones. No movéis un dedo sin saber porqué. Os interesan los datos escuetos con
el menor número de adornos. Difícilmente modificáis una decisión después de tomarla. Os fijáis más bien en las tareas que en las personas y por ello defendéis con tenacidad vuestros puntos de vista. Las mujeres somos eminentemente intuitivas. Vemos las cosas y las personas desde
el interior. Pensamos con el corazón, lo que nos lleva a comprender a los
demás sabiendo captar los sentimientos y los deseos. Buscamos a las
personas que hay detrás de cada hecho.
Estas
diferencias de comunicación generan grandes discusiones entre hombres y mujeres: los hombre os quejáis de tener que adivinar nuestros pensamientos debido a las frases poco claras o con doble sentido, mientras que nosotras, por nuestra parte, nos quejamos de la poca emotividad y firmeza de vuestras palabras. Habitualmente, las mujeres hablamos un número de palabras mucho más superior que el de los hombres y el significado tiende a ser más indirecto y superficial. Las
frases que utilizáis los hombres son concisas, precisas y tajantes;
las nuestras son enredadas, indirectas y largas. Las nuestras sirven para fomentar las relaciones y la buena comunicación entre
iguales, mientras que las vuestras sirven para solventar problemas,
tomar decisiones, cerrar tratos...
En una exposición de proyectos, por ejemplo, las mujeres exponemos nuestras ideas de forma más abierta, dejando espacio para una revisión y por tanto, manifestando la humildad suficiente que requiere la rectificación. Los hombres, a priori, no lo hacéis así; os da la impresión de que la mera opción de rectificar significa que no se está seguro y la inseguridad es sinónimo de debilidad.
Así que, deberíamos tener en cuenta dos cosas: una, que no es bueno dar por hecho nada y que no debemos interpretar en base a nuestras ideas (y sobre todo, a nuestras expectativas). Y dos, que cuanto más claro digamos, más claro será el mensaje y mejor nos podrá ayudar nuestro interlocutor. No hay que tener miedo a decir en voz alta, a confesar sentimientos, deseos y anhelos. Y a pedir perdón, cuando toca.
Somos complejos, sí, pero no imposibles.
Así que si detectamos dificultades en nuestras relaciones, debemos identificarlas y ponerles remedio. Casi siempre se soluciona todo con una conversación sincera, directa, sin reproches y generosa. Venga, vale, y sin adornos ;-)
Un beso, mis chic@s.
Empezamos una nueva semana.
Los que estéis de vacaciones, gozad sin fin, fluid, desconectad de verdad.
Los que seguís esperando vuestro tiempo de descanso, no desesperéis, todo llega.
Y de mientras, disfrutemos de la vida, llegue en el formato que llegue.
Se me cuiden.
PD: Pistas para la conquista y/o la reconquista, en el siguiente post.
;-)
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