2/08/2012
14:00 h.
Los vendajes son (casi) milagrosos. Para una lesión puntual, una tendinitis que se pone a dar guerra, un tironcito... siempre vendar. Estoy viendo el partido de tenis de Almagro, que obviamente, se va a despedir de los juegos. Primero, por su actitud, porque hace ya unos cuantos sets que ha tirado la toalla. Y segundo porque le duele el hombro. Ha salido su fisio y le ha toqueteado la zona... No va a tener el resultado que ahora mismo necesita porque las manipulaciones no tienen un efecto inmediato; pero un vendaje, además de sujetar musculatura y tendones, le habría permitido sentir descanso y olvidarse por un rato de sus molestias. Un buen ungüento antiinflamatorio y un vendaje en condiciones. Un neuromuscular habría sido cómodo porque el hombro es una zona compleja para vendar; y si no, un vendaje funcional, al menos para que psicológicamente Almagro hubiera podido venirse un poco arriba. Y si ya es una lesión antigua, existen inmovilizadores que permiten cierto grado de libertad, incluso para poder jugar. Pero no he visto nada de eso. Una pena, de verdad que sí. Los profesionales que nos dedicamos a la salud no podemos garantizar mejorías inmediatas y magia para recuperaciones inminentes, pero tenemos la obligación de poner a disposición de nuestros pacientes todos los recursos que podemos llevar en nuestro maletín misterioso. Y hay muchos.
Lo dicho. Almagro ha perdido, se ha dejado perder, se ha desdibujado en la pista. Y en esa actitud de lucha, de sacrificio y de ir a por todas aunque nos duela lo que nos duela, ahí también está el éxito para ser ganador. Vencedor, aunque se pierda. Y Almagro ha perdido y ha sido derrotado. Bien es cierto que hay que valorar con prudencia e inteligencia el alcance de una lesión y no llevarla a límites peligrosos pero, sinceramente, disputando unos Juegos Olímpicos, se puede (se debe) echar un resto o dos...
Ayer descubrí eso que os decía de poder ver deporte a todas horas. Es la página de Televisión Española online. No es lo mismo, que el ordenador da de si lo que da de si, pero me pegué más de dos horas enganchada a la pantalla; natación y balonmano me cautivaron por completo (bravo Mireia Belmonte, ¡¡sí señor!! y bravo mis balonmaneros, los chicos y las chicas, ganando como jabat@s...). Así que hoy me he levantado a una hora un poco indecente... pero bueno, todo sea por disfrutar y aprender ;-)
Y no me quiero despedir sin dar las gracias a un chico encantador que pasó ayer por el saloncito y que me trajo dos bilbainitos para felicitarme por mi cumple. ¡¡Mil gracias!! Aprovecho también para felicitarle, que en breve será su cumple. ¡Un besote!
Gracias por dejarme hacer, por confiar, por creer.
Cualquier cosa que necesitéis,
sigo por Bilbao en Agosto...
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