Un doctor comentó esta mañana en la televisión que el único modo de conseguir la verdadera paz interior es finalizar todos los asuntos que tengas pendientes. Así que eché un vistazo por mi casa y encontré varias cosas que había comenzado pero que no había finalizado. Terminé por completo una botella de Merlot, una botella de Chardonnay, una bodella de Baileys, una bodeya de grron, un baquettte de batatas britas, una gajjja de vallllliiiiiuuum, el resdo de unas yyogoladinas. Do dienes di idea de lo godidamende ffffabuloda que me diendo agora midmo. Fod favod evía ezdo a dodoz loh gue ziendaz gue nededidan bazz inderiozz.
Coño oz guiero bussshho a dodoz.
Zzzaluudd!
(...)
Humor aparte, creo que es imprescindible ir cerrando todos esos asuntos que se nos quedan a medio camino en la vida. Esas relaciones que quedaron en el pasado, ese trabajo al que aspiramos, ese hobby que ansiamos... Merece la pena mirar un poco dentro y definir aquello que nos supone una piedrecita en el zapato lo suficientemente molesta como para no dejarnos caminar en paz. Si se puede solucionar, adelante, los capítulos están para cerrarlos; si no hay forma de zanjar algún tema, un exhorcismo afectivo también es una buena fórmula. Una noche de fiesta en buena compañía, un ritual con fuego de por medio... todo vale si es para asegurarnos el ir cerrando esas puertas que generan una corriente insana. Nos merecemos ser felices y nos merecemos poder levantar la vista con alegría y con paz. Y eso sólo se consigue poniendo armonía a nuestro alrededor.
Os invito a poner paz.
Abriendo, cerrando, llorando, cambiando, dejando, olvidando...
...pero sea como sea la forma,
que el fondo siempre os permita un alma en calma.
¿Ya es martes?
¡pues lindo martes para tod@s!
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