-¿Sí?
-¿Larri?
-Sí, soy yo, buenos días.
-Hola, buenos días, me llamo Álvaro. Y voy unos cinco coches detrás del tuyo, porque me has adelantado como un rayo...
(Sonrío. Mi imaginación se desborda en un segundo...)
-Pues encantada, Álvaro. Tú dirás...
-Perdona mi atrevimiento pero he apuntado tu número y no he podido resistir la tentación de llamarte...
(bendito manos libres...)
-Mmmmm, eso de ceder a las tentaciones siempre es ...sugerente.
(oigo la risa de Álvaro al otro lado de la línea. Una risa, dicho sea de paso, tremendamente sexy)
-La verdad es que me ha llamado la atención eso de los masajes... esa invitación que haces... y he visto tus rizos y tus manos al volante y no imagino mejor sitio que sobre mi cuerpo...
(me sonrojo, ¿me sonrojo?...)
-Es un buen sitio para posarlas, es verdad. Me gusta descubrir sensaciones llenas de ternura...
(mi voz suena como si el mismísimo Brad Pitt estuviera posando su aliento en mi cogotillo...)
-Por cierto, no sé si lo sabes, pero ha muerto José Saramago; el otro día, precisamente, me compré "Ensayo sobre la ceguera" en la feria del libro de Madrid. ¿Lo has leído?
(a mí si un hombre me habla de libros, ya me ha ganado hasta, por lo menos, la eternidad...)
-Pues sólo algunos fragmentos, no he tenido el placer de sentarme y disfrutarlo entero. Pero en su día sí que me leí "El Evangelio según Jesucristo". Me encantó. Creo que Saramago es, era un hombre interesante...
-Sé que te gustan los hombres interesantes...
(¿lo sabe?)
-¿Lo sabes?
(vaya día tonto tengo hoy, vuelvo a sonrojarme...)
-Lo sé. Yo creo que soy bastante interesante...
(noooooooooooo, que íbamos muy bien... las mujeres no estámos para inflar el ego maltrecho de los hombres...)
-...aunque supongo que no queda muy elegante que lo diga yo. Lo siento. Me he dejado llevar...
(intento por arreglarlo, no está mal...)
-Bueno, siempre que te dejes llevar en positivo, lo podemos tomar como una puerta abierta...
(argggg, filosofía barata de buena mañana tampoco es que sea muy elegante...)
-Pues abramos puertas, quiero que me des un masaje...
(oufff, que se me acelera el corazón. ¿Cinco coches...?)
-¿Sigues cinco coches detrás de mí?
-No, estoy justo detrás...
-¿Crees en los flechazos?
¿En el destino?
¿En la magia...?
Yo sí...
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