jueves, 13 de mayo de 2010

** EL CORCHO DE LA VIDA ;-)

Perdonadme, estoy de exámenes. Y mi habilidad y mi agilidad mental ya no son las mismas de antaño; que no es que haya sido nunca la mejor de las memorizadoras -tengo cierta aversión al aprendizaje hueco y rollero en plan loro-, pero sí es verdad que cuando era más jóven -y tenía menos preocupaciones, sobre todo-, además de estudiar podía hacer varias cosas más a la vez. Ahora me cuesta un pooooooooco más... ;-) Pero el gusto por saber, ése si que se mantiene intacto. Y es una sensación  muy agradable.

(...)

Hay dos cosas básicas en mis amaneceres: ducharme y tomar un vaso de leche con nesquick. Ya sé que suena poco glamouroso pero la verdad es que después de eso, ya se me puede pedir cualquier cosa. O casi cualquiera ;-D




Y mientras desayunaba el otro día, miraba la pizarra de corcho que tengo colgada en la cocina. Es de esos de toda la vida: marroncita, blanda y grande, la más grande que encontré en la tienda. Y miraba mi corcho porque creo que es uno de los espacios más especiales y más personales que tengo en mi casa. Es como un espejo, como un baúl, como un diario. Una especie de resúmen de momentos significativos de mi vida, aunque siempre está vivo, siempre cambia.





Tengo fotos, dedicatorias, letras de canciones, más fotos.
Tengo el árbol de la vida, dinámicas de karranza, una flor seca.
Fotos.
Tengo recetas que hace mucho que nadie hace,
el abc del reciclaje, la historia de las galletas.
Tengo una lista de sueños,
una lista de sentimientos,
una lista de listas...


Así que de vez en cuando me recreo en mi corcho; y recuerdo lo aprendido y anhelo lo que está por venir. Recuerdo a gente que pasó por mi vida y pienso en quien aún camina junto a mí; recuerdo a quien echo de menos y a quien es parte de los fantasmas de mi pasado... De vez en cuando, hago limpieza y cambio algunas cosas del corcho; las fotos, las listas, las historias. Renuevo mis recuerdos, mis sentimientos, renuevo mis sueños.


Os invito a que pongáis un corcho en alguna pared de vuestra casa; podéis rellenarlo con lo que os sugiera cada momento de la vida. Podéis dejar parte de vuestros miedos, podéis poner ternura y caricias. También podéis animar a que la gente deje sus impresiones, sus fotos, sus historias, sus recuerdos...


Compartid, compartíos.
Es bueno para el alma.


:-)


1 comentario:

Anónimo dijo...

En la proxima visita prometo dejarte algo para tu corcho.

Eres una delicia de mujer,
no cambies.