lunes, 12 de abril de 2010

** ADMIRARTE ES NUEVO PARA MÍ...

Las personas (unas más que otras) nos movemos por impulsos; a veces son impulsos creativos, otras veces perezosos, algunas veces son impulsos tiernos y amorosos y casi siempre son impulsos para regenerar la autoestima dañada. Del color que sean, son esos impulsos los que nos recargan de energía suficiente como para seguir avanzando en la vida, en el filo de la cordura; pero hay uno más profundo y más embriagador que nos permite mantener la ilusión y la capacidad de asombro ante cualquier relación: la admiración. Sin admiración, los objetivos terminan perdiendo sentido. Sin admiración descuidamos los detalles, los afectos y la pasión. Sin admiración distorsionamos la lectura de las cosas que nos suceden y se desequilibra la balanza. Peligrosamente.



En la medida en que hacemos de la adaptación una costumbre, perdemos de vista la frescura del reencuentro diario, con nosotros mismos y con los demás. La rutina en la que nos dejamos envolver nos incapacita para ver en los demás algo que no sea ya sabido; dibujamos las respuestas, dibujamos gustos y necesidades, dibujamos a la otra persona sin darle la oportunidad de que cambie, de que exprese, de que maniefieste. "Quien es capaz de iniciar cada día con una visión nueva, consigue hacer realidad el milagro de sorprenderse ante cosas que le son muy familiares, pero no por eso dejan de manifestarse como recién estrenadas" apunta Alfonso Aguiló. "La autoestima, tan olvidada por muchos y tan mal interpretada por otros, es otro aspecto importante para la admiración. Enorgullecerse no es el objetivo, claro está, de la autoestima. Pero ser agradecidos de la propia vida, eso sí. El que agradece, disfruta con la realidad agradecida. Quien sonríe a la vida, la vida termina sonriéndole. La felicidad no está en disfrutar de situaciones especiales, sino en la buena disposición de ánimo. Está en nuestro interior la clave de la felicidad. Esto es necesario repetirlo una y otra vez, porque obsesivamente tendemos a buscar la felicidad fuera de nosotros, y por muchos que sean los esfuerzos no la encontraremos, por el simple hecho de que no está ahí".



Encontrar en la vida a alguien a quien admirar es un regalo; no es fácil, eso es verdad, porque todos nos acabamos haciendo cómodos y hogareños, nos relajamos y damos la batalla por ganada.Y sin embargo la batalla de vivir, pero de vivir una vida con razón y sentido, se ha de ganar con cada latido, con cada lágrima, con cada risa. Y para eso es necesario estar alerta y mantener al alza al misterio y la magia. Constantemente. Hemos desarrollado una especie de miedo a destacar, miedo a tener ambición, a contar al mundo que merecemos la pena. Siempre es más sencillo no hacer ruido y quedarse un pasito por detrás de quienes sí lo hacen.


Dice Aurelio Arteta (Doctor en filosofía y catedrático) que la admiración lleva a celebrar la excelencia del otro y, de ese modo nos impulsa a ser mejores. Javier Gomá (Doctor en filosofía y licenciado en Derecho), por su parte, apunta que la experiencia del ejemplo de los demás es parte crucial de nuestras vidas. Ante una situación nueva y desconocida, buscamos en nuestra memoria un comportamiento que nos sirva de modelo para imitar. Porque la imitación es crucial en nuestro proceso de aprendizaje; es el modelo educativo por excelencia y el que nuestro cerebro mejor asimila. Por eso admiramos, porque reconocemos en el otro algo que nos gustaría tener, algo que  consideramos digno, disfrutable, envidiable incluso. Admiramos personas, caracteres, objetos; admiramos libertades, ejemplos de lucha, admiramos a nuestros padres y a nuestras madres como paradigma de amor. Admiramos la entereza ante situaciones difíciles.Y yo, personalmente, admiro la inteligencia, la poderosa, la gentil, la humana; la inteligencia del saber estar, de compartir, de entregarse. Admiro la generosidad sin límites, el hechizo poderoso de la sensualidad, admiro a un amante infinito.Y creo que hay que ser lo suficientemente humildes y lo suficientemente desinteresados como para abrir el alma y dejar que los demás nos impresionen...



...por tí sería capaz
de recoger las huellas de tu caminar...
:-)

1 comentario:

Unknown dijo...

Me ha encantado leer el post, muchas cosas las piensas como yo, somos muy parecidas! Si quieres pásate por nuestro centro de masajes eroticos, estas invitada