Uno de los lemas de la reunión de mujeres estupendas de Bilbao (;-D), ha sido el de "Dejémonos fluir". Porque tenemos la mala costumbre de aferrarnos a las pautas sociales olvidando las pautas vitales, las de los afectos, las de los sentimientos, las de la poesía encerrada incluso en aquello que no somos capaces de apreciar...
Fluir como dejarse llevar, como dejarle sitio a la espontaneidad restándoselo a lo práctico, a la razón. Fluir como salirse de lo establecido, relativizar deberes y obligaciones para poder sentir desde dentro.Fluir como soñar, pero soñar con responsabilidad, soñar buscando conseguir los sueños. Fluir como mirar de frente, como asumir la realidad y permitirnos ciertas licencias. Fluir como derramarse, como brotar, como... como tocar el cielo con la punta de los dedos. Fluir, libres y en libertad.
Y eso de fluir, mis locos bajitos, sería un revulsivo fantástico para cuando os ataca esa enfermedad llamada timidez. Lo sé, me repito, pero es que me resulta sorprendente la cantidad de afectados que hay por este mal... ;-) Que no, que la timidez en una mesurita puntual tiene su aquel, pero la timidez patológica, la que agarrota, la que cerca todo lo que se salga de la piel (incluída la piel, ahora que lo pienso), no hace bien. Ni a uno mismo ni a los que están cerca. Ser tímido, aunque sé que no se puede evitar sin trabajarlo, no tiene un fín positivo en sí mismo; quizá la prudencia, la sensatez, sí, pero nos perdemos momentos para disfrutar, para sentir, para ver más allá. Si supiéramos compartirnos sin límites, si pudiéramos amar lo sencillo, lo efímero -"lo esencial es invisible..."-; si aprendiéramos a disfrutar sin sentirnos culpables... entonces no tendríamos que ser tímidos sino que gozaríamos de la audacia de la sinceridad.
Voy a empezar un nuevo ritual antes de que os tumbéis en mi camilla;
algún sabio y antigüo hechizo que os deje la mente despejada
y el alma libre de ataduras;
algún hechizo potente
que os permita sacar a relucir la autoestima
y los superpoderes,
un hechizo para fluir...
;-))))))))))))))))
(...)
Yo suelo permitirme fluir; en ocasiones incluso demasiado y soy capaz de convencerme de que una catástrofe que me desestructura, seguro que pasa porque algo mejor está por venir. Sí, positiva un rato largo, pero un poco happy hippy también; y luego así me luce el pelo, así...
...menos mal que hay días que la vida se encarga de regalarnos momentos tan fluidos, tan intensos, que su efecto puede durarnos días rondándonos el alma. El de ayer, fue un día de esos para mí. No sólo porque pude disfrutar de compañías interesantes -es que mis entre mis chicos, hay un amplio abanico de ternuras, sensibilidades y cariños varios-, sino porque recibí una visita inesperada que colmó de luz una parte de mi corazón, así como de mi orgullo profesional. Y hoy tengo esa sonrisa bobalicona que permite sentir cada latido con mucha más intensidad.
Gracias.
No sé expresarlo de otra forma.
:-)
PD: Huelga decir que en el saloncito sóis libres de pedir,
comentar, sugerir, tocar, experimentar...
...sóis libres para fluir.
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