** TELECOMUNICACIONES VS CONTACTO FÍSICO

Es increíble cómo han avanzado las telecomunicaciones en los últimos diez años, desde que internet pasó a ser parte de la vida cotidiana de casi todo el mundo. Yo me dejé cautivar por la red cuando aún no había tarifa plana, así que imagináos las primeras facturas de teléfono que pagué ;-D

Por aquel entonces, apenas éramos cuatro locos los que navegábamos por la red, sobre todo estudiantes de informática. Casi todas las noches nos juntábamos los mismos, en nuestros espacios virtuales que cuidábamos con esmero virtual; había un universo nuevo, interesante y apasionante pero manejado con una cautela que a día de hoy, creo que ha desaparecido.
Antes había que pagar los servidores; hoy prácticamente todo es gratuíto. Antes teníamos una única cuenta de correo, el mirc o el pirch para chatear y poco más (el ICQ fue toda una revolución, aunque duró poco su hegemonía). Ahora todo el mundo podemos acceder a tantas cuentas de correo como queramos, a páginas de trabajo, de contactos, de chat. Podemos buscar toda la información que se nos ocurra y encontrar a la gente de la mili o del instituto. A singles. A gente para salir. Nos hacemos personas públicas a un clic de ratón. Y éso, ¿qué queréis que os diga? es positivo y es lo que la sociedad nos impone pero no deja de tener un matiz poco prudente, según cómo se gestione la información que lanzamos al ciberespacio.



En pleno siglo XXI no hay joven (y no tan joven) que conciba su vida sin MSN, por ejemplo. Ha sido, creo, el mayor boom social desde el "¿cómo están ustedes?" ;-D. Nos enredamos sin movernos de nuestra casa, nos creamos nuestro espacio compartido con conocidos y desconocidos y el amor ha traspasado muros, fronteras y kilómetros. Una revolución. Pero, aunque suene a abuelita cuentabatallas, lo cierto es que los avances tecnológicos han cortado las alas del contacto físico. Podemos pasar una tarde relativamente guay sin mirar a nadie a los ojos (la cam no cuenta ;-D); sin tocar, sin oler, sin oir. Pero la sensación que tenemos es que ha sido alucinante. Hemos vendido los sentidos al diablo ;-)

Yo recuerdo mis tardes de café (en una cafetería especial donde hacían el mejor café del mundo); tardes de confesiones, de risas, de paseo, de guitarra y de pipas. Recuerdo noches tontorronas: cervezas, silvio y juegos. Y recuerdo también tardes aburridas, claro. Pero las recuerdo con muchísimo cariño y con la satisfacción que da el mirar atrás y poder decir bien alto que he aprovechado mi juventud, la pura, la intensa, la bobalicona. Y la he aprovechado al cien por cien. Pasar la tarde entera de cara al ordenador, muy creativo no es que sea...



Supongo que esto es como todo en la vida: hay que tener medida de las cosas que dan forma a nuestra vida. Los extremos -del tipo, color y calor que sean- no son buenos, porque, por regla general, suelen acabar por cegarnos y nos convertimos en mercenarios. Mal. Así ni crecemos ni avanzamos ni convivimos en libertad.

No divago más.
Mientras escribía este post,
me he acordado de una canción de Tontxu
que es una oda a la amistad.
Se titula "Con un canto en los dientes",
que es una expresión como muy vasca
y que otorga, si cabe,
más intensidad a la idea que transmite.

Así que si tenéis amigos que hace tiempo que no véis,
compañeros de instituto o de facultad con los que habeis perdido el contacto;
si con vuestra propia pareja habéis descuidado la comunicación
y las muestras de afecto,
no dejéis pasar más tiempo y ponéos manos a la obra,
que nunca es tarde para retomar el pulso
al cariño y a la ternura...






"(...)Con un canto en los dientes,
nada más conocerte,
empecé a conocerme.
Aprendí que la vida es vivir
sin pensar demasiado,
reirse de todo,
vivir el presente,
aprender del pasado,
y no arrepentirse
de haberlo bailado".