** DIPLOMACIA POWER ;-)

...Cuando decidimos participar en algún tipo de actividad donde las personas que nos acompañan en la historia no las elegimos nosotr@s sino que es el destino quien nos las concede, siempre nos ronda la incertidumbre, la duda, la inquietud de cómo resultará el experimento. Es inevitable. Ante lo nuevo, siempre activamos el sensor de alarma para intentar estar a la altura, para anticiparnos a la gente, para ver si se cumplen nuestras espectativas y para poder encajar las caracteristicas únicas que se amalgaman dentro de un grupo en plan bomba de relojería. Estamos un poco a la defensiva para no permitir que se invada demasiado el terreno propio. En el saloncito pasa igual: no todo el mundo viene despojado de todas las cargas, no siempre existe la confianza de la entrega total. Es normal, claro que sí. Pero en mis manos estáis en buenas manos... ;-))))

Así pues, nos lanzamos a la contingencia de lo nuevo (esas famosas "primeras veces") y empezamos a recibir impulsos. En una primera ronda ya nos hacemos una idea general de lo que nos rodea: personas, material, espacio. Y las ganas, las propias y las ajenas. Y entonces izamos una bandera: la de ir a por todas, la de quedarnos en la retaguardia, la de absorber como esponjas, la de la prudencia... La actitud que adoptemos determinará el grado de satisfacción y de sensación de éxito que logremos.Y por descontado, la calidad del aprendizaje que hagamos. La intención, siempre la intención... ;-))

Os he ido hablando de mi curso, una de las mejores experiencias de los últimos años, un regalo. Por si alguno de mis compis se acerca hasta esta ventanita, me gustaría decir que hacía mucho que no disfrutaba como esta vez. Supongo que un cúmulo de elementos positivos además de buen rollo y mucha profesionalidad han conseguido dejar un poso muy tierno dentro de cada uno de nosotr@s. Me he formado, mucho y bien, que es lo que ocurre cuando nos cruzamos con gente que merece la pena: que nos enriquecemos, que nos cuestionamos nuestro hacer, nuestras ideas e incluso nuestros sueños. Y crecemos, maduramos, ya no somos iguales. Este curso ha sido como un cambio de ropa, como esa sensación fantástica de meterse en una cama con sábanas limpias. Insuperable sensación de renovación.

Pues así ha sido el curso. Me he divertido, he gozado, he sufrido pero sobre todo, he aprendido, he aprendido muchísimo. De lo que esperaba y de lo que no. De temas técnicos (¡¡gracias mi Javier!!) y de temas humanos (¡¡gracias a tod@s l@s demás!!), de mis limitaciones e incluso de lo que pensaba que sí (y no) sabía. Podría escribir una larga lista de objetivos conseguidos pero me quedo con una gran enseñanza que me ha obsequiado Miguel, el profe: que se puede ser un buen profesional y saber mucho y bien sin necesidad de perder la compostura ni la humildad. Que la diplomacia (entendiendo diplomacia como el equilibrio y la armonía) pueden conseguir que los afectos encontrados lleguen a un acuerdo; que la diplomacia (el saber estar) deja el espacio necesario para disfrutar aprendiendo y aprender disfrutando. Que la diplomacia (el sosiego, el respeto, la ternura) permite la tranquilidad y la confianza necesarias para que un@ dé lo mejor de sí mism@.

Un lujo, de verdad.

Así que pasáos por el saloncito

para poner sábanas limpias
en vuestro cuerpo...
...y recibid besos renovados
y terriblemente positivos.