** ANIDAR que no ANUDAR, aunque quizá también...

... Este fin de semana me ha dado por anidar; no sé muy bien si a los hombres os pasa también pero a mí, cada varios meses, me dá un arrebato incontrolable de órden (y concierto. Llamadme rarita, si queréis, para mí estas dos palabras van siempre juntas... ;-D). Y me pongo a sacar (y supuestamente, a ordenar) todo lo sacable y ordenable. Normalmente me dedico a todos los trastos que, misteriosamente, se acumulan en casa: en armarios, cajones, estanterías, ¡incluso en el cuarto de baño! Porque el día que anido encuentro todo aquello que afanosamente anduve buscando y que a final dí por perdido. Bueno, olvidadamente perdido o perdidamente olvidado; porque nada se pierde - y generalmente tampoco se olvida- mientras no lo pretendemos así. Como un gran Amor. O una persona querida.

Así que me he pasado dos días cambiando las cosas de sitio, haciendo nuevas y fascinantes composiciones (¿Sabéis aquello de ... "aunque la mona se vista de ..."?... pues ésto, igual). He subido y bajado cajas, libros, cuadros; todo mi desorganizado material de papelería (tengo auténtico delirio por bolis y plumas, la verdad. A otras le dá por los zapatos... Por cierto, ¿habéis visto el anuncio de cierta cerveza de botellín verde? por favor, mirad al chico de la camisa azúl... ;-DDDDD. Es un buen anuncio, crítico y divertido, con un toque ácido que me encanta. No deja de ser publicidad, vale, pero las cosas que están bonitas hay que reconocerlas, vengan de donde vengan). He recordado muchos de los libros que he leído (por ejemplo, "El orígen perdido", de Matilde Asensi, me parecíó maravilloso. Claro que todo lo que escriba esta mujer me parece una literatura más que aceptable... desde mi humilde gusto literario, ciertamente). También he recordado otros tiempos, dando un repaso a tantas y tantas fotos de tantos y tantos recuerdos de vivencias, experiencias, amores, desamores... Dejadme un ratito de melancolía, ¿quién se sienta en mi sofá?

...Taizé, la uni, Orekan, el camino de Santiago (experiencia que recomiendo al márgen de la fe), Askartza, el balonmano, los viajes de verano con mi pack -diario de a bordo y cuasimiro-, mis otros coches (un Ibiza negro y un Corsa rojo), mis padres, mi perrita Lay, Leire, Asier, Txona, Piter, el taller de Juventud, Ander y Carlos, mis diarios, Juanjo, de Erasmus en Noruega, Jokin, Túnez, mi familia de Francia, los jipikristauak, el clús de solteras, Dima, Inglaterra, Belabartze, el encuentro en Budapest, mi ahijado, Rafa Gómez, Agurain, las clarisas, Iñaki Gracia, Jose (el concursante de pekin Express...¡¡es que yo le conozco!!), Jean Noël, Ziripot, Riberbeautiful, Javi Río (;-D), Gusgus, Lamiako, Jonjo, Lloret de Mar (tengo una foto con Urdangarín y Barrufet ;-)), marmitakos, paellas, el Getxo, una de sinpa, el Gwendo, el mago (;-DDD), el baturro, el parque de los patos, lanzando peso, los Ibilaldis, makmikel, Pepelu...

Lo cierto es que, echando la vista atrás, me doy cuenta de lo afortunada que he sido, de las mil y una oportunidades que se me han brindado y que he tenido la suerte de vivir y de disfrutar. He conocido a gente maravillosa, he viajado cerca y lejos, he sido libre y muy feliz. He tenido acceso a la cultura, a unos estudios superiores,a vivencias y experiencias mágicas e irrepetibles. Porque aunque volviera, aunque pudiera hacer algunos de los viajes o pudiera volver a algunos de los sitios, ya nada sería igual. Porque yo no soy igual. He ganado en algunas cosas y quizá he perdido en otras; he reído, he llorado, he sentido, he vivido... No tengo derecgho a quejarme, la verdad. La vida ha sido generosa conmigo. Y me gustaría pensar que ha sido recíproco.