... Aún en pleno siglo XXI y después de impresionantes avances tecnológicos, medicinales y personales, seguimos con ideas arcaicas y prehistóricas sobre la sexualidad y sobre lo que es correcto y no lo es en temas de seducción y de sexo puro y duro. Seguimos manteniendo una postura machista sobre los "logros" sexuales de hombres y mujeres -si, no nos engañemos- y nos encontramos, en muchas ocasiones, reproduciendo roles sexistas que aún siguen grabados en el subconsciente histórico cultural que vivimos. Así que todos los chiclés castrantes y denigrantes que asumimos a lo largo de los años, pueden llegar a crear auténtica confusión en personas con carencias afectivas o vivencias duras, por poner un ejemplo.
Los psicólogos estadounidenses Sheree Conrad y Michael Milburn han creado el concepto de Inteligencia Sexual, que es una parcela de nuestra Capacidad Intelectual tan importante como la inteligencia emocional, la musical, la existencial... Es un concepto que hago mío (con su permiso), que comparto y que entiendo que hay que trabajar y explorar, dado que dicha inteligencia es una capacidad para identificar aquellos mensajes que se han recibido a lo largo de la vida y que nos producen conflicto. Hemos oído y vivido que el sexo es sucio, negativo, de enfermos, insano (por no hablar de la obsesión por catalogar de enfermedad la homosexualidad...). La inteligencia sexual ayuda a entender que muchos mensajes de ese tipo carecen de sentido y hacen infeliz a la persona que los acepta, consciente o inconscientemente. Las personas menos inteligentes sexualmente sufren mucho dolor y confusión en su vida sexual y no encuentran herramientas con las que enfrentarse a la dificultad de aunar las ideas tabú con los impulsos sexuales, impulsos que nacen de lo más profundo de nuestra naturaleza animal y que conforman la base de nuestra vida. Porque aunque lo maquillemos, lo disfracemos, lo queramos adornar de un misticismo glamouroso y decente, tener hij@s, que es -si me lo permitís- la experiencia más sublime que se pueda dar en la vida, pasa por hacer el amor, follar, fornicar, joder, copular, yacer o como queráis sinonimarlo o eufemizarlo; al final, tod@s gozamos con el sexo y quien no lo hace, de verdad, no sabe lo que se pierde ;-)
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"Otros aspectos importantes de la inteligencia sexual y que guardan una estrecha relación son la creatividad y la capacidad de disfrute. Está claro que para que la creatividad pueda manifestarse también en el plano sexual, ha de estar presente en la vida cotidiana. Una persona creativa es flexible, positiva y capaz de innovar. Su flexibilidad le permite explorar nuevas posibilidades y acercarse a otras posturas. Igualmente, le facilita empatizar con su pareja y ponerse en su lugar. Su capacidad de negociar se ve potenciada y esto le acerca al otro.
La capacidad de disfrute en su sentido más excelso tiene un fuerte componente afectivo. La inteligencia sexual promueve la madurez en los intercambios erótico-afectivos. La persona está en contacto con su erotismo y con sus emociones. Su capacidad afectiva es sana y madura, lo que le permite vivir de una forma más plena su sexualidad. Asimismo, su actitud contribuye a que la pareja relaje sus barreras habituales y muestre también un sano comportamiento erótico-afectivo." (M. PÉREZ, J. J. BORRÁS Y X. ZUBIETA)
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Vivo, siento y aprecio que tenemos un cuerpo maravilloso con el que podemos hacer (sentir, vivir...) muchas cosas buenas; el cuerpo tiene un ilimitado poder para gozar, para descubrir, para sentir, para excitarse. El cuerpo nos proporciona sensaciones de placer, de dicha, de satisfacción, de deleite, de gozo, de entusiasmo... nos permite comunicarnos y enriquecernos sin miedo a que nos falten palabras o gestos con los que decir lo que sentimos, lo que buscamos, lo que anhelamos, deseamos o soñamos. Porque siempre podemos regalar una caricia, un beso o un abrazo que hagan nuestra vida y la de los demás, un poco más bella.
Pasad por mi saloncito; encontraréis un espacio de comunicación, de bienestar, de belleza y de placer. Y ternura, toda mi ternura.
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