Muchos sóis los que llamais a mi teléfono en busca, supongo, de unas palabras que os resten la incertidumbre que supone lanzarse a la aventura de darse un masaje "vayaustedaseberdonde". Es verdad, pese a lo obvio de la reflexión, que yo sé quien y cómo soy pero vosotros no. Y a la hora de la verdad, apostais y arriesgais cuando os decidís a poneros en mis manos.
Al márgen de que mis masajes os puedan gustar más o menos -la vida es un amplio abanico de opciones, colores, matices y sueños-, sí que me gustaría deciros a quienes os asomáis por este blog y aún no habéis acampado en mi saloncito, que cada uno de mis masajes lo diseño para cada uno de vosotros; que escucho vuestro cuerpo y que intento daros lo que esperais de mi para conseguir que disfrutéis al máximo. Cada uno de nosotros tenemos una sensibilidad especial, una forma de comunicación concreta y precisa; somos más o menos abiertos, más o menos deshinibidos, más o menos extrovertidos. A unos os gusta un masaje más intenso y a otros que os colme de mimos; hay quien buscais un ratito de cariño y de ternura y quienes necesitais sentir que cada vértebra de vuestra espalda vuelva a su sitio. Ahí está la magia y la grandeza de la convivencia: que somos especiales siempre.
Así que si la luz que entra por esta ventana consigue que sintais un poco de curiosidad por mis masajes, sólo me queda deciros que os animeis a conocerme y a probar mis manos sobre vuestro cuerpo. Algo bueno sacaremos, seguro...
1 comentario:
larri,reina, me vas a perdonar la palabrota pero hoy he vivido uno de los momentos más alucinantes de mi vida.si te digo que eres la ostia, me quedo corto. y que volveré, claro, ya estoy deseando volver... soy el loco de la colina, ya sabes quien?
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