martes, 10 de junio de 2014
**SOBRE TODO, TU CERTEZA...
Lo sé, soy una sensiblona a la que historias como esta le arrancan lágrimas pero también una buena dosis de fe y de esperanza ;-))) A todos nos viene bien que alguien nos haga sentir en paz, que nos ofrezca un refugio donde sentir que nada malo puede pasarnos y que las cosas van a salir adelante. Aunque el horizonte sea tremendamente negro y amenace una tormenta furiosa e indomable.
Así que, aunque a veces me revele contra mi propia esencia, sigo creyendo en los sueños, en las ilusiones, en los cambios de rumbo que nos llevan a un puerto mejor. Sigo creyendo en que el camino nos tiene sorpresas reservadas, que puede haber paz y locura y ternura y dulzura. Sigo creyendo. Igual que vosotros seguís creyendo en la magia del saloncito. Y en mis manos. Y eso, chicos, me hace muy feliz.
Gracias a todos.
Por recordarme, sobre todo, que la libertad es el mayor de los regalos.
Mil besos llenos de luz.
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