Después de un 2013 lleno de color a pesar de las nubes, para este nuevo año me he propuesto pocos objetivos -por aquello de que "quien mucho abarca..."-; pero hay un propósito especialmente importante: vaciar mi mochila de lo que no me resulta útil y cortar los lazos que no me hacen bien. Así de simple, aunque tremendamente complicado. Y después de descubrir la paz que me ha otorgado la cocina -me siento muy orgullosa de todo lo que he aprendido y mejorado en este campo, la verdad-, creo que este año he de retomar el control sobre mis afectos. Y volver a ponerme en camino. Quiero seguir amando y mejorando en mi trabajo, pero hay otras cosas que he descuidado y que merecen ser cuidadas igualmente.
Os animo a soltar lastre. A dejar fuera todo lo que no os llena, lo que no os hace felices, lo que os hace daño. Dejad a un lado sentimientos negativos, relaciones tóxicas, amores no correspondidos. Dibujad destinos y metas, sonreid a nuevas ilusiones y avanzad siempre. Pase lo que pase.
Mil besos, mis chicos.
Este va a ser un gran año.
Estoy segura.
Me conformo con no verte nunca...
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