Acabo de leer por ahí que una mujer debe besar a quince sapos antes de encontrar a su príncipe azul. Personalmente diría que quince son pocos (;-D) y que encontrar la pieza perfecta es una tarea costosa e incluso dolorosa en muchas ocasiones. Sobre todo porque cuando creemos haber encontrado la parte contratante de la tercera parte... llegan los astros y se lo llevan todo de un soplido.
Hablando de besos.... (creo que en esto coincidimos casi todas las mujeres con las que he hablado del tema): que nuestro príncipe bese bien es fundamental. -¿Y qué es besar bien? os preguntaréis. Pues es hacer sentir que el mundo se para, hacer sentir que no hay nada más importante en ese momento ni nadie más merecedor de esos labios; es hacer sentir cosquillas, tener ganas de gritar al mundo que nadie más va a disfrutar de ese néctar, sentir que volamos con un solo roce carnal. Eso es besar bien. Besar rico. Besar apasionado, entregado, solícito, ansioso. Besar. Sin olvidar ni un detalle, sin separar cuerpo y alma, sin dejar de sumar. A cada latido. A cada susurro. A cada gemido. Hacer de la boca una almohada donde descansar.
A los reyes ya les voy pidiendo un príncipe besucón.
Tienen todo un año para hacérmelo llegar ;-DDD
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