Sentir paz -y vivirla en armonía- es un regalazo; para mí, el estilo de vida que procuro llevar. No quiere decir que siempre lo consiga porque hay situaciones en la vida que nos llegan y dejan heridas; heridas que es posible que no lleguen a curar del todo. Pero de eso se trata, de asimilar y aprender; llegar a entender que hasta en los momentos más difíciles hay algo positivo y que cada enseñanza es un pasito más en nuestro camino. Simplificar...
1.
Ordena tu vida.
Sentirás
una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no
son útiles en tu vida:
-Regala
las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar.
-Regala
esos archivadores viejos que ocupan espacio y que casi nunca
utilizas.
-Dona
juguetes, herramientas, libros, bicicletas y platos que no utilices.
Elimina
todo aquello que te despierte el deseo de adquirir objetos que
contribuyan a una vida desordenada. Recuerda lo que dijo Sócrates:
“Está más cerca de Dios quien necesita menos”. Así que
mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar,
organizar y mover, más próximo estarás a escuchar el llamado de la
inspiración.
2.
Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e
indeseables.
Si
estás completamente ocupado, te perderás de todos los regalos que
pueden transformar tu vida. Así que dile no a las exigencias
excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo
libre a tu rutina diaria.
3.
Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre
Ten
cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración
gozosa. Si los cócteles, las reuniones sociales y los eventos para beber con los amigos no es la
forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas.
Rechaza las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración.
Creo
que pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película
con un ser querido, cenar con los hijos o hacer ejercicio, es más
inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las
conversaciones superficiales.
4.
Saca tiempo para la meditación y el yoga
Saca
por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un
contacto consciente con tu interior. Te invito a que
busques un centro de yoga cerca de tu casa y comiences a practicar
con regularidad. Las recompensas son maravillosas: te sentirás menos
estresado y más saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer
con y por tu cuerpo en muy poco tiempo.
5.
Regresa a la sencillez de la naturaleza
No
hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de
regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el
esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla,
cerca al mar, o al lado de un lago. Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de
la naturaleza (somos polvo estelar, ¿recuerdas?).
Tu
deseo de simplificar y de sentirte inspirado es impulsado por el
deseo de ser tu “yo” natural, es decir, la naturaleza de tu yo.
Así que camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el
mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo, o esquía en la
nieve. Esto no significa que tengas que darte unas vacaciones largas
ni planearlas con meses de anterioridad: no importa dónde vivas, a
pocas horas siempre habrá un parque, campamento o sendero que te
permitirá disfrutar de la sensación de estar conectado con todo el
Universo.
6.
Marca distancia entre tú y tus críticos
Decide
alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración
simplificada. Dales una bendición silenciosa a quienes andan
buscando defectos o son amigos de las confrontaciones, y apártate de
su energía tan rápido como sea posible. Simplificarás tu vida
enormemente si no tienes que justificarte ante nadie, y si recibes
apoyo en vez de críticas. No tienes por qué soportar las críticas;
simplemente agradece con amabilidad y promete pensar en lo que te
digan, pues representa un conflicto que no te permitirá sentirte
inspirado. No necesitas justificar tus deseos ni tu personalidad,
pues esas sensaciones internas son el Espíritu que te habla: son
pensamientos sagrados, así que no permitas que nadie los
destruya.
7.
Saca un tiempo para tu salud
Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado
donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada
día y haz ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana,
simplemente hazlo. Respeta tu templo sagrado y simplifica
tu vida haciendo ejercicio y comiendo con moderación,
8.
¡Juega, juega, juega!
Simplificarás
tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de
trabajar toda tu vida. Me encanta estar rodeado de niños porque me
inspiran con sus risas y su frivolidad. De hecho, muchos adultos me
han dicho: “Wayne, no has madurado: siempre estás jugando”.
¡Esto es algo que me enorgullece profundamente! Juego cuando hablo
en el escenario, y juego mientras escribo ahora.
Quiero
aprovechar para darle las gracias a Howard Papush, quien escribió un
maravilloso libro titulado “Tiempo de receso: sorteando tu vida en
medio de las tensiones”, el cual te recomiendo (Howard también
ofrece seminarios en los que enseña a jugar y a divertirse). En su
libro, Howard comparte esta hermosa frase de Richard Bach: “Tu vida
está orientada por un aprendiz interior, por ese ser espiritual y
juguetón que es tu verdadero yo”. Estoy totalmente de acuerdo:
¡por favor, entra de nuevo en contacto con tu yo real y juguetón, y
aprovecha la menor oportunidad para jugar! Verás que todo será más
dulce y más simple.
9.
Disminuye el ritmo
Una
de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que,
“La vida es algo más que aumentar el ritmo”. Este es un gran
consejo para simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de
todas tus actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas
palabras lentamente. Desacelera tu respiración para que seas
consciente de cada inhalación y exhalación…
Cuando
vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu
forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo
que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente
de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las
conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las
estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día
gris.
Si
disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te reunirás con
el ritmo perfecto con el que funciona la creación. Imagina que
tratas de forzar a la naturaleza halando una planta de tomate que
acaba de brotar: eres tan natural como esa planta, así que permítete
estar en paz con la perfección del plan de la naturaleza.
10.
Haz todo lo posible para evitar las deudas
Recuerda
que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas
comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes
adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer
deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida. Esa ansiedad
te alejará de la paz. Si tienes que trabajar más para pagar deudas,
disfrutarás menos de tu vida actual; en consecuencia, estarás más
lejos de la paz y la alegría, que son los símbolos de la
inspiración. Te sentirás mucho mejor y disfrutarás tu vida si
tienes menos en vez de contraer deudas que no te darán paz y
tranquilidad, sino estrés y ansiedad. Y recuerda: el dinero que
posees sólo es energía, así que niégate a conectarte con un
sistema energético que no es real.
11.
Olvídate del valor efectivo
Haz lo
que tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar
si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por
razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener
un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron
una rebaja. Descubre el valor inherente a todas las cosas: así
simplificarás tu vida.
12.
Acuérdate de tu Espíritu
Si
la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o
difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás encaminado a
la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en
armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja
mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que
realmente quieres.
-
Wayne Dyer -
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