Sin duda, ¡¡que vivan las mujeres!!
Tengo una dosis extra de natación, ¡qué gustazo! Y otra dosis de orgullo (prestado) por los maravillosos resultados que están alcanzando las féminas en este recién acabado mundial. Las sirenas de sincro se han llevado cuatro bronces y tres platas, ¡ahí es nada!. Creo que es una disciplina durísima, complicadísima, sacrificadísima y todas las -ísimas que se os ocurran. Me quito el sombrero. Detrás de esas medallas hay miles de horas de entreno, de trabajo fino, de volver a intentar para hacerlo un poco mejor que la anterior vez; horas de repasar la coreo una y otra y otra vez. Horas de trabajo en equipo, tan maravilloso. Me admiran las sirenas, la verdad. Ojalá los jueces consigan superar la barrera psicológica que impone Rusia y les dejen saborear las mieles del oro la próxima vez. Ojalá.
Melanie Costa plata en 400 m libres. Espectacular. Y Mireia Belmonte bronce en 200 m estilos, plata en 200 m mariposa (le faltó un ná para el oro, ¡qué pena!) y plata en 400 m estilos (¡carrerón!). Es una nadadora increíble, tiene que estar tremendamente feliz y orgullosa. Soberanas.
Y un oro espectacular para las guerreras del waterpolo. Partidazo el de la final. Pero buenos partidos los anteriores también. Orden y sensatez. Auténtico trabajo en equipo, cohesionado, generoso y entregado. Un bloque. Es la única forma de conseguir la gloria, dicho sea de paso. Solo cuando se olvidan individualidades en pos de un objetivo comunitario, entonces fluye la magia.
Y Miki Oca, artífice del éxito.
Los saltos, las aguas abiertas y el waterpolo masculino se han quedado sin medallas, pero creo que ha sido un mundial muy bonito en el que ha quedado de manifiesto que el trabajo bien hecho, da frutos buenos. Aprendamos, tomemos ejemplo de valores y esfuerzo... ¿por qué no? (fin de la cita) ;-DDDD
¿Y ahora qué?
¡A disfrutar Agosto!
Mil besos, mis chic@s.
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