Vaya. Acabo de leer que ha muerto Álvaro Bultó. Me he quedado un poco flasheada, la verdad. De 51 años, estaba practicando wingfly en los Alpes Suizos, un deporte extremo en el que se realizan saltos con un traje de alas, con el que se llegan a alcanzar los 220 km/h.
Precisamente hace
tan sólo un mes ya tuvo un percance con
su traje de alas en Benidorm pero eso no le asustó para seguir
volando. Álvaro tenía una dilatada experiencia y llevaba a sus
espaldas más de 3.000 saltos en paracaídas.
En
Francia son seis las personas que han perdido la vida
practicando wingfly en
los últimos 20 días. El penúltimo, el paracaidista que hizo de
James Bond en la ceremonia de inauguración de los JJOO de Londres.
Bultó,
nacido en 1962 en Barcelona, es hijo
de Francisco Bultó,
el cofundador de la fabricante de motocicletas Montesa y fundador de
Bultaco. Una familia ligada al mundo del motor de la que forma parte
también el expiloto Sete Gibernau, sobrino de Álvaro.
Sin duda, ha muerto haciendo lo que más le gustaba, dedicándose a algo que le apasionaba. Lejos de la zona de confort... Allí donde vaya la gente que arriesga, descanse en paz.
Se me cuiden, mis chicos.
Hoy último día de fiestas, ¡¡a darlo todo!!
:-))
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