martes, 5 de marzo de 2013
** INFLEXIONES
La vida se encarga de darnos lecciones. Muchas. Algunas maravillosas, bellas y dulces; otras tremendas y dolorosas, agónicas, destructivas. Algunas se quedan en el camino, otras nos arrastran los pasos como fantasmas... Pero es la única forma de crecer, de ser quienes somos. De ir llegando.
Yo suelo retomar mis puntos de inflexión para poder identificarlos; a veces en plan flagele pero siempre intentando aprender. Y esos puntos son aquellas decisiones en las que nos decantamos por un camino concreto, decisiones que nos marcaron los pasos siguientes. Y por ende el momento presente.
Si echo la vista atrás, identifico unos cuántos de esos instantes en los que cambió la dirección de mis pasos. A veces me hacen bien; otras veces -lo confieso-, me machaco un ratito, para volver a nacer. Para intentar volver a nacer. Y reinventarme. Y revivir.
Ayer se me quemaron las verduras.
Y me corté un dedo...
...ojú.
El saloncito está abierto para espantar fantasmas
y dejar que entre la luz.
Y la magia.
Os espero.
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