jueves, 17 de enero de 2013

*SEDUCCIÓN (Y IV)

¡¡Buenos días!!

Llevamos una semanita complicada en lo que a climatología se refiere; abrigaos bien, sobre todo los pies, que por ahí dejamos entrar mucho frío que se traduce en constipados varios. Comed mucha fruta -un gran aliado para una salud en condiciones- y no dejéis de beber agua en la cantidad óptima para que nuestro organismo funcione en equilibrio. A quienes os gusten las infusiones, os resultará mucho más fácil llegar a ese litro y medio recomendado. A mí me encantan, así que me facilitan mucho el trabajo ;-)



Bueno, y más allá de consejillos saludables, hoy vamos a atacar este tema aun tabú aunque no por ello menos manido que es el sexo (y la sexualidad). La ternura compartida, el cariño más primario, la comunión de los cuerpos, la paz generosa. Considero que poder elevar hasta el delirio -y en ocasiones hasta la locura- el placer de la carne, es un regalazo que se nos ha dado a los humanos. Pero siempre sin perder de vista el único que requisito que no podemos olvidar: el respeto. El sexo sólo se debe entender así: desde una generosidad absoluta, desde la admiración a quien decide compartir con nosotros su espíritu y su alma. Que eso no quita para que haya momentos para todo: para un sexo más salvaje, más calmado, más espiritual, más ansioso, más explosivo... Como personas tenemos miles de matices y deberíamos esmerarnos en hacer especial cada uno de los encuentros sexuales que la vida nos pone en el camino.



Empecemos diciendo que la comunicación es básica; no sólo cuando habla la piel sino cuando de verdad sentimos que hay cosas que debemos comunicar en lo tocante al erotismo. Hay veces (muchas) que nos callamos por vergüenza, por no molestar, por pensar que al otro le va a sentar mal que seamos sinceros. No estamos acostumbrados a pedir, sobre todo las mujeres. Y creo que eso es un gran error. No hay nada más satisfactorio que sentir que la magia fluye, que disfrutamos a todos los niveles y que nos entregamos al juego para gozo y disfrute de ambos. Pensando en plural. Pero para eso debemos saber qué espera el otro de nosotros, qué tempo lleva, qué necesita. Y llegar al punto armónico en que la fusión es total.



Otra de las cosas de las que solemos quejarnos las mujeres es que, en líneas generales, sois un poco bruscos. Recordad: no somos hombres, no pensamos como hombres, no sentimos como hombres. Nuestro cuerpo no reacciona al mismo ritmo que el de un hombre. No podéis transformaros, vale, pero podéis ajustar los parámetros. A no ser que expresamente hayamos pedido un sexo un poco más duro (;-D), por regla general nos gusta que se nos toque con suavidad, con dulzura; nos gusta que invirtáis tiempo en conocer nuestras reacciones y nuestros gustos, nuestros secretos, nuestras fantasías. Nunca está de más una velada romántica, una noche en un hotelito cuco, cenar bajo la luz de la luna... Hay muchas formas de sorprendernos, que es la única forma de no caer en la rutina. Sí: queremos un príncipe azul. Pero no nos echéis a nosotras la culpa; es herencia histórica ;-D



Así pues, en el juego de la seducción, la ternura juega un papel fundamental, al igual que tener paciencia, que creo que es uno de los grandes talones de aquiles en los hombres. Sin prisa (en ningún sentido), sin necesidad de quemar etapas y momentos. Los hombres debéis convencernos a las mujeres de que merecéis la pena, pero hacedlo con sutileza. Recordad que seguimos sintiéndonos princesas y que no queremos perder la corona. Debéis conquistarnos, hacernos sentir especiales; debéis conseguir que nos vayamos a la cama pensando en vosotros y nos levantemos con ganas de saber de vosotros. Ese whatsapp de buenos
días, esa llamada inesperada, unas flores al trabajo... Lo caballeroso sigue vendiendo :-)


http://www.canalextremadura.es/alacarta/radio/audios/los-secretos-del-orgasmo

Y por último, aunque no menos importante, todos debemos tener en cuenta que cada unión es distinta; quizá -seguramente- lo que me vale con una persona no me vale con otra porque al final todos somos únicos. Debemos aspirar al encanto, a la fascinación; debemos ir más allá de disponer de un cuerpo ajeno para nuestra complacencia. Debemos descubrirnos y redescubrirnos. Debemos cuidarnos y encantarnos. Pero cuidado con los hechizos: sus efectos caducan, así que habrá que ir renovándolos cada cierto tiempo ;-)))

La magia surge donde menos lo esperamos.
¡Un beso!



Pd1.-..nunca subestiméis una selección de nuestras canciones preferidas.
Ahí, ya, caemos rendidas...
;-)

Pd2.- Después de juegos de alcoba y rendirse a la explosión sublime del orgasmo, por favor, un poco de cariñito; unas caricias, un abrazo, un rato de paz compartida.

Pd3.- Perdonadme esta ordinariez, pero de corazón, nuestros pechos son fuente de placer pero no ilimitado. No somos vaquitas y hay días que nos duelen. Tacto, amorcito, suavidad.

Pd4.- Seguro que me dejo algo...

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