Bilbao está precioso, las cosas como son, pero voy a confesar que tengo ganas de ir a Valencia, que hace tiempo que ya no me escapo por allí; de hecho, es más que probable que el mes que viene vaya unos días. Así que en cuanto lo sepa seguro, os aviso ;-)))
(...)
He comprado un corcho nuevo; ya os conté en algún otro post que me parecen elementos que ayudan a ordenar el mundo y que permiten sentir que la vida sigue su curso. Poner a la vista y en voz alta aquello que nos puede ayudar en el camino. Como creo que ya (me) toca volver a empezar, que cantan Tontxu o Pablo Alborán, por poner un par de ejemplos (vale, ejemplos pelín moñas, ya lo sé... :-P) pues he pensado que un corcho nuevo me vendría bien. Y en ese reinventarme cuasi primaveral, he empezado por hacer sitio en mi alma.
De momento sólo tiene eso que medio veis ahí; unas fotos, el manual para escalar montañas y una rosa que, ahora que lo pienso mejor, creo que voy a quitar. Ya pasó su momento, sí. Mucho mejor aire fresco y horizontes nuevos. Sin duda. A menudo nos empeñamos en aferrarnos a sueños imposibles, a historias que ya pasaron, a personas, afectos y relaciones que lo único que hacen es sembrar pena y dolor en nuestro corazón. Hay que pasar página, incluso acabar el libro. Dejarlo reposar en el sitio que le corresponde y a otra cosa, mariposa ;-)
Así que me enfrento a una etapa nueva; o mejor dicho, a una nueva etapa con todo lo aprendido a mis espaldas. Una etapa que entiendo llena de luz, llena de esperanza, llena de gusto por la vida. Una etapa de armonía. Y llena de color. Necesitaba esto, necesitaba paz....
Así que, mis chicos, ya sabéis que el saloncito se llena de magia con vuestra magia, ya sabéis que mis manos son vuestras manos y que siempre hay algo nuevo que descubrir, porque la vida es eso, dejarse sorprender sin poner barreras de ningún tipo. Os espero. Con más ganas si cabe...
...y como siempre,
gracias a todos y cada uno de los que habéis pasado
y pasáis habitualmente por aquí;
gracias por la confianza, las ganas,
la sensibilidad, la ternura,
el cariño, el respeto, la cordura...
¡¡gracias!!.
Os debo más de lo que imagináis.
Mil besos amorosos.
No
sé qué montañas estés atravesando en estos momentos, o si estás
en alguna o estás sentado en un pico contemplando la inmensidad de
la Creación y estando sumamente satisfecho de tu esfuerzo el cual
por no haber desistido te ha llevado a una victoria personal, o si
estás muerto de miedo en las faldas de esa montaña viendo lo
grande, imponente e inmensa que parece...
Sin
embargo, todos tenemos montañas que escalar. Deseo que tu montaña
sea maravillosa, excitante, fuerte, que represente para ti un riesgo
y que si, te provoque miles de emociones, que te haga sentir VIVO,
que te haga pensar en todo aquello que no piensas hace mucho por
estar automatizado y muy preocupado en vivir tu vida como según tu
deberías de vivirla.. Aquello que no te provoca nada, es aquello que
te hace morir un poquito mas día a día y está contribuyendo a
cavar la tumba de tu parálisis emocional, mental y espiritual en la
vida... vivir la vida muriendola día a día, cargando con ella,
sacrificando tu ser, tu voz, tus sueños por ese concepto basado en
el falso amor, “el sacrificio”....No temas volver a sufrir,
volver a llorar como un pequeño niño, no temas que se incendie tu
vida de pasión, no temas gritar y pelear... Esto es
VIVIR...
1. Escoge la montaña que deseas subir: no te dejes
llevar por los comentarios de los demás, que dicen “esa es más
bonita”, o “aquella es más fácil”. Vas a gastar mucha energía
y entusiasmo en alcanzar tu objetivo, y por lo tanto eres tú el
único responsable y debes estar seguro de lo que estás
haciendo.
2. Sabe cómo llegar frente a ella: muchas veces,
vemos la montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de
desafíos.
Pero cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre?
Que está rodeada de carreteras, que entre tú y tu meta se
interponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es difícil en
la vida real.
Por ello, intenta
todos los caminos, todas las sendas, hasta que por fin un día te
encuentres frente a la cima que pretendes alcanzar.
3.
Aprende de quien ya caminó por allí: por más que te consideres
único, siempre habrá alguien que tuvo el mismo sueño antes que tú,
y dejó marcas que te pueden facilitar el recorrido; lugares donde
colocar la cuerda, picadas, ramas quebradas para facilitar la
marcha.
La caminata es tuya, la responsabilidad también, pero
no olvides que la experiencia ajena ayuda mucho.
4.
Los peligros, vistos de cerca, se pueden controlar: cuando empieces a
subir la montaña de tus sueños, presta atención a lo que te
rodea.
Hay despeñaderos, claro. Hay hendiduras casi
imperceptibles. Hay piedras tan pulidas por las tormentas que se
vuelven resbaladizas como el hielo. Pero si sabes dónde pones el
pie, te darás cuenta de los peligros y sabrás evitarlos.
5.
El paisaje cambia, así que aprovéchalo:;claro que hay que tener un
objetivo en mente: llegar a lo alto.
Pero a medida que se va
subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de vez
en cuando y disfrutar un poco del panorama de alrededor.
A
cada metro conquistado, puedes ver un poco más lejos; aprovecha eso
para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado
cuenta.
6. Respeta tu cuerpo: sólo consigue subir una montaña
aquél que presta a su cuerpo la atención que merece.
Tú
tienes todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te
exijas más de lo que puedas dar.
Si vas demasiado deprisa, te
cansarás y abandonarás a la mitad.
Si lo haces demasiado
despacio, caerá la noche y estarás perdido. Aprovecha el paisaje,
disfruta del agua fresca de los manantiales y de los frutos que la
naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue caminando.
7.
Respeta tu alma: no te repitas todo el rato “voy a conseguirlo”.
Tu alma ya lo sabe.
Lo que ella necesita es usar la larga
caminata para poder crecer, extenderse por el horizonte, alcanzar el
cielo.
De nada sirve una obsesión para la búsqueda de un
objetivo, y además, termina por echar a perder la escalada.
Pero
atención, tampoco te repitas “es más difícil de lo que pensaba”,
pues eso te hará perder la fuerza interior.
8.
Prepárate para caminar un kilómetro más: el recorrido hasta la
cima de la montaña es siempre mayor de lo que pensabas.
No
te engañes, ha de llegar el momento en que aquello que parecía
cercano está aún muy lejos. Pero como estás dispuesto a llegar
hasta allí, eso no ha de ser un problema.
9. Alégrate cuando
llegues a la cumbre: llora, bate palmas, grita a los cuatro vientos
que lo has conseguido, deja que el viento allá en lo alto (porque
allá en la cima siempre hace viento) purifique tu mente, refresca
tus pies sudados y cansados, abre los ojos, limpia el polvo de tu
corazón.
Piensa que lo que antes era apenas un sueño, una
visión lejana, es ahora parte de tu vida.
Lo
conseguiste.
10. Haz una promesa: aprovecha que has
descubierto una fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti mismo
que a partir de ahora, y durante el resto de tus días, la vas
utilizar.
Y, si es posible, promete también descubrir otra
montaña, y parte en una nueva aventura.
11. Cuenta tu historia: sí, cuenta tu historia.
Ofrece tu ejemplo.
Dí a todos que es posible, y así otras personas sentirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas."
(...)
PD: Todos tenemos nuestras propias montañas.
Yo aún sueño con un dieciséis de Diciembre...
Hoy, me váís a permitir un apuntecillo a mis chicos de balonmano...
¡¡CAMPEONES!!
Madre mía, qué partidazo, qué equipo más equipo, qué ganas de hacerlo bien...¡¡qué barrida a Dinamarca!!
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un partido, sobre todo la primera parte; fue ordenada, estuvieron a una, defendieron elegantes pero poderosos... Sterbic estuvo atentisimo y se jugó el balón rápido...¡¡buff!! ¡¡lo que habría dado por estar allí!!
Sigo con el regusto.
Para volver a ver.
Y un ole para Valero, ¡sí señor!
Y mi Joseja... ;-)))
(....)
¿Sabeís qué?
Que hay que luchar por los sueños que sabemos que nos harán felices.
Que hay que pelear cada día sin darnos por vencid@s.
Que hay que insistir sin decaer.
Que hay que confiar pero sin bajar la guardia.
Gracias por dejarme soñar, mis chicos.
Que a un país como España, lleno de posibilidades, servicios, cultura y demás turbinas poderosas le haya llegado este momento de hundimiento total, es inadmisible. Es como aquello que se nos decía en el cole: "su rendimiento es bajo. Puede mucho más". Pues eso. Que si en vez de andar pensando en cómo robar y hacer daño al prójimo, invirtiéramos la mitad de ese tiempo en tomar decisiones racionales y de sentido común, otro gallo nos cantaría, que dice el refranero popular. Porque vendrían igualmente tiempos malos, claro que sí, pero los podríamos afrontar con solidaridad y desde la generosidad que hace tiempo que hemos olvidado :-(
Lástima.
El mundo es mucho menos humano...
ESPAÑA,
PAIS MEDIOCRE.
Por
el genial ANTONIO FRAGUAS DE PABLOS (FORGES)
Quienes
me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de éstos, creo
que ha llegado la hora de ser sincero. Es, de todo punto, necesario
hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrítica, tomando, sin
que sirva de precedente, la seriedad por bandera.
Quizá
ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que
económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la
codicia de los banqueros o la prima de riesgo.
Asumir que
nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro,
con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o
echándonos a la calle para protestar los unos contra los
otros.
Reconocer que el principal problema de España no
es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de
corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre. Ningún
país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco
en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en
la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos creado una
cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el
colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más
se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que
votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya
carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que
la hay. Tan solo porque son de los nuestros.
Estamos tan
acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla
como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre,
reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
-
Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134
minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura.
- Mediocre es un país que en toda la democracia
no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos
mínimos conocimientos sobre política internacional.
-
Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio,
ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del
terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema
educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes
a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es un país
que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa,
pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150
mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse
para sobrevivir.
- Mediocre es un país con una cuarta parte
de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos
para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre
sus deportistas.
- Mediocre es un país donde la
brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada
–cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
-
Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran
dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron
sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el
más relevante modo de vida.
- Es Mediocre un país que
ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida
sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima
plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin
aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular
su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero
que se esfuerza.
- Mediocre es un país que ha
permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres,
arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o
dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
-
Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos
su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito
deportivo.
Para mirar las cosas desde otra perspectiva,
que es lo único que nos hace falta a veces :-)
Gracias a tod@s l@s que os pasáis por el saloncito.
¡Mil besos llenos de luz!
Mueve
tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina,
sal por las montañas, sal de la rutina del trabajo, las relaciones y
los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas
personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más
locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra
puede hacer maravillas.
TOCA
Toca las partes que amas de tu cuerpo. Acaricia a las personas que amas. Da
abrazos en la panadería, en el parque, en las puertas de toda la
ciudad. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu gato o tu perro
un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una
pieza de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas,
las rocas y el agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto
con el placer de tocar.
ESCUCHA
Siéntate en
silencio y observa cuanto hay allí para ser escuchado. Escucha
a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha hasta la última
nota de cada canción. Escucha tu voz interna, esa que solo escuchas
cuando la confusión de cada día disminuye. Oye el susurro de las
hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo en
tu chimenea. Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que
nunca es hablado.
SIENTE
El dolor, experimenta el
gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta
que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón.
Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu
frustración, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de
verdad, no estás vivo.
CONFÍA
Tú sabes lo que
necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna
es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te
arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición. Ten esto en
cuenta: Finalmente, tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si
consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es lo que
debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la
forma de llegar allí. Si no confías completamente en ti, te
conviertes en moho.
REÚNETE
Con los hombres y
mujeres que amas. Toma el té acompañado, camina en compañía
por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros, canta tu
propia canción. Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus
historias son diferentes a las de los otros y a su vez son
completamente parecidas. Cocina y come en compañía.
RECIBE
Por
una vez, deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo. Acepta
los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese
momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que
necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus
manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas las cosas
buenas que mereces y recuerda disfrutar tu vida.
AGRADECE Mantén
una postura amable y agradecida. El agradecimiento es una
energía poderosa que reconforta a quien la emite y a quien la
recibe. Da gracias por la simple existencia, por el sol en tus días
y la luna de tus noches, por los alimentos en tu mesa, por el estado
de equilibrio perfecto de tu cuerpo. Agradece que tienes una
conciencia que te ha traído hasta este momento presente apreciando lo
mejor de tu existencia. Sé agradecido con quienes te rodean, pues
todos están contribuyendo en la creación de tu mundo.
Será
porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado
inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque,
por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada
material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he
conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a
estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas
buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su
sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría
ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su
aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la
sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto
llamado vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante me
lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo
imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de
laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la
envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los
quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran
a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las
que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula
minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian
el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y
palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres
esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de
un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo
piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los
otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos
indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los
hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones
pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden
cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que
creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir,
pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no
quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa
compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de
cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un
par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al
que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más
hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas
y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También
quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los
que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la
serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar
de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente
de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos
tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando
cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería.
No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase.
Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas
piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo
quiero eso. Casi nada. O todo.
Llevamos una semanita complicada en lo que a climatología se refiere; abrigaos bien, sobre todo los pies, que por ahí dejamos entrar mucho frío que se traduce en constipados varios. Comed mucha fruta -un gran aliado para una salud en condiciones- y no dejéis de beber agua en la cantidad óptima para que nuestro organismo funcione en equilibrio. A quienes os gusten las infusiones, os resultará mucho más fácil llegar a ese litro y medio recomendado. A mí me encantan, así que me facilitan mucho el trabajo ;-)
Bueno, y más allá de consejillos saludables, hoy vamos a atacar este tema aun tabú aunque no por ello menos manido que es el sexo (y la sexualidad). La ternura compartida, el cariño más primario, la comunión de los cuerpos, la paz generosa. Considero que poder elevar hasta el delirio -y en ocasiones hasta la locura- el placer de la carne, es un regalazo que se nos ha dado a los humanos. Pero siempre sin perder de vista el único que requisito que no podemos olvidar: el respeto. El sexo sólo se debe entender así: desde una generosidad absoluta, desde la admiración a quien decide compartir con nosotros su espíritu y su alma. Que eso no quita para que haya momentos para todo: para un sexo más salvaje, más calmado, más espiritual, más ansioso, más explosivo... Como personas tenemos miles de matices y deberíamos esmerarnos en hacer especial cada uno de los encuentros sexuales que la vida nos pone en el camino.
Empecemos diciendo que la comunicación es básica; no sólo cuando habla la piel sino cuando de verdad sentimos que hay cosas que debemos comunicar en lo tocante al erotismo. Hay veces (muchas) que nos callamos por vergüenza, por no molestar, por pensar que al otro le va a sentar mal que seamos sinceros. No estamos acostumbrados a pedir, sobre todo las mujeres. Y creo que eso es un gran error. No hay nada más satisfactorio que sentir que la magia fluye, que disfrutamos a todos los niveles y que nos entregamos al juego para gozo y disfrute de ambos. Pensando en plural. Pero para eso debemos saber qué espera el otro de nosotros, qué tempo lleva, qué necesita. Y llegar al punto armónico en que la fusión es total.
Otra de las cosas de las que solemos quejarnos las mujeres es que, en líneas generales, sois un poco bruscos. Recordad: no somos hombres, no pensamos como hombres, no sentimos como hombres. Nuestro cuerpo no reacciona al mismo ritmo que el de un hombre. No podéis transformaros, vale, pero podéis ajustar los parámetros. A no ser que expresamente hayamos pedido un sexo un poco más duro (;-D), por regla general nos gusta que se nos toque con suavidad, con dulzura; nos gusta que invirtáis tiempo en conocer nuestras reacciones y nuestros gustos, nuestros secretos, nuestras fantasías. Nunca está de más una velada romántica, una noche en un hotelito cuco, cenar bajo la luz de la luna... Hay muchas formas de sorprendernos, que es la única forma de no caer en la rutina. Sí: queremos un príncipe azul. Pero no nos echéis a nosotras la culpa; es herencia histórica ;-D
Así pues, en el juego de la seducción, la ternura juega un papel fundamental, al igual que tener paciencia, que creo que es uno de los grandes talones de aquiles en los hombres. Sin prisa (en ningún sentido), sin necesidad de quemar etapas y momentos. Los hombres debéis convencernos a las mujeres de que merecéis la pena, pero hacedlo con sutileza. Recordad que seguimos sintiéndonos princesas y que no queremos perder la corona. Debéis conquistarnos, hacernos sentir especiales; debéis conseguir que nos vayamos a la cama pensando en vosotros y nos levantemos con ganas de saber de vosotros. Ese whatsapp de buenos
días, esa llamada inesperada, unas flores al trabajo... Lo caballeroso sigue vendiendo :-)
Y por último, aunque no menos importante, todos debemos tener en cuenta que cada unión es distinta; quizá -seguramente- lo que me vale con una persona no me vale con otra porque al final todos somos únicos. Debemos aspirar al encanto, a la fascinación; debemos ir más allá de disponer de un cuerpo ajeno para nuestra complacencia. Debemos descubrirnos y redescubrirnos. Debemos cuidarnos y encantarnos. Pero cuidado con los hechizos: sus efectos caducan, así que habrá que ir renovándolos cada cierto tiempo ;-)))
La magia surge donde menos lo esperamos.
¡Un beso!
Pd1.-..nunca subestiméis una selección de nuestras canciones preferidas.
Ahí, ya, caemos rendidas...
;-)
Pd2.- Después de juegos de alcoba y rendirse a la explosión sublime del orgasmo, por favor, un poco de cariñito; unas caricias, un abrazo, un rato de paz compartida.
Pd3.- Perdonadme esta ordinariez, pero de corazón, nuestros pechos son fuente de placer pero no ilimitado. No somos vaquitas y hay días que nos duelen. Tacto, amorcito, suavidad.
Este post es fruto de muchas charlas con brujas, divas y diosas varias, conocidas y desconocidas. Charlas inteligentes, dulces y bellas. Con mujeres inteligentes, dulces y bellas también. Y es un post para acercaros el mundo a través de los ojos femeninos; ya os dije el otro día que una de las diferencias sustanciales entre géneros es el nivel de sensibilidad con que vivimos todo. Y todo es todo; cada gesto, cada palabra, cada silencio... todo adquiere un significado para nosotras. Lo hace todo un poco más complicado, es verdad, pero también dota a las relaciones de un matiz lleno de ternura y de pasión. No, no me refiero al sexo, que ya sé que es uno de los temas candentes. También hablaremos de ello más adelante.
Ahora lo que os quiero mostrar son las cualidades que consideramos básicas en un hombre; no quiere decir que sean imprescindibles, ni que tengáis que tenerlas todas (;-D). Porque en innumerables ocasiones nos enamoramos de quien menos nos conviene, de quien se aleja por completo de aquello que habíamos soñado. Y otras veces conocemos príncipes que dejamos escapar por razones incomprensibles; quizá porque razonamos demasiado o porque, sencillamente, no hay chispa. Y eso no podemos crearlo de la nada. Pero bien es cierto que para que haya magia, ambas partes tienen que poner de su parte, tienen que ofrecer una versión amorosa de si mismos y añadir una pizquita de imaginación. No digo mentir, porque al final la verdadera esencia acaba por salir a flote y es peor encontrarse la cruda realidad después de creer lo que no era. Pero sí es agradable ajustar las necesidades y los gustos de nuestros partenaires a nuestras necesidades y gustos personales. Porque la esencia de la felicidad pasa por hacer feliz a quien decide compartir con nosotros un proyecto común.
Dicho lo cual, aquí os traslado los aspectos más generalizados que esperamos encontrar en nuestro príncipe azul; no están enumerados en orden de importancia y cada mujer los asume de acuerdo a sus propios gustos y preferencias. E igualmente, cada mujer sabe qué quiere y qué no quiere sacrificar en la difícil tarea del amor. Obviamente somos como somos y así deben aceptarnos y querernos, pero no está de más un pequeño esfuerzo por acentuar aquellas cosas que pueden resultar beneficiosas para ambas partes en la ardua tarea de la seducción. Vamos a ello.
(...)
Nuestro hombre ideal debe tener varias de estas cualidades. Unas mujeres se conformarán con dos y otras necesitarán todas o incluso otras que no están recogidas aquí. Cada cual busca, espera y sueña lo que le ayude a hacer más ameno su camino; pero en el fondo lo que todas y todos queremos es sentir la paz de una relación en armonía y que nos haga felices.
Nosotras queremos un compañero que....
* ... sea generoso
No solo en el tema material, que es un tema importante a la hora de sentir confianza, sino sobre todo a la hora de compartir el tiempo, de compartir planes; que sea entregado y no nos abra la puerta de atrás para dejarnos miguitas...
* ... sea inteligente, cultivado
Queremos a alguien con quien se puedan mantener conversaciones de cierto nivel cultural que giren en torno a la política, la educación o los deportes de actualidad, ¡claro que sí! Sin caer en la todología, por favor ;-D
Y que le guste leer. * ... sea dulce, atento, cariñoso, tierno
Un hombre que nos cuide, que nos trate como a verdaderas reinas; que tenga muestras de afecto, que sea sensible, que tenga detalles, que se acuerde de fechas, que nos haga regalitos sorpresa... Y que sea romántico.
* ... sea fiel, leal
Que podamos confiar cuando salga con sus amigotes, que no pensemos que se va a ir con la primera que se le cruce; que sea una buena persona, que no nos falle. Que sea honrado.
* ... sea divertido y tenga buen humor
Que no discuta sin más, que sonría, que no ponga pegas constantemente; que se levante de buen humor, que siempre esté dispuesto a todo con alegría.
* ... sea trabajador, responsable
Que sea una persona dedicada a su trabajo, a su pareja, a las cosas importantes de su vida.
* ... sea buen amante
Que se esmere en hacernos disfrutar, que tenga ganas de aprender y de innovar, que no piense solo en su bienestar sino que entienda la sexualidad como algo de dos y para dos.
* ... sea independiente y autónomo
Que no tenga una dependencia insana hacia nada ni nadie, que sepa gestionar sus recursos. * ... se implique en nuestras cosas
Que nos pregunte como nos ha ido el día, si necesitamos algo; que muestre interés en nuestros hobbys, en las nuestras relaciones de amistad...
* ... no tenga vicios nocivos
Que no cometa excesos con ningún tipo de drogas ni lleve al extremo ideas políticas, alimentación... * ... sea deportista
Que cuide su cuerpo pero sin obsesionarse. Que cuide los detalles que nos gustan. * ... tenga inquietudes, que salga de casa
Que nos lleve de excursión, a ver exposiciones, al teatro, a conciertos...
* ... le guste el aire libre, la naturaleza
Que disfrute de pasear, de algún día de picnic o de salidas culturales por el campo. * ... se implique en las tareas del hogar
Que participe en el lado menos amable del hogar. Que negocie con cariño. * ... le guste viajar
Que no tenga pereza para hacer maletas y conocer otras culturas. O que se atreva en eso del nudismo... ;-D
* ... hable, que se comunique
Que afronte las dificultades con comunicación activa; que se siente a hablar, que sea humilde para aceptar si se equivoca y sea asertivo y empático. Que sepa pedir perdón.
* ... nos proteja
Nos haga sentir cuidadas, apoyadas, queridas, especiales, diosas...
* ... no controle, que deje espacio
Que respete el espacio personal de cada uno; ese tiempo glorioso para salir con las amigas, por ejemplo.
* ... sea optimista, positivo
Que siempre tenga palabras de aliento, que mire las opciones en positivo, que no se pase el día entero lamentándose.
* ... sea constante, consecuente
Que sea una persona clara, sincera y transparente, que no sea oscuro. Que sepamos cómo va a actuar, cómo piensa, cual es su escala de valores. Que sea recio pero que no sea intransigente.
* ... sea intuitivo, respetuoso
Que asuma las diferencias pero que las incluya como parte de la grandeza de las personas y por ende, de la pareja. Que sea puntual.
* ... sea magnánimo
Que sea altruista, que tenga sensibilidad por las necesidades ajenas; que comparta sin cortapisas, que sea atento con la gente de su alrededor.
* ... sea prudente
Que no sea un cabra loca (con el coche, con la moto, practicando deportes de riesgo...). Y que también sea prudente cuando habla, que no nos sintamos avergonzadas de estar con él delante de otras personas.
* ... sea paciente
Que no se desespere ante pequeños contratiempos, que no pierda la paciencia, que no le sobrepasen los acontecimientos inesperados.
* ... sea ordenado, limpio, pulcro
Que cuide su aseo personal -ducharse, ponerse ropa limpia...- y que mantenga el orden en casa: en la cocina, con la ropa sucia. Que ayude a conseguir un entorno agradable.
Y dicho lo cual,
¡manos a la obra!
Seguiremos con el curso en otro momento.
Como acercarse a una mujer, como mantener la chispa, como cuidar la relación :-)
Feliz lunes, mis chicos.
¡¡Un beso mojadito!!
;-P