jueves, 13 de septiembre de 2012

** DE CABEZOTAS QUE ARROLLAN

En la vida nos vamos a encontrar con gente de muchos tipos; y además, con días de todo tipo en esa gente de todo tipo ;-I Socializarse no es fácil y mucho menos a partir de cierta edad, cuando ya estamos más curtidos, más cansados, más de vuelta. Tenemos manías, formas mecánicas de hacer las cosas, sitios preferidos, horarios establecidos... Y encajar todo eso en la vida de otra persona -y que esa otra persona encaje en la nuestra, claro-, es una tarea ardua. Muy compleja, no nos vamos a engañar.


Uno de esos tipos de personas que pululan por el mundo, son los cabezotas. Pero los cabezotas en ese cóctel explosivo de orgullo e inamovilidad en sus criterios. Esos que cuando toman una decisión, la mantienen a pesar de los pesares, aunque se den cuenta de que se han equivocado. Esos que no rectifican porque lo consideran un signo de debilidad, de poca personalidad. Los cabezotas que van dejando cadáveres por el camino.... porque son capaces de perderlo todo cuando se les mete una cosa en la cabeza.


El camino de la vida, por suerte o por desgracia (yo pienso que por suerte), se hace así, a base de tomar decisiones y de aprender de ellas, claro; pero de aprender. No de volver al mismo punto de origen por pensar que no hay lugar a que nosotros, tan pluscuamperfectos, podamos equivocarnos. Claro que sí. Todos nos equivocamos. Todos tomamos decisiones erróneas. Todos infringimos las leyes en muchas ocasiones. Pero todos tenemos derecho a mirar atrás para quedarnos con el dato... el importante, el de verdad.


Pero con los cabezotas el camino se hace más duro, menos dulce, menos amoroso. Con un cabezota hay que andar con pies de plomo y cuidar cada movimiento, cada gesto, cada palabra, no vaya a ser que encima sea un rencoroso... en cuyo caso estamos perdidos. O nos armamos de paciencia, relativizamos y le damos la importancia justa a muchas de las cosas que para nosotros la tienen o la bomba explota seguro. El fracaso está casi asegurado.

Así que apuntemos bien y tengamos ojo para las personas; que nos quieran, que nos respeten, que nos cuiden, que nos hagan bien. El resto... lejos.
¡¡Un dulce besito de jueves!!


PD: "Sabes que te has equivocado.
Porque hay cosas que tendrás siempre, que estarán siempre.
Pero otras no.
De hecho, cada vez estarán más lejos.
Y el día que mires atrás y mires de verdad,
te darás cuenta de que había más caminos
para llegar al suma final.
Pero será tarde.
A las cagadas gordas,
les llamo yo una mala elección..."

CAP 2
Una almohada para mis sueños




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