Aprovechando el chaparrón de emails recibidos a propósito del controvertido tema sobre las complejas diferencias entre hombres y mujeres ;-DDDD, hoy he encontrado este mini dossier sobre algunos de los complejos de los hombres y me ha parecido como muy simpático. Ya me decís, a ver si estáis de acuerdo. Y mañana, complej(ill)os de las mujeres...
1.-EXCESO O DEFECTO DE PESO
Muchos hombres han dejado ya de presumir de sus barrigas y pasar a la acción. Cada vez más acuden a especialistas en nutrición para bajar esos kilos de más o para engordar. No olvidemos que no sólo los kilos acomplejan en exceso, sino también en defecto. Muchos hombres preferirían un poco más de carne que decorara sus huesos.
2.-CALVICIE
Cuando las entradas amenazan o la calvicie es un hecho muchos hombres se sienten acomplejados. Los hay que cortan por lo sano y optan por raparse la cabeza para disimularlo. Otros acuden a centros capilares para ponerle solución. El porcentaje os sorprendería.
3.-EXCESO DE PELO
¿Por qué la depilación es el tratamiento de belleza más demandado por los hombres? Porque a ellos no les gusta mostrar más vello del que es normal. Sobre todo en zonas donde se convierte en algo antiestético según los actuales cánones. Espalda, demasiado pelo en pecho, brazos... No les vale el que en el caballero todo vale y han decidido ponerle remedio.
4.-SONRISA
Cuántas mujeres dicen que en lo primero que se fijan es en la sonrisa del hombre. Muchas. De ahí que otra de las cosas que no pasan por alto es el cuidado dental. Unos dientes no alineados o amarillentos les producen inseguridad. Para esto el remedio pasa por ir a una clínica dental. No es de lo peor que les pueda acomplejar porque tiene un remedio sencillo.
5.-ESTATURA
Históricamente, el hombre debía ser alto y gallardo. Esta tendencia ha dejado huella y les ha pasado factura a la autoestima de más de uno. Eso de que la mujer sea más alta que ellos o que su estatura no sea destacable les ha dado más de un quebradero de cabeza. No es que exista una talla mínima, pero por debajo de 1,65 sus inseguridades se vuelven exponenciales.
6.-CULETES
Desde que los actores de Hollywood empezaron a calzarse esos vaqueros que dejaban poco a la imaginación en lo que a retaguardia se refería, muchos hombres se han acomplejado de su trasero. Escurrido, demasiado prominente o respingón, pocos son los que están totalmente orgullosos de lo que muestran los pantalones de hoy en día.
7.-NARÍZ
¿Sabéis que es una de las burlas más comunes que sufren desde el colegio? Sí, las narices que destacan por su grosor, longitud o forma han acomplejado a generaciones y les han valido como mote durante casi toda su vida. Muchos de estos niños han decidido, ya de adultos, pasar por un quirófano y hacerse unos retoques.
8.-OREJAS
Otro clásico del mote infantil. Los niños son crueles, eso es cierto, pero pasa factura a lo largo de la vida. Si las orejas destacan frente a la armonía facial, sus inseguridades se ven acrecentadas. Muchos optan por peinados que los disimulan y que no siempre son los más favorecedores según las facciones.
9.-VOZ
Si no es grave y varonil, para ellos es un problema. Voces agudas, aflautadas o incluso infantiles pueden hacer que se vuelvan tímidos desde la pubertad. Es una de sus mejores armas de seducción y, sin embargo, de las que más les acomplejan a la vez si no entonan como les gustaría.
10.-SEXUALIDAD
Otro de los grandes mitos y de las grandes inseguridades masculinas: el tamaño de sus genitales. Tanto se ha hablado de él, que muchos son los que se sienten acomplejados y esto les acarrea incluso problemas a la hora de relacionarse en pareja. El miedo, las inseguridades y los complejos destacan más sin ropa.
(...)
Los complejos son respuestas que genera nuestra mente ante una discapacidad o una diferencia con los demás. En la mayoría de los casos se trata de pensamientos irracionales que atormentan a la persona la cual les da un valor sobre dimensionado y de ahí el malestar que se produce.
Como pensamientos distorsionados pocas veces tienen que ver con la realidad del individuo y realmente es la propia persona la que ha exagerado ese complejo y le ha dado importancia superior a la debida. Probablemente para el resto de su entorno sea un aspecto irrelevante o pasa desapercibido, los demás seguramente le valoran tal y como es y es la propia persona que padece el complejo la que se encuentra incapacitada para valorarse a sí misma en su conjunto, con sus defectos y sus virtudes.
Creer que soy feo, o torpe o soso, nos va a traer muchos problemas de integración a largo plazo ya que nuestras relaciones interpersonales van a sufrir por ello. Una persona que se considera “soso”, se comportará como tal, todos lo verán y lo etiquetarán de por vida.
Tal vez fue soso cuando era pequeño -por ser tímido o por otras cuestiones- pero las personas evolucionamos y no tenemos porqué mantener el prototipo que nos impusieron de pequeños. Desde luego es una labor individual y personal el que esto no ocurra.
Nuestra familia o nosotros mismos podemos habernos colocado un complejo encima, pero, ¿por qué mantenerlo? ¿qué función hace? ¿de qué nos sirve? Valoraremos el nivel de incapacidad que nos provoca dicho complejo y consideraremos la necesidad de quitárnoslo de encima. Si nuestro complejo nos impide disfrutar de determinadas cosas o nos cohibe para ser como realmente querríamos ser, es hora de hacerlo desaparecer.
Los complejos pueden ser de diferentes tipos, pero la mayoría de las veces son de tipo físico. Realmente en la infancia es lo que más se valora, todos quieren ir iguales, vestir del mismo modo y ser físicamente parecidos. El que destaca por exceso o por defecto es una posible victima de complejo, además, los compañeros se encargarán de resaltar esa diferencia y si la persona no recibe refuerzo por parte de la familia, puede generar un complejo, incluso de una cualidad positiva.
(...)
Hagamos repaso; de cómo nos vemos, de cómo nos ven, de qué somos capaces de dar, de cuánto sabemos recibir. Repaso de cuánta armonía irradiamos, de cuánto sitio dejamos en nuestro corazón, de qué rasgos podemos potenciar... hagamos repaso de lo que nos pesa, de lo que nos condiciona, de qué cosas nos resultan piedrecitas en los zapatos...
...y desde la humildad y la inteligencia emocional -imprescindibles-, podremos entender no sólo cuán afortunados somos y cuántas puertas se van abriendo en la vida, sino especialmente, que tenemos la obligación de disfrutar de todo aquello que se nos ofrece, en beneficio propio y en el ajeno. Que cuanto más felices seamos, más felicidad seremos capaces de regalar.
Por cierto, el amor no sólo cura,
sino que nos llena de una ternura
y de una generosidad especiales.
Y aunque duele -siempre duele-,
el amor nos hace bien...
¡¡Feliz viernes, mis chicos!!
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