...mis chicos,
mis chicas,
aún estoy aterrizando, creedme.
Una mudanza -que no mía-, está suponiendo un poderoso ejercicio de control afectivo, de organización, de cansancio físico y de noches complicadas de cansancio mental. Así que os pido disculpas, una vez más, por este extraño tiempo en el que me veo inmersa y que me mantiene alejada de la literatura y por ende, de vosotros. Huelga decir, que no os olvido, que el saloncito sigue siendo un espacio donde la ternura y las caricias son las mayores señas de identidad. El lunes, con calma y con paciencia, retomaré el pulso a la normalidad.
De esta semana (o no sé ya si es una noticia de la pasada, la verdad), me quedo con la historia de amor de Shakira y Piqué. De ese amor que ha surgido, que han alimentado y que han convertido en opción de vida, de una nueva vida en común. Que cuando uno se embarca en algo así, no sabe cómo saldrán las cosas, pero la pasión y la dulzura de los inicios, son un regalo absoluto para los sentidos. Para todos los sentidos. Sería maravilloso avanzar en el tiempo y aprender a mantener, con los matices propios de la propia vida, el regusto de felicidad que dejan las mieles de los comienzos...
Dice un sabio que pulula por el mundo -y que tengo la suerte de respirar cerca-, que todo depende de la actitud, de las ganas que se ponen, de dejar a un lado el egoísmo para hacer de la otra persona lo más importante de la vida. Y así, si el pulso se mantiene para querer hacer feliz al otro, el resto viene solo. Y entonces se puede creer en el amor ese que llena, que gusta, que hace feliz, que permite sonreir a toda hora; el amor ese que nos hace confiados, que ilusiona, que hace crecer. El amor, sin aditivos.
Os dejo un saquito de besos,
para que los uséis cuando creáis que os hacen falta.
A veces sólo hay que pedirlos con un poco más de ahínco;
otras veces hay que dejarse querer,
mimar,
cuidar.
Y casi siempre,
hay que hacer fácil y sencillo cada paso del camino.
¡Felíz viernes!
EL ALMA EN PIE
Cuántas noches en mi cama pronuncié tu nombre
entre estas cuatro paredes de mi habitación
cuántas horas he esperado tu llamada ausente
o tu voz arrepentida en el contestador
Yo sin ti no sé cómo tenerme
con el alma en pie
sin ti me cuesta respirar
sé muy bien que tú a mí no volverás
que sepas tú que como yo
ningún amor se entregará
Yo sin ti no sé cómo tenerme
con el alma en pie
sin ti me cuesta respirar
El tren pasa una vez
por ti no volverá
que sepas tú que cómo yo
ningún amor se entregará
Es tanta la lejania que se siente cuando
has querido a alguien con toda tu pasión
y de buenas a primeras
en quien confiaste se va llevandose
los muebles de tu corazón
no hay que mirar atrás
pues estoy luchando
Yo sin ti no sé cómo tenerme
con el alma en pie
sin ti me cuesta respirar
El tren pasa una vez
por ti no volverá
que sepas tú que cómo yo
ningún amor se entregará
Yo sin ti no sé cómo tenerme
con el alma en pie
sin ti me cuesta respirar
sé muy bien que tú a mí no volverás
que sepas tú que como yo
ningún amor se entregará
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