Queridos Reyes Magos:
Este año aún no, pero el que viene cumplo 40. Cambio de decena y reconozco que me va a caer francamente mal, muy muy mal. Pero como aún me queda algo de disfrute treintañero, casi mejor me dedico al presente, que ya veremos lo que queda por venir. Las brujillas queremos celebrar esa fecha mágica/fatídica con un viaje espectacular... ya os iré contando.
Dicho lo cual, igual soy un poco mayor para andar escribiéndoos cartas, pero voy a ver si recupero aquella ilusión de antaño -en mi época sólo estábais vosotros, nada de regordetes abuelitos vestidos de rojo, y aún recuerdo un vestidito para la nancy que me hizo muy feliz-; porque visto el panorama actual, hay que hacer un esfuerzo titánico por seguir creyendo. En algo.
No es que esta vez llegue tarde, no; este año voy a ir mandando la carta desde ya, para ver si dándoos un poco de tiempo conseguís que la magia se haga realidad. Que no es que quiera pedir imposibles, pero prefiero asegurarme un año lleno de esperanza y de ilusiones por cumplir que no andar apurando el tiempo a última hora. Que correr no es buena estrategia...
Os pediría algo más de trabajo; no, para mí no, que mis chicos se dejan mimar con mucha generosidad. Más bien para esos más de cuatro millones de parados que se han generado a lo largo de los años. Ya, ya sé que en trescientos y pico días no es fácil cambiar el rumbo social, pero a lo mejor con un empujoncito en forma de conciencia solidaria...
...que dicho sea de paso, es un trabajo de todos. Como no abusar de los recursos sanitarios o de los naturales, por poner un par de ejemplos. Si uno está enfermo, estupendo, aprovechemos lo que somos y tenemos; pero pasar el tiempo en el ambulatorio en plan mañana de compras o utilizar las recetas como si compráramos caramelos... Sería genial, además, que fuéramos un poco más cívicos; eso de aparcar donde toca, reciclar, no tirar colillas (ni pañuelos, ni latas, ni papeles, ni...) por la ventanilla del coche, utilizar el transporte público... que a lo mejor seríamos más europeos si empezáramos por lo básico en convivencia y respeto. Ahí sí que váis a tener que trabajar duro, porque somos bastante cabezotas y tenemos un concepto bastante escaso de lo que es hacer el bien al prójimo.
También os pido que no se regalen mascotas o animales exóticos; que una vez que se pasa la gracia y nos damos cuenta de cuánto trabajo lleva cuidarlas (higiene, paseo, alimentación...), acaban siendo abandonas al amparo de vayaudasaber qué suerte.
Que nos toque la lotería (o algo que se le parezca), por eso de tapar agujeritos y enmendar errores del pasado. Al menos, yo.
Un saco de valores positivos por cada personita sería una inversión maravillosa; que se pudiera optar a trabajar en lo que uno de verdad quiere, que se respete a los profesores y a los ancianos, que se compartan tiempo y recursos... Vivimos un tiempo complejo, pero sigue habiendo educadores vocacionados que pueden sembrar semillas preciosas. Y ya si desde arriba (léase cartera de "Heducación") se apoyara lo que de verdad importa, el rumbo sería tremendamente creativo...
Y algo de sabiduría, en general; una especie de xirimiri de inteligencia, para procurar no cometer los mismos errores (propios, ajenos) y poder sonreir con el alma al sentirnos satisfechos de cosas bien hechas, cosas hechas con un fin y decisiones bien pensaditas. Para variar.
No pensaba escribiros una carta tan larga, lo siento. Pero veo que hay mucho que mejorar y pocas manos para hacer realidad ciertos sueños. Y luego el tiempo pasa volando y el nuevo año nos pilla con los pantalones bajados ;-DDD
A todo esto... prometo ser muy muy buena.
O eso espero.
;-D
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