martes, 28 de diciembre de 2010

*PASA EL TIEMPO...

EL TIEMPO


Del latín tempus, la palabra tiempo es la magnitud física que permite medir la duración o separación de las cosas sujetas a cambio (o sea, el período que transcurre entre el estado del sistema cuando éste aparentaba un estado y el instante en el que dicho estado registra una variación perceptible para el observador).

Tiempo

Esta magnitud, cuya unidad básica es el segundo, permite ordenar los sucesos en secuencias, con lo que establece un pasado, un presente y un futuro. El tiempo da lugar al principio de causalidad, uno de los axiomas del método científico.

La cronología permite datar los momentos en los que ocurren ciertos hechos. Se trata de una línea de tiempo donde se puede representar en forma gráfica los momentos históricos en puntos y los procesos en segmentos.

En el ámbito de la gramática, el tiempo hace referencia al tiempo interno de la conjugación verbal. Puede diferenciarse entre el tiempo absoluto (que es medido desde el hablante y en relación con el momento de la enunciación) y el tiempo relativo (que se mide en relación con el ya mencionado tiempo absoluto).



Por otra parte, el tiempo atmosférico abarca todos los fenómenos que ocurren en la atmósfera de la Tierra o de un planeta. El tiempo medio para un período largo es conocido como climay estudiado por la climatología.

En la Tierra, los fenómenos meteorológicos regulares incluyen viento, lluvia, tormentas, nieve y granizo, por ejemplo. El tiempo es cambiante debido a las diferencias de la energía recibida del sol. Las estaciones meteorológicas son las encargadas de medir las distintas variables locales del tiempo, como la temperatura, la humedad y la presión atmosférica.

(...)

Y vuelve a terminarse un año y volvemos a celebrar la entrada en uno nuevo. Estrenamos década, además. Y aunque el tiempo es un concepto relativo donde los haya, funcionamos en base a él, con él y desde él. Uno de los mayores males es el de no tener tiempo para nada. En realidad podríamos tenerlo, pero somos unos desordenados unas veces y un poco vagos otras veces. Nuestra agenda es lo que fija nuestras prioridades. Si no encontramos tiempo para algo, no es un buen síntoma. Si determinadas citas o encuentros son sistemáticamente retrasados, es una señal inequívoca de que no son estratégicamente cruciales. Que no nos interesan. Así que si alguien que queremos tener cerca de nosotros, insiste en que no tiene tiempo para dedicárnoslo, mejor dejémosle ir, no vaya a ser que acabemos escaldados y con el corazón aturullado... ;-)

 
Siempre andamos sin tiempo, siempre dejamos las cosas importantes para más tarde (momento que parece que nunca llega); siempre luego, después, mañana. El tiempo, que nos pesa, que nos atrapa, que nos aleja y nos deja indefensos. Porque siempre puede más que nosotros. De ahí esas famosas listas de propósitos de año nuevo; propósitos que caen en el olvido casi siempre por no saber organizar nuestro tiempo. Una vez más. Por mi parte confieso que si en algún momento utilizo esa frase, es porque me estoy escudando en la excusa perfecta. Injusta e incluso egocéntrica; como si lo mío fuera lo único importante. Y nada más lejos de la realidad...




La verdad es que mirado el año con perspectiva, hago un balance más que positivo del mismo. Porque, una vez más, he aprendido que...


(entre otras muchas cosas que,
¡os quiero!)
Besitos llenos de magia...



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