miércoles, 1 de diciembre de 2010

*APRENDER A DECIR "NO"

Algunas personas sufren cada vez que han de negar a algo, bien sea por miedo a defraudar las expectativas de otros, bien por temor a no dar “la talla” o a no saber argumentar su negativa o por simple pereza y comodidad. Se trata, en definitiva, del miedo a no ser valorados y queridos. Nuestra necesidad de ser valorados, atendidos y tenidos en cuenta, puede llevarnos -desde el espejismo que crea una autoestima poco asentada- a mostrar una constante disponibilidad a todo, lo que nos sume en una dependencia no sólo de los demás, sino de esa imagen desde la que actuamos, dejando de ejercer nuestro derecho a decir “no”. Esa dependencia dificulta nuestra evolución personal, dinamita nuestra autoestima e imposibilita el libre ejercicio de la responsabilidad que propicia unas saludables y equilibradas relaciones de interdependencia con los demás, en las que decimos “sí” cuando lo consideramos adecuado y en las que mantenemos vigente la posibilidad a decir “no”.




La persona que “no sabe decir que no” es un sujeto con magníficos atributos personales: puntual, disciplinado, cumplidor, confiable, obediente, permeable a la crítica y a la presión del grupo, etc. Además, también goza del respeto y la consideración de los compañeros de trabajo, de familiares y amigos.

Entre sus características se encuentra la incapacidad para evitar que sobre sí mismo se multipliquen las responsabilidades y obligaciones. Y no sabe evitar nuevas tareas impuestas, a pesar de tener muchas más que el resto de sus compañeros. Así, es jefe del colectivo de estudio o de trabajo, además de monitor de varias asignaturas o dirigente sindical; con cargos en alguna organización de vecinos, política, fraternal o religiosa; con una familia a la que atiende de forma esmerada. En otras palabras: “el hombre orquesta”.



Pero, como su vida se diluye entre incontables obligaciones, cada una de las cuales le demanda determinada cantidad de energía física y mental y la mayor parte de su tiempo, él, que no sabe decir que no, comienza a agotarse y a pensar que tiene alguna enfermedad física, generalmente anemia o hepatitis, causante de su decaimiento y la somnolencia durante el día, hasta que, después de un chequeo de rutina en el cual los exámenes habituales arrojan resultados negativos, es enviado a la consulta de psiquiatría.

Y uno de los primeros consejos a este tipo de personas es el deber de aprender a decir No, como mecanismo defensivo para evitar el exceso de responsabilidades y tareas. Este recurso le permitirá hacer un uso más racional de sus potencialidades, conservar su capacidad laboral, conocer sus limitaciones por las experiencias pasadas, etc. Y lo más importante, evitar las manifestaciones neurasténicas.



Decir No le dejará brindar una oportunidad a otro individuo para desarrollar sus capacidades, demostrar sus habilidades y contribuir al buen funcionamiento del colectivo de estudios o de trabajo.
Decir No le protegerá contra quienes no desean tener responsabilidad alguna ni tampoco desean asumir una actitud de compañerismo hacia aquel que está atiborrado de obligaciones.
Hay situaciones en las que no se puede decir No; otras en las que no se debe decir No; algunas en las que no es prudente o no conviene decir No. Pero hay un gran número de oportunidades en las que sí podrá decir claramente No y esa negativa no le ocasionará problema alguno.

Por último, tú has dicho casi siempre Sí. Por una vez que dí No, el mundo no se detendrá. Y mañana, el sol volverá a brillar para todos.









DECÁLOGO DE LA AUTOESTIMA

1. Eres especial y únic@.

2. Recuerda siempre los cumplidos que has recibido. Olvida las malas palabras.

3. La única razón por la que alguien puede odiarte es porque quiere ser como tú.

4. Una sonrisa tuya puede traer felicidad a cualquiera, aunque no te conozcan.

5. Cada noche, alguien piensa en ti antes de dormir.

6. Para alguien significas todo un mundo.

7. Si no fuera por ti, alguien no existiría.

8. Cuando crees que has cometido el error más grande del mundo, algo bueno viene de él.

9. Dí siempre lo que sientes y sé honest@ con tus pensamientos e ideas.

10. Sé siempre AUTÉNTIC@ y TÚ MISM@. No hay nada que te pueda hacer sentir mejor.

Fuentes:
Libro: Psicoterapia para aprender a vivir

(...)

Os dejo un saquito de besos,
de esos que hacen falta
cuando a nuestros días
les falta un poco de color.
Y si hoy hemos metido la pata,
mañana será otro día.
Para enmendar,
para olvidar,
para perdonarnos,
para recapitular,
para aprender...
Gracias por vuestro calor.


1 comentario:

Juan dijo...

Importantísimo lo de saber, aprender, decir "No". Totalmente de acuerdo con todo lo que dices, Larri.
Besoooooooooooo