lunes, 18 de octubre de 2010

** LA (dulce) SEDUCCIÓN

Resultar seductor a los 15 es fortuíto pero es absolutamente controlado a los taitantos (;-D). Hay quien seduce naturalmente (como quien es detallista, despistado o romántico, por ejemplo) y hay quien debe aprender a seducir. Porque la seducción, como arte, como valor, como energía, es la sal de la vida. También está el sexo, desde luego, pero quien hace de la seducción su cuaderno de ruta, es capaz de disfrutar de los afectos a largo plazo y consigue mantener el tempo de una sexualidad dulce y entregada a lo largo del tiempo.




Ser seductor es una actitud en la vida, actitud que se alimenta de ciertos encantos: un poco de magia, una pizca de misterio, otra pizca de picardía, un buen pellizco de autoestima y sobre todo, entrega y generosidad. Porque si no somos capaces de salir de nuestro ombligo, jamás conseguiremos compartirnos con nadie más. Y éso es física pura ;-)


Pero como todos tenemos nuestros propios fragores y retumbos, hemos de empezar por hacer un repaso honesto de los mismos para procurar tenerlos encerrados -o al menos, controlados- en la caja de Pandora. Podemos cojear por ser demasiado sarcásticos, demasiado dejados, demasiado filosóficos,  demasiado serios; podemos no tener ganas de compromiso, podemos no demostrar nuestros afectos... y luego el clásico de los clásicos: podemos ser demasiado tímidos. ¡¡Ay, mis tímidos!! ¡¡Qué ternura más amorosa despertáis!!




Es evidente que ser tímido no se elije; va con la educación, con los valores, con la genética o con un poco de todo, pero es un factor que existe, que se respira, que se vive. Está. A veces resulta una piedrecita en el zapato... pero no debemos escudarnos en cierta cobardía retraída para esconder una carta (o la baraja entera) debajo de la manga.

Yo -salvo alguna situación que pueda comprometerme en algún aspecto serio- no soy una persona tímida.Tampoco creo que sea todo lo contrario pero bien es cierto que casi siempre opto por apostar, pos salir a pelear, por luchar. Juego. Siempre juego. Y respiro la vida a grandes bocanadas. Si no, me dá la sensación de que me pierdo algo, de que dejo de andar trechos importantes.




Mis tímidos (que sósi unos cuántos), poco os puedo decir que no os haya dicho ya. Que siempre podemos intentar modelar los aspectos de nuestro carácter que menos nos gustan, que nos pesan. Siempre se puede aprender, se puede intentar, podemos darnos una nueva oportunidad. Con paciencia, con valentía. A veces conseguiremos nuestros propósitos y otras veces volveremos a tropezar (con la misa piedra, claro). Pero seguirá latiendo nuestra savia al compás de un nuevo intento. Que la vida, al final, se hace de suspiros...



TE AMARÉ MEJOR...





Jamás te robaré una madrugada,
no quiero nada más de ti que vayas
y que vuelvas, y que quieras.

Que no seré el ladrón de tus mañanas,
no quiero nada más de ti que duermas
y a mi lado despiertes si quieres.

Libertad, te quiero en libertad.
Como nos conocimos recordar.
Y olvidar la muerte y la soledad.
Los celos son mentira y yo verdad.

No recuerdo pasado
antes de ti...

Té amaré mejor
porque mucho y demasiado es un error.
Y si no miramé,
llorando como un niño contradiciéndome,
preguntándome
con quién estarás si vas o no a volver.
Y durmiéndome
a solas contigo.
(x2)

Jamás te robaré una madrugada,
Yo no seré el ladrón tus mañanas.
Jamás te robaré más madrugadas
Yo no seré el ladrón de tus mañanas.
 
 

1 comentario:

Juan dijo...

Me ha encantado. Gracias