Que los hombres y las mujeres somos distintos, no es un secreto para nadie; bien es cierto que las diferencias entre géneros se han extendido a diferencias entre las personas y es ahí donde se han gestionado errónea e injustamente los derechos y las obligaciones. (Dejadme generalizar un poco; ya sabemos que hay de todo en todas partes y que los matices hacen que la balanza se incline hacia un lado u otro; pero siempre hay rasgos con los que nos sentimos identificados, inevitablemente). Pero dejando a un lado los atropellos y los abusos sociales -que los hay y muchos- hoy quiero hacer hincapié en una diferencia manifiesta y que considero provoca uno de los mayores baches de convivencia y de entendimiento. Llamémosle "PREVISIÓN".
Los hombres os movéis al ritmo del aquí y ahora; os movéis en base a lo inmediato, a lo que pasa a corto plazo. Si acaba el día y los objetivos están cumplidos, os relajáis porque mañana ya será otro día y os posicionáis en un bucle finito. Lo que hoy empieza, hoy acaba. Las mujeres no somos así; pensamos también a medio y largo plazo. Preveemos, nos anticipamos, gestionamos hoy para disfrutar mañana. Pensamos en imprevistos y en variables varias. Podemos y sabemos esperar. Tenemos el don de la paciencia, porque si fuera por vosotros, viviríamos días tan similares que no se podrían diferenciar unos de otros.
Quizá, como contrapartida, perdamos la frescura de lo espontáneo pero encajamos mejor lo imprevisible; quizá nos preocupamos demasiado por menudeces pero a la larga, las cosas pequeñitas son las que de verdad nos hacen felices (vale, igual un cochazo también, pero nosotras tenemos un fondo muuuuuuucho más espiritual ;-DDDDD).
Así que, además de esa generosidad que a veces brilla por su ausencia, también os pedimos que seáis un poco más previsores, que no nos dejéis toda la responsabilidad de organizar el esquema. Os necesitamos cerca, os necesitamos apoyando y acompañando, os necesitamos... serenos, sensatos y un poco más femeninos.
;-D
...pasad por el saloncito;
regaláos un masaje
y dejáos impregnar de ternura,
de mimos,
de esas caricias
que a las mujeres se nos dan tan bien...
¡¡Buen martes!!
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