sábado, 3 de octubre de 2009

** REFLEXIONES DE SÁBADO A PROPÓSITO DE LA LIBERTAD


...Entre que casi nunca hay tiempo para lo que de verdad es importante y que a veces hacemos por hacer -sin sopesar, sin analizar, sin calibrar-, como sabiamente dice Millán casi siempre lo que más nos cuesta es respetar los tiempos ajenos y empatizar con generosidad, entendiendo que cada persona necesita su espacio, su tempo, su ritmo; necesita momentos de intimidad propia, esos ratos de locura que sólo comprende uno mismo. Hay tiempos de acercamiento y tiempos de soledad buscada; hay tiempos de aventura y tiempos de recogerse. Hay -debe haber- tiempo de todo y para todo.

Y en esos tiempos de (in)comprensión, no hay por qué poner en jaque los sentimientos, los afectos, los quereres -¡filón filosófico!; la libertad es un derecho propio, inamomible y trascendental. Básico. Y hay que hacer uso de ella, con toda la responsabilidad que conlleva. Lejos de culpabilidades, chantajes o solidaridad mal entendida.



Aunque, bien mirado, ¿quién es libre de verdad?

¿Es libre la persona que está encarcelada, pero cuyos pensamientos no están restringidos por nada ni por nadie?

¿O es el libre quien puede ir a donde quiera y hacer lo que le apetezca, pero bajo unas normas y reglas, prejuicios y creencias que a veces ni siquiera se plantea? ¿alguien que hace y camina y decide sin preguntarse si está haciendo lo que en verdad quiere, que únicamente reproduce aquello que le han dicho que es lo "normal"?

La libertad no se ajusta a una sóla definición; es un conjunto de acciones, de hechos, de pensamientos. Y por ende, hay una libertad por cada individuo del mundo. Casi ná ;-)



"Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos;
es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo".

Franz Grillparzer (1791-1872) Dramaturgo austriaco.




Así que, si miramos, si el corazón nos dice que no dejamos libertad, que no dejamos que la gente que tenemos cerca crezca y realice sus sueños, hagámos un ejercicio de autocrítica para entender que el respeto pasa por preguntar:
"¿QUÉ NECESITAS DE MÍ?"


Besitos de sábado,
junto a un cafecito humeante...

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡ Qué cosas tienes! No hay nada que perdonar, sé lo mucho que me aprecias y me encanta, lo reconozco. Tu eres para mi referencia y guía, nuestros intercambios "epistolares" junto con los de otros queridos blogueros son realmente reconfortantes y las cosas que dices siempre llevan a los pensamientos a un puerto mejor. Fíjate que a estas horas de la madrugada he acudido a ti casi sin pensarlo, buscando no se qué y me encuentro ª¿Qué necesitas de mi?". ¿Hasta dónde llegan tus masajes? ¡Ay, Larri!, ¿tu no sabes que con esa frase has podido influir en mi destino?
Quédate satisfecha, me voy de tu saloncito mejor de lo que he venido.
¡Feliz semana!