jueves, 2 de abril de 2009

** LAS CARICIAS, OLVIDADAS...


...Pensemos un poco...¿cuántas caricias hemos recibido hoy? ¿y cuántas hemos dado? ¿cuántas muestras de afecto nos han acompañado a lo largo del día? ¿hemos besado con cariño, con ternura, con deseo, con pasión...? ¿hemos dado algún abrazo sólo por el gusto de sentir otro corazón latir?

Por regla general, podemos pasar días sin contacto físico, sin caricias y con algún beso de cortesía que otro (en el mejor de los casos). Incluso en la intimidad de la pareja, si en las demostraciones de afecto no hay una clara intención de ternura, no tienen valor, no transmiten, no son de verdad. Acariciar y dejarse acariciar es un ejercicio que implica muchísimas habilidades: la auotestima, la paciencia, la sencillez, la humildad... No todo el mundo sabe dejarse acariciar; tenemos una cantidad insospechada de prejuicios que nos mantienen alerta a la hora de recibir señales de invasión espacial. Primero a la defensiva; después, ya veremos. Sobre todo porque malinterpretamos lo que puede haber detrás de un beso, de un abrazo, de una caricia afectuosa; la equivocación está en que los tabúes (eufemismo de la castración sexual a la que nos ha sometido la iglesia durante muchísimos años) nos indican siempre una intención sexual. Que, además, debemos entender que está MAL.Y nada más lejos de la realidad.

El cuerpo -ya lo hemos dicho otras veces- es un fantástico vehículo de comunicación. Y de principio a fin de nuestra piel, tenemos miles de conductores que nos ayudan a percibir el mundo. Mediante el cuerpo podemos expresar todas las emociones que somos capaces de sentir; no es necesaria la palabra para demostrar cariño, enfado, ternura o amor y éso lo vivimos a diario, aunque pase desapercibido. A veces no sabemos por qué razón una persona nos gusta, nos cae bien o por el contrario nos produce desconfianza o incluso rechazo; los receptores sensoriales hacen su trabajo y nos comunican sensaciones que, por regla general, se ajustan a la realidad. A veces, con sólo mirar a alguien, sabemos si tiene un buen día o si es mejor dejar que pase el temporal. La empatía es una realidad que se canaliza también a través del cuerpo.

Y es en ese momento de comunicación con otro cuerpo, cuando salen a la luz nuestros miedos, nuestros anhelos, nuestra madurez emocional. Hay que saber cuándo ofrecer un gesto y también cuándo recibirlo. Hay que permitir que nazca una caricia y también hay que saber no dar falsas esperanzas afectivas. Hay que conocer el espacio que tenemos y cómo utilizarlo. Obviamente, no todo el mundo es igual y a todo el mundo no le resultan cómodas las muestras de cariño. Hay quien prefiere la distancia, no sentirse invadido de ninguna forma. Hay personas que no tienen mucha mano a la hora de demostrar afectos pero sin embargo disfrutan de las muestras de cariño que se les profesan. Hay quien, de afectuoso, a veces no sabe medir la intensidad o hay quien va a días ;-))))) Sea como fuere, disfrutar de las caricias es fuente inagotable de bienestar. Y no sólo éso: una caricia nos hace presentes, nos recuerda que para alguien somos importantes, que somos aceptad@s y querid@s. Una caricia puede conseguir despejarnos el camino, puede ayudarnos a relativizar un problema, puede invitarnos a una maravillosa noche de sexo loco (¡claro! ;-DDDDD). Una caricia nos equilibra, nos templa, nos afianza, nos aleja fantasmas.

Os invitaría a hacer un esfuerzo (en positivo) para intentar que todos los días alguien que sea parte de nuestra vida sepa que es importante para nosotr@s, sepa que le queremos cerca, sepa que nos alegramos de sus logros y de sus éxitos, sepa que nos hace bien, sepa que nos llena de luz el camino. Un abrazo, una caricia, un beso; un roce en la mano o en la espalda, una sonrisa cómplice, un guiño, un mimo, un saludo esquimal... ;-))



pd: acabo de acordarme de dos hosts del programa "saturday night life", programa al que me he aficionado de un modo espectacular (será que necesito reir, será...). Uno es "cómo reaccionarías si te invitan" -el de la familia besucona y afectuosa- y otro el que protagoniza Manel Fuentes con Gorka Otxoa, "reencuentro con un amigo cercano", a propósito de las distancias y los sentimientos...¿ocultos? ;-))))))))))))))


http://www.cuatro.com/saturday-night-live/
(hay que"cazar" el vídeo que queremos ver en una columna en la que aparecen todos los vídeos emitidos hasta ahora)

Indudablemente, el tono es el humor exagerado pero el trasfondo dá que pensar. Siempre. Los diálogos tienen frases estupendas...:

"-¿Mujer maravillosa? Supongo que estás hablando de mí, cariño.
- Tú no eres sólamente maravillosa. Tú eres, sencillamente, perfecta."

:-D

Pues eso...

...y para acabar y para que no digáis que se me vé el plumero con eso del feminismo, ayer encontré el cuento del Príncipe Azúl (secuela u original de aquel otro cuento de la Princesa), así que os lo dejo por aquí.

Besos,
muchos, jugosos, tiernos y estupendos besos...


"Habia una vez un hermoso príncipe que le pregunto a la bella Princesa:

- ¿Te quieres casar conmigo?

Y ella le respondió...:


- ¡¡¡NO!!!

Y el Príncipe vivió feliz por muchos años. Yendo a pescar, a cazar y al bar todos los días con sus amigos y tomaba mucha cerveza, vino y cava, se ponía hasta las orejas de copas cuantas veces quería. Jugaba al golf y comía caviar porque le alcanzaba la pasta para eso y mucho más. Dejaba la ropa tirada en la silla del comedor e intimaba con mujeres de la noche y vecinas y amigas y.... No tenía que competir con vecinos y amigos por el mejor coche, el mejor lugar de vacaciones, y se tiraba cuescos a mansalva y orinaba salpicando la tapa del inodoro y con la puerta del baño abierta. Cantaba eructando y se rascaba los güevos. Escuchaba a Elvis a pleno volumen y veía fútbol todo el fin de semana... ¡¡¡Y nadie le tocaba las pelotas!!!"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajajaja...Ese cuento me suena, me lo contó el cuentista más caradura y encantador que conozco....jajaja.
En lo de las caricias, tienes razón; nos cuesta mucho demostrar emociones, desnudarnos de la coraza, pero supongo que se necesita el entorno y la ocasión adecuada, y por supuesto la persona.Porque imagínate que salgo a la calle, pillo al primer vecino que pasa y...... Un abrazo, vale, hasta aquí vamos bien, es lo normal del saludo árabe; una caricia, bueno, tal vez no se mosquée demasiado; un beso, tampoco hay problema, te dan dos y hasta tres normalmente; un roce en la mano o en la espalda, joé, aquí ya tocamos terreno peligroso....;una sonrisa cómplice, un guiño, un mimo, un saludo esquimal....Uyuyuy aquí ya me aplican la ley de escándalo público y peligrosidad social y me tiran directamente a los cocodrilos....