viernes, 14 de noviembre de 2008

** LA SEXUALIDAD EN ESTADO PURO (II)



...Al hilo del post de ayer -vale, hay anglicismos innecesarios y quizá éste sea uno de ellos, pero a veces hay palabras que designan un matiz que otras no alcanzan... sea como fuere, recojo las quejas de quienes me "acusáis" de abusar de los términos que se utilizan por la red y prometo hacer un esfuerzo por no restarle riqueza a la lengua de Cervantes-, he recibido comentarios, aplausos y críticas por no ser más esplícita y no indagar más en un tema que, a priori, está en el dia a día y nos interesa a tod@s: obviamente, el sexo. La sal de la vida.

Se me ha ocurrido hacer un sondeo entre mis amigas, mis conocidas e incluso entre mujeres anónimas para saber el nivel de satisfacción sexual que se vive en la franja de la treintena...Es una población sesgada y desde luego representativa únicamente de cada una de las que hemos opinado con total libertad y absoluta honestidad (nada de macroestudios, al final la persona es lo que cuenta. Habré hablado con unas ciento veinte mujeres, más o menos). Y aprovechando que esta ventana me deja un espacio a la comunicación, he pensado que sería interesante ser la voz de muchas mujeres estupendas e insatisfechas que hay por ahí. Sí, chicos, y lo siento, sóis unos amantes flojitos. Vale, vayamos por partes y que las generalizaciones no os hieran más allá de lo estrictamente genérico.

Diría que el cien por cien de las que hemos compartido nuestras vivencias hemos coincidido en una cosa básica: por regla general, los hombres no tenéis PACIENCIA SEXUAL, si es que se puede denominar así. La impaciencia por que disfrutemos (mal entendida), la impaciencia por acabar, la impaciencia de las hormonas... todo ello hace que las relaciones íntimas se consuman deprisa y corriendo y acaben siendo una "obligación". A la IMPACIENCIA masculina, podríamos añadir la APATíA de las mujeres, de acuerdo. Quizá pecamos de quererlo todo mascadito (;-D) y acabamos siendo más pasivas que activas, aburridas y sosas. Lo asumimos. Indudablemente, cada pareja es un mundo y acaba teniendo sus reglas propias. Pero también coincidíamos en que una buena comunicación nos ahorraría muchos malentendidos y nos permitiría disfrutarnos más l@s un@s de l@s otr@s. Hablar de lo que nos gusta y de lo que no, de cómo nos gusta, de por dónde nos gusta, de cuándo nos gusta, de la intensidad que nos gusta... Hay muchas cosas de las que hablar y que casi siempre se dan por sabidas. Error. Gran error. Hay que comunicarse, expresar, sentir, degustar... pero sobre todo, hay que querer que la persona con la que estámos compartiendo el tiempo y el espacio disfrute TODO lo posible, incluso más que un@ mism@. Ahí, chicos míos, es donde entra en juego el egoísmo masculino y el nivel de complaciencia femenina. Aunque de eso, podemos seguir hablando mañana.

Acepto ideas, sugerencias, opiniones, vivencias... compartid, compartamos. Igual que en el sexo, que lo más importante es darse y ofrecerse al gozo ajeno. Y si no es así, no será buen sexo...

También un masaje tiene su aspecto más sexual: compartirse, abandonarse, conocerse... ;-)
Venid y regaláos una ternura diferente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mira, larri, me has regalado una noche de ensueño y me has ayudado a recordar por qué me casé con mi mujer. sólo puedo dare las gracias, sigue asi

Anónimo dijo...

esto es como isr al colegio otra vez, que hay que hacer los debers y demostrarle a la proifesora lo que hemos aprendido. pues asi m e has hehcho pensar a mi, pensar que le gustaria a mi pareja, que le haria ilusion reciubir de mis manos. y resulta qye le compre un libro qye ella teniua ganasd de tener.joe, bingo y pleno al quince. gracias. y de parte de ella tb