sábado, 9 de abril de 2016

**SI TE VIENES A BAILAR...




De vez en cuando hay que liarse la manta a la cabeza (expresión acuñada durante la batalla de Cuarte en el 1094. El Cid convocó a sus hombres y les dijo: “Al alba vedremos si la astutia de la nocte nos asistiere: liguémonos los mantos a la testa como si turbantes fueren e ataquemos sin mirar tras nos”. Aunque la batalla se venció las bajas fueron numerosas, por lo que la expresión comenzó a utilizarse como sinónimo de un acto aventado e irreflexivo) y soltarnos el corsé. Que ser responsable (y seguramente pelín sosaina) está más o menos bien como hilo conductor de la vida pero eso al final marchita un poco. En plan acelga. También hay que despeinarse y cantar bajo la lluvia; y ser groseros e irreverentes y locos y soeces y sinsorgos. Hay que jugar como los niños y reír para liberar el alma. Que si no reímos, enfermamos. Y enfermamos mucho (por dentro y por fuera). No hay mayor medicina que la buena compañía que ilumina, que susurra, que nos hace soñar. De vez en cuando hay que ser políticamente incorrectos, insensatos, aventureros y deslenguados; hay que arriesgar, saltar, ¡¡gritar!!. Y hay que cambiar lo establecido y salir de la puñetera zona de confort en la que nos empeñamos en acampar. 





Subir a un árbol, esconderse, coger flores, cantar, volar. Y sobre todo, sobre todo, amar sin miedo y sin límites porque todo lo que se da con generosidad,  se recibe de vuelta multiplicado con creces. Complacer a otra persona es sembrar para uno mismo. Como en el sexo. No hay mayor regalo que un partenaire espléndido que busca, ante todo, el disfrute ajeno, que experimenta, que cuida. Que cuida. Y que acoge cada miedo, cada complejo y cada herida y los transforma en fuegos artificiales. (Aprovecho, con todo mi cariño y todo mi respeto, para dar las gracias a la gente que, de un modo u otro, ha sido parte de mi vida y ha dejado su huella en mi camino). ¡¡Viva la gente generosa!! No hay tanta...

Dejémonos sorprender; soltemos lastre, ataduras, mochilas y piedras. Hagamos más divertido el camino; seamos portadores de luz y de sonrisas. Porque vivir la vida en clave positiva nos permite no dejar de bailar aunque no tengamos la melodía deseada. Y solo así seremos capaces de ver cosas bonitas donde solo parece que hay oscuridad.

Adelante siempre, mis chicos.
Siempre.
Os espero al calor del saloncito....




...mil estrellas que contar,
contigo...

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