lunes, 22 de junio de 2015

** EL TEXTIL QUE NOS NUBLA




Ya os he hablado en numerosas ocasiones de mi pasión por la playa y más aún por las playas nudistas, a las que me acerco siempre que puedo (y suelo intentar poder habitualmente). Vaya por delante que es imprescindible cuidarse muy mucho cuando nos exponemos a los rayos del sol (no solo en verano) y tener en cuenta los consejos que no por manidos y conocidos dejan de ser valiosísimos. A saber...

... usar la crema solar con alta protección y adecuada a cada tipo de piel.
Tener especial cuidado con las zonas más delicadas y con manchas.
Procurar aplicarse la crema 30 minutos antes de la primera exposición.
... evitar las horas de sol entre las 12:00 y las 16:00.
... usar gafas de sol con buenos filtros.
... tomar el sol progresivamente.
... proteger bien la cabeza y mantenerla fresca.
... mantenerse bien hidratad@ y comer lo más saludable posible (frutas y ensaladas).
... evitar el alcohol y el ejercicio físico intenso.
... buscar sombras (sombrillas, árboles...)





Y después de este recordatorio básico, hoy quiero reivindicar con cariño pero también con firmeza una cosa que viene molestándome de unos años hacia aquí. Que conste que sé que la libertad y el respeto son los grandes pilares que nos sustentan como personas de bien y que no quiero ser yo aquí quien derrumbe dichos pilares. Pero....


....me gustaría pedir a los textiles que deciden ir a una playa nudista, que hagan un poder por desprenderse del bañador y empezar a disfrutar de la naturaleza en una de sus expresiones más generosas y maravillosas, la desnudez en estado puro. Si un nudista no puede ir desnudo a una playa textil, por la misma un textil no debería romper las normas de una playa nudista, creo yo. Las posibilidades de quienes decidimos no utilizar ropa de baño son realmente escasas y me gustaría creer que es un mini-derecho con el que contamos quienes hemos hecho de esa opción una forma de entender la vida. Es evidente que las playas nudistas son playas ante todo y que cualquiera puede disfrutar de ellas, ¡faltaría más!. Pero reconozco que me apena un poco la masificación textil en un lugar donde, a priori, no deberían verse más que toallas y pareos.





Me apasiona bañarme desnuda en la playa. No sé si habéis tenido la suerte de disfrutar de ese placer pero considero que un placer de dioses, ni más ni menos. Y si no lo habéis probado, os animo a hacerlo, al menos una vez en la vida. Fluir. Conectar con la luz, con la naturaleza, con la energía del sol. Y disfrutar cada segundo al amparo de la libertad...

Mil besos, mis chic@s.
A partir de hoy el saloncito abre de 9:30 a 19:00 h.
Os espero al calor de la ternura...




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